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miércoles, 12 de agosto de 2009

Como piensan los grandes maestros.

Como aficionado al ajedrez de muchos años (he tenido incluso la suerte de haber jugado con el campeón del mundo Veselin Topalov en una exhibición de simultaneas) he ido aprendiendo poco a poco a analizar una misma situación desde diferentes ángulos y con distintos niveles de profundidad.

Hace muchos años se hizo frente al museo de antropología una exhibición de simultáneas, con motivo de algún torneo internacional. Las simultáneas las jugábamos una serie de aficionados contra los grandes maestros que iban a participar en el torneo. Ahí gané mi partida, contra uno de los maestros internacionales y me dieron de premio un libro de la colección Escaques, cuyo título es el que tiene esta entrada del Bolg: Como piensan los grandes maestros.

Explica el libro que existe una diferencia esencial entre la manera como piensan los aficionados y la forma como lo hacen los grandes maestros. La misma idea la retoma el ex campeón mundial Max Euwe en sus libros el amateur vs el gran maestro y el amateur se vuelve gran maestro, me encantaría seguir escribiendo de ajedrez y explicar las ideas de estos libros, pero en realidad los he mencionado porque en estos días he estado pensando en todo lo que hemos escrito y comentado en el blog y veo que es solamente una perspectiva de las cosas, pero hay otras perspectivas.

¿Cómo se ven los mismos asuntos desde otra perspectiva, cómo se ven con otros niveles de profundidad en el análisis? Me parece que ambas son cuestiones interesantes porque por más importante que a nosotros, en la FESC, nos pueda parecer un asunto; quizás no lo sea tanto desde la perspectiva de la administración central o de la junta de gobierno y ciertamente no lo es desde la perspectiva de la mafia que controla la escuela.

Para entender cómo piensan cada uno preguntémonos que quieren: La directora, por ejemplo quiere reelegirse, por lo tanto buscará dar una imagen de su gestión acorde a lo que ella cree que es lo que se esta esperando de ella. Es decir, como se dice coloquialmente tratará de “quedar bien” con quienes deciden el nombramiento y cómo en ese proceso, en su perspectiva, la participación de la comunidad de la FESC es poco importante, pues no le preocupará lo que la comunidad opine.

Eso podría ser un error de soberbia, pero también podría no serlo, porque en realidad lo que importa es cómo perciben esa conducta otros protagonistas del proceso de nombramiento de director. En reuniones sociales he oído que Suemi ha llevado muy bien la facultad; un juicio como ese me sorprende de entrada, pero luego pienso que yo mismo podría estar pensando eso si no estuviera en la FESC, es decir que en un nivel distinto de análisis las trapacerías de la Mafia no se notan. Lo que se nota es el resultado final de la gestión de la directora.

Trataré de analizar otros ángulos y otros niveles de análisis en próximas entradas del blog.

domingo, 17 de mayo de 2009

¿Quién quiere ser director de la FESC?

Tórtora trajo el tema de mi “interés” por la dirección de la FESC y como él dice, no debe ser el único en creerlo. De hecho algunas personas me lo han dicho en los patios de la escuela. Quiero ser totalmente claro al respecto: mi interés no es ser director, sí lo es que la mafia no siga dominando la escuela y estoy dispuesto a ayudar a TODOS quienes se quieran postular, con ese eje de campaña: des Armando la Mafia.

Todos sabemos que el proceso de elección de director es un proceso complejo en el que intervienen muchas instancias: La comunidad de la dependencia para la que se va a nombrar director, el secretario general, el rector, la junta de gobierno y líderes académicos y gremiales dentro de toda la UNAM.

La junta de gobierno elige a partir de una terna que propone el rector, quien a su vez para hacerla, entrevista a un cierto número de candidatos a partir de una lista que le pasa el secretario general, el que también ha entrevistado a varios de las personas que la comunidad de la dependencia mencionó en la primera etapa del proceso.

A veces se piensa que el proceso se decide fuera de la dependencia y no es así. Es cierto que lo hace una instancia externa, la junta de gobierno, pero lo hace a partir de la información que recaba de los miembros de la comunidad. Estoy seguro que con documentos que mostraran manejos irregulares en las asignaciones de plazas, publicación de artículos, hostigamiento a profesores, etc. La junta de gobierno no nombraría a un candidato de la mafia, pero no podemos ir a la junta de gobierno nada mas a decir no queremos a la mafía, tenemos que documentar nuestros dichos y en eso no nos van a ayudar las denuncias anónimas.

Si queremos el cambio de a de veras tendremos que dar nuestros nombres o como dicen: “callar para siempre”. Tampoco es muy conveniente llegar con las autoridades correspondientes nada más a decir lo que no queremos, sería bueno tener alternativas, de ser posible personalidades que no polaricen a la facultad, académicos con consenso, con autoridad moral.

Ya señalaba Tórtora la necesidad de alinear la marcha de la FESC con el resto de la UNAM. ¿Cuántos aspirantes conocen el plan de trabajo del rector? ¿Cómo armonizarían su eventual plan de trabajo de directores con el del rector? Es indispensable que quienes aspiren convenzan al rector de que su plan para la facultad se inscribe en el plan de él para la UNAM.

También al rector y al secretario general, quienes conducirán el proceso, debemos hacerles llegar nuestros argumentos, nuestras dudas, nuestros temores, nuestras quejas. Si los argumentos son sólidos los tomaran en cuenta. Preparar esas presentaciones debe ser nuestra tarea. Preocupémonos más de dar a conocer la situación de la Facultad que de especular sobre quienes pueden o no ser candidatos. Actuemos como comunidad.

Ser director no es disfrutar de prebendas, asistir a eventos sociales y estar en los presidums. Es ser un líder de la comunidad, trabajar a veces más que el resto, enfrentar con valor problemas añejos, ser justo. Quienes le quieran entrar al asunto de postularse, piensen en eso antes que en lo bonito que se ve en la puerta el letrero de“Director”. Piensen quienes quieran ser director en asumir el compromiso de ir des Armando la mafia.

La estrategia que preveo es simple: Definir el mayor número posible de candidatos viables, que no sean afines ni víctimas potenciales de la mafia y apoyarlos a todos. Crear una mayoría alrededor de sus nombres. Documentar las razones por las que no queremos a la mafia vinculada a la dirección de la FESC y hacerlas del conocimiento público. Estoy seguro que seremos oídos.

Y entonces a lo mejor el blog no resulta tan inoportuno.