Tras un análisis de las propuestas, dice el comunicado, la Junta de Gobierno decidió invitar a presentar por escrito su plan de trabajo a las siguientes cinco personas: Ana María Cetto Kramis, José Gonzalo Guerrero Zepeda, José Narro Robles, Suemi Rodríguez Romo y Francisco José Trigo Tavera, para que a más tardar –en caso de aceptar- presenten el viernes 4 de noviembre a las 3 de la tarde, junto con su Cv y otros documentos de formalización, su plan de trabajo.
Al ver la lista surge la pregunta de si tiene realmente el rector un contendiente, en sus aspiraciones de ser reelecto. No me malentiendan por favor; no estoy diciendo que entre la lista de aspirantes no haya personas de una gran valía y trayectoriia, como la Dra. Ana María Cetto, ex directora de la facultad de Ciencias y miembro de organizaciones como el grupo Pugwash o el Organismo Internacional de la Energía Atómica, que han obtenido el premio Nobel de la paz. La Dra. Cetto es probablemente la del mejor currículum de todos los aspirantes seleccionados por la junta.
Pero para ser rector no se requiere tener el mejor currículo, hay que tener un buen currículo, nada más. Ese currículo pasa, la mayoría de las veces más por el desempeño de distintos cargos académico administrativos que por una trayectoria excepcionalmente brillante en el terreno académico. En particular es muy recomendable haber tenido antes puestos de elección por la misma junta del gobierno. Ese es el caso de las cinco personas enlistadas, pues todos han sido o son en éste momento directores de alguna facultad. Gonzalo Guerrero es el actual director de la Facultad de Ingeniería, Suemi Rodríguez de la FES Cuautitlán y Francisco Trigo de la Facultad de Veterinaria. Ana María Cetto y José Narro lo fueron respectivamente de las facultades de Ciencias y de Medicina.
Podríamos decir que curricularmente, todos los y las aspirantes cumplen con el mínimo requerido. Sin embargo ayer en la noche las noticias que Telcel envia a sus usuarios titulaban: “Narro y cuatro aspirantes buscan rectoría de UNAM”, con lo cual uno se queda con la idea de que solo el actual rector tiene posibilidades reales de ser electo. ¿Es justificada esa manera de presentar la noticia?
Creo que sí. Sin demérito de ninguno de los aspirantes y sin descartar que pudiera ocurrir una sorpresa mayúscula, me parece que el mejor posicionamiento de Narro viene no de la academia, no de la administración, sino de la política. Narro ha tomado el estandarte de la universidad pública para defender esta institución, en un momento en el que el gobierno federal parece no muy interesado en ella. Ha concitado apoyos externos e internos en apoyo a varias de sus tesis.
Así que, en mi opinión en esta ocasión se trata de Narro vs Narro.