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domingo, 8 de marzo de 2015

El Padrino.



Lo apodamos El Padrino, lo que conllevaba ya una, más o menos, velada crítica a su manera de ejercer el poder en aquellos primero años de la ENEP Cuautitlán. Me refiero, claro, a Jorge Ludlow Landero, figura dominante de la administración del Dr. Guzmán y quien tras no alcanzar su meta de sucederlo en la dirección, se marchó de la escuela en 1978, para no volver más. Su presencia fue tan significativa, que su recuerdo permanece, al menos entre aquellos que vivimos esos años.
Llamarlo El Padrino era además una muestra de admiración. El Padrino –en la película- era un personaje poderoso, era el que mandaba: el capo di capii o como diríamos en español El jefe de jefes. Para quienes éramos jóvenes en aquellos años –Llegué a la  Enep de 23 años-  resultaba una personalidad fascinante: Un ingeniero exitoso que había vuelto a la academia, que  había hecho una maestría en matemáticas, que hablaba su lenguaje y que nos desvelaba los intríngulis de la política universitaria.

A propósito de la política universitaria, nos dijo un día: “Lo bonito de la política universitaria es que aquí nadie se muere”, en alusión a que a la escala del país era riesgoso ser un disidente.  

Nosotros, lo escuchábamos con atención aunque pocas veces estábamos de acuerdo con su manera de actuar y con las personas que lo rodeaban. Recuerdo alguna vez haberlo cuestionado sobre el uso que hacía Jesús Monzón de su relación con él. Su respuesta fue: “La amistad es usar y ser usado. El me usa, pero yo  lo uso también.”

Tampoco estábamos de acuerdo con el apoyo que él le daba al grupo de profesores de matemáticas y de física. Esos grupos “estaban con él” en su intento por ser director y nosotros le advertíamos que lo iban a traicionar. Cuando no fue director y lo desconocieron, le pregunté, con la confianza que le teníamos y un tanto insolente: ¿Y tus amigos de matemáticas y física, dónde están?  

Me contestó otra de sus frases inolvidables: “En política el derrotado no tiene amigos.”

Se nos hizo costumbre, al terminar la primera clase de la mañana pasar a su cubículo y conversar con él un rato. No importaba el tema de partida, siempre era muy ilustrativo hablar con él. Lo mismo nos platicaba de González Pedrero y sus intervenciones en el Consejo Universitario, como nos hacía reflexionar sobre la “joda” de ser inteligente, su parentezco con López Portillo (Pepe, en las pláticas) que podría llevarlo a Los Pinos, en cualquier momento, su relación con su consuegro, Eli de Gortari, con quien nos decía haber tenido este diálogo:

Jorge: Tú sólo que estás en el mundo para contradecirme.

Eli: – No es cierto

Nos reconvenía y nos alentaba por nuestra participación en el sindicato. Llegó a decirnos que pensáramos si no valdría la  pena interrumpir uno o dos años los estudios de la maestría y dedicarnos a la política sindical, algo que por supuesto no hicimos. Pienso que nos tenía aprecio y cierto respeto, aunque debe habernos visto como chamacos mensos, con posibilidad dejar de serlo; como me diría Enrique Loubet, años más tarde.

Una de esas mañanas en que llegamos después de la primera clase a platicar con él, estaba ya preparando su campaña para la dirección y nos recibió con su histrionismo acostumbrado diciéndonos: “No les puedo pedir que me apoyen en mi campaña para la dirección porque sé que ustedes…” y antes de que terminara la frase Jorge Martínez Peniche, le contestó: “Que bueno que no nos lo puedes pedir, porque nosotros no te podríamos apoyar.”

Después de eso su secretaría, Silvia Molina, nos puso en la “lista negra” y ya no éramos convocados a las reuniones, ni  a las fiestas. Sin embargo Jorge nos siguió tratando igual, con el mismo aprecio.

Le tenía yo tanto afecto que cuando me iba a casar le pedí si quería ser testigo en la boda. Me miró con una sonrisa socarrona y me dijo: “No  te puedo  decir que no  estudies la maestría, yo la  estudié. No te puedo decir que no te cases, yo me casé, pero hace falta alfabetizar a éste país. Si quieres puedo hacer que mañana estés en la selva chiapaneca alfabetizando, ahora que si me dices que no, seré testigo de tu boda. Pero  creo que es mi obligación de amigo, decirte esto”... Y ahí estuvo.

