Todos sabemos que el proceso de elección de director es un proceso complejo en el que intervienen muchas instancias: La comunidad de la dependencia para la que se va a nombrar director, el secretario general, el rector, la junta de gobierno y líderes académicos y gremiales dentro de toda la UNAM.
La junta de gobierno elige a partir de una terna que propone el rector, quien a su vez para hacerla, entrevista a un cierto número de candidatos a partir de una lista que le pasa el secretario general, el que también ha entrevistado a varios de las personas que la comunidad de la dependencia mencionó en la primera etapa del proceso.
A veces se piensa que el proceso se decide fuera de la dependencia y no es así. Es cierto que lo hace una instancia externa, la junta de gobierno, pero lo hace a partir de la información que recaba de los miembros de la comunidad. Estoy seguro que con documentos que mostraran manejos irregulares en las asignaciones de plazas, publicación de artículos, hostigamiento a profesores, etc. La junta de gobierno no nombraría a un candidato de la mafia, pero no podemos ir a la junta de gobierno nada mas a decir no queremos a la mafía, tenemos que documentar nuestros dichos y en eso no nos van a ayudar las denuncias anónimas.
Si queremos el cambio de a de veras tendremos que dar nuestros nombres o como dicen: “callar para siempre”. Tampoco es muy conveniente llegar con las autoridades correspondientes nada más a decir lo que no queremos, sería bueno tener alternativas, de ser posible personalidades que no polaricen a la facultad, académicos con consenso, con autoridad moral.
Ya señalaba Tórtora la necesidad de alinear la marcha de la FESC con el resto de la UNAM. ¿Cuántos aspirantes conocen el plan de trabajo del rector? ¿Cómo armonizarían su eventual plan de trabajo de directores con el del rector? Es indispensable que quienes aspiren convenzan al rector de que su plan para la facultad se inscribe en el plan de él para la UNAM.
También al rector y al secretario general, quienes conducirán el proceso, debemos hacerles llegar nuestros argumentos, nuestras dudas, nuestros temores, nuestras quejas. Si los argumentos son sólidos los tomaran en cuenta. Preparar esas presentaciones debe ser nuestra tarea. Preocupémonos más de dar a conocer la situación de la Facultad que de especular sobre quienes pueden o no ser candidatos. Actuemos como comunidad.
Ser director no es disfrutar de prebendas, asistir a eventos sociales y estar en los presidums. Es ser un líder de la comunidad, trabajar a veces más que el resto, enfrentar con valor problemas añejos, ser justo. Quienes le quieran entrar al asunto de postularse, piensen en eso antes que en lo bonito que se ve en la puerta el letrero de“Director”. Piensen quienes quieran ser director en asumir el compromiso de ir des Armando la mafia.
La estrategia que preveo es simple: Definir el mayor número posible de candidatos viables, que no sean afines ni víctimas potenciales de la mafia y apoyarlos a todos. Crear una mayoría alrededor de sus nombres. Documentar las razones por las que no queremos a la mafia vinculada a la dirección de la FESC y hacerlas del conocimiento público. Estoy seguro que seremos oídos.
Y entonces a lo mejor el blog no resulta tan inoportuno.