Luego vino la derrota en el intento de ser director y el triunfo de Manuel Viejo. Toda la escuela estábamos con Jorge. Unos días después de la elección que en esa época ocurría en abril, celebramos su santo (o quizás haya sido su cumpleaños). En esa ocasión ya nos volvieron a invitar. El festejo se llevó a cabo en el ya desaparecido Lancers de Ciudad Satélite, debemos haber habido más de trescientas personas mostrándole nuestra solidaridad, doliéndonos del triunfo de Viejo y temiendo por el  futuro de la escuela.

Tras la derrota, su estancia en la  escuela ya no  era cómoda y estuvo poco tiempo, el necesario para tramitar su sabático y partir. En una de sus últimas visitas a la escuela y sabedor de que se iba a ir, le entregué un texto que escribí y que titulé como su testamento apócrifo-político, llevaba un subtítulo: Como ser el padrino en siete lecciones. Ese escrito lo publicaré también en el blog, en unos días más.

Muy poco tiempo después de eso Jorge se fue de sabático a Conafrut. Yo lo dejé de ver con frecuencia, aunque una vez ya divorciado él, vuelto a casar y recién padre de otro hijo me invitó a su nueva casa.

Vi la biblioteca que me había impresionado siempre, con los Great Books de Británica y me vino a la mente una frase del Don Juan Tenorio de Zorrilla, que le dije: “Siempre vive con grandeza, quien hecho a grandeza esta”.

No lo volví a ver. Yo me fui a Europa a estudiar y cuando regresé ya había muerto.

lunes, 12 de enero de 2015

Mejores para ser iguales. La medalla Fields a Maryam Mirzakhani

Cuando llegamos a la historieta 68 de Dime abuelita por qué, nos dimos cuenta con espanto que se nos habían acabado las historias del libro. Estábamos a cuatro aventuras todavía de concluir la 3a temporada ¿Qué materiales utilizar para el cómic? Fácil: echar mano de algunos de los textos que no están en el libro pero que había publicado en otra parte. Así incorporamos el relato de La física de Liliput sobre el grafeno, de la comida de los astronautas, de la partícula de Dios y estaba seleccionando cuál otro justo en el momento en se anunció que la Medalla Fields era, este año, por primera vez para una mujer.
Decidí que la historia faltante del cómic sería sobre el premio a Maryam Mirzakhani.
Les comparto el texto que sirvió de base a la historia del cómic, por cierto una de las que más me gusta de la 3a temporada.

La medalla Fields a Maryam Mirzakhani
 
La noticia le dio la vuelta al mundo y no era para menos, una mujer -Maryam Mirzakhani- había ganado la medalla Fields. Lo sensacional de la nota es que se trataba de la primera mujer en obtener ese reconocimiento. ¿De qué se trata ese premio y por qué es tan extraordinario que lo haya ganado una mujer?
La Medalla Internacional para Descubrimientos Sobresalientes en Matemáticas es conocida brevemente como Medalla Fields por haber sido sugerida y financiada por el matemático canadiense John Charles Fields, quien era en 1924 presidente del VII Congreso Internacional de Matemáticas (ICM) celebrado en Toronto.
Cuando concluyó el congreso, los organizadores tuvieron un remanente que Fields propuso usar para financiar un premio internacional de matemáticas. Fields murió el 9 de agosto de 1932 y en su testamento dejó escrito que se usara su herencia para financiar el premio. Pocos meses después se llevó a cabo, en Zurich el Congreso Internacional de Matemáticas y ahí se aceptó su propuesta.
Los primeros premios se entregaron en 1936 a Lars Ahlfors de finlandia y Jesse Douglas de Estados Unidos.
La idea era entregar dos medallas cada cuatro años, en los Congresos Internacionales de Matemáticas, que tienen esa periodicidad, pero la segunda guerra mundial evitó la entrega de los siguientes galardones hasta el año de 1950. En 1966 el número de medalla entregadas cada cuatro años pasó de dos a cuatro, en reconocimiento de la creciente expansión de los desarrollos matemáticos.
El premio está pensado para incentivar a los jóvenes matemáticos, por lo que se otorga siempre a matemáticos menores de 40 años. Para elegir a los ganadores del premio se forma un comité, el Fields Medal Committee de la International Mathematical Union (IMU) que es encabezado por el presidente de la IMU. El resto de sus integrantes es secreto hasta después de la entrega de los premios.
Antes de que lo ganará Mirzakhani el premio había sido entregado a más de cincuenta matemáticos y nunca a una mujer, eso es lo que ha hecho que la noticia de la entrega de un premio de matemáticas se convierta en un hecho de sociedad.
Una mujer para poder se reconocida al nivel de sus colegas hombres debe ser mejor que ellos para poder vencer las dificultades suplementarias que su genero le acarrea. Así ha sido en la historia de la ciencia en general e incluso hasta la actualidad. No hay que olvidar que la misma Madame Curie, dos veces galardonada con el premio Nobel, no fue aceptada en la Academia Francesa y que resultó ser apenás la 1a mujer aceptada en el Pantheon, que es el espacio donde se entierra a los franceses ilustres.
Lo de ser mejor para ser igual es una idea de Gauss que reconoció de esa manera el talento matemático de Sophie Germain. Sophie -quien dedicó parte de sus investigaciones a tratar de probar el último teorema de Fermat, estableciendo varios teorema importantes, uno de ellos el llamado teorema de Sophie Germain- mantenía con el matemático alemán correspondencia sobre temas temas relativos a la de teoría de los números, usando el seudónimo masculino de Monsieur Leblanc.
La verdadera identidad de Sophie quedó al descubierto cuando en 1806 Napoleón invadió Brunswick, el pueblo natal de Gauss y ella intercedió en favor de él, usando su verdadero nombre. En 1807, en una carta famosa, Gauss reconoce que el talento de Sophie debe ser superior al de sus colegas hombres, para poder vencer todos los obstáculos que las costumbres y prejuicios le oponen.
Sophie además de sus trabajos en teoría de números realizó aportaciones en temas de física como acústica y elasticidad. la universidad de Gotinga la distinguió con un doctorad Honoris Causa pero murió un mes antes de la fecha en la que iba a recibirlo.
Otra matemática, Amalie Noether, también tuvo que recurrir al artilugio de usar nombres de varón para ejercer su profesión. Noether, nacida en 1882, dio clases usando el nombre de su padre y el de David Hilbert que era su mentor, antes de conseguir en 1919 tener una plaza con su propio nombre. Noether trabajó en temas de estructuras algebraicas y fue una profesora inspiradora aunque, parece ser, difícil de seguir.
Aunque no hay una uniformidad de opiniones acerca de quien es la primera mujer matemática de la historia, no lo son ni Sophie Germain ni Amelie Noether. A quien se reconoce frecuentemente como tal es a Hipatia quien vivió en el siglo IV de nuestra era. Hipatia era hija de un hombre ilustrado Theón, que la educó en el amor al conocimiento. Hipatia se interesó no sólo en las matemáticas sino también en la astronomía y la filosofía y se dice que era una excelente oradora. Sus trabajos de matemáticas versaron sobre el estudio de las cónicas.
A Hipatia se le conoce también como una mártir pues su muerte ocurrió de manera trágica, al ser víctima de los enfrentamientos religiosos entre cristianos y no cristianos. Hipatia fue atacada por una turba y su cuerpo cortado con fragmentos de cerámica y después arrastrado por las calles.
Otras personas piensan que antes de Hipatía habría que considerar a Theano -la mujer de Pitágoras- como la primera mujer matemática. Michael Deakin, estudioso del caso, ha escrito un artículo titulado ¿Theano: la primera mujer matemática de la historia? en el que asegura, al referirse a la afirmación de que Theano escribió un tratado sobre la razón áurea: “Lo más que se puede decir es que es posible, era el tipo de cosas de las que ella era capaz, pero no existe evidencia alguna de que lo haya hecho”.
Sea como sea desde Theano o Hipatia hasta Maryam Mirzakhani las mujeres no han tenido los espacios que les corresponderían.
Finalmente en pleno siglo XXI una mujer matemática es reconocida con la medalla Fields, por eso la noticia ha causado conmoción.
Vale la pena puntualizar que si bien la medalla Fields es el más famoso de los premios que Maryam Mirzakhani ha ganado, no es en modo alguno el único. Ella obtuvo a los 17 y 18 años medallas de oro en las olimpiadas de matemáticas. Tras doctorarse en la Universidad de Harvard en 2004, en 2006 la revista Popular Science la nombró entre los “Brilliant 10” un reconocimiento que hace la publicación a los científicos del año. En 2009 ganó el reconocimiento Blumenthal de la Sociedad Americana de Matemáticas y en 2013 el premio Ruth Lytle Satter de la misma asociación. Todos por sus trabajos en el área de las superficies de Riemann y sus espacios modulares.

miércoles, 7 de enero de 2015

Murió Viejo.

La vida es así: uno la cree eterna, programa citas, planea viajes, cursos, actividades, compromisos; imagina visitas y reuniones futuras, como si nada pudiera fallar.
El jueves 11 de diciembre al salir del edificio del IIMAS pasé, por el camino verde, frente a la torre de Ingeniería y pensé: no he visto a Manuel Viejo desde hace unos meses, ahora que regresemos de vacaciones lo busco. Ya no hubo tiempo, el 17 de diciembre me llamaron por teléfono para informarme que había muerto.
A finales de octubre recibí una invitación para participar en la semana de la ingeniería que organizaba la nueva coordinación de ingeniería de la FES C, me hubiera encantado asistir, no sólo por el cariño a la escuela sino también porque en ese marco se había programado hacerle un homenaje a Manuel Viejo.
Desafortunadamente por esas mismas fechas tenía yo que presentar en un congreso un trabajo sobre la Red Universitaria de Aprendizaje (RUA) de la UNAM, así que no pude ir y por lo tanto no coincidí con Viejo Zubicaray en la FES Cuautitlán. Esa escuela en la que tantas otras veces estuvimos juntos, aunque no siempre en posiciones de coincidencia ideológica.
Lo vi por última vez al regreso de las vacaciones de verano, nos citamos en el Azul y Oro que está en la planta baja de la torre de ingeniería para tomar un café. La foto que acompaña este texto, es de esa ocasión.
Sabía que estaba enfermo porque él me lo decía, pero al hablar con él se tenía siempre la impresión de estar con alguien sano. Estaba todo el tiempo lleno de energía, de proyectos, de ideas. Me comentó de las visitas que estaba haciendo a la FES Cuautitlán y de su idea de vender el rancho.
Hablamos mucho rato y yo quedé convencido de que la UNAM debería retomar el programa de impulso al desarrollo académico de las unidades multidisciplinarias que tuvo encargado alguna vez el Dr. Laguna y que Manuel Viejo sería un excelente coordinador de ese programa.
Dije líneas arriba que mientras Manuel Viejo fue director de la FES Cuautitlán no siempre coincidí ideológicamente con él; pero nuestras diferencias no tenían que ver ni con su persona ni con la mía, simplemente nos encontrábamos en dos bandos diferentes. Él en el de “la patronal” y yo en el del sindicato. Sin embargo nos teníamos aprecio y respeto.
Recuerdo que con motivo del recuento para la titularidad del contrato colectivo Armando Sánchez y yo llenamos de propaganda la escuela, cuando Manuel Viejo me vio, me preguntó en ese tono de reclamo y broma que a veces tenía: “¿Ahora que acabe el recuento van a limpiar la escuela?” Con la irreverencia de mis veintitantos años, le respondí: Nosotros la limpiamos de la propaganda y usted de los malos profesores. Meneó la cabeza y se sonrío.
En otra ocasión, con motivo del 6o aniversario de la escuela (¡Y ya llegamos a 40!) el Colegio Académico de aquella época, organizó un diálogo entre él, que era el director en funciones y su antecesor, el Dr. Jesús Guzmán. Yo fungía de moderador. En un momento dado se me ocurre decir:
-Dr. Guzmán, platíquenos usted de las primeras épocas de la escuela, aquellos días en que casi, casi, al que iba pasando en un burro lo bajaban y lo ponían a dar clases.
Antes de que Jesús Guzmán pudiera contestar, me atajó Viejo:
-Maestro, no diga usted esas cosas, van a pensar que a nosotros nos trajo también un burro. Yo, sin pensarlo mucho le contesté:
-A mi me trajo José Landeros y en todo caso no soy yo el que dice que el es un burro.
La carcajada de quienes llenaban el Aula Magna fue general. Mientras todos se reían, Manuel Viejo se acercó a mi para decirme al oído.
-Con usted no se puede, Profesor.
Muchos años más tarde, cuando se publicó el libro de “Para Conversar de Ciencia”, Manuel Viejo fue uno de los presentadores, en el Palacio de Minería. Ahí tuvo Manuel oportunidad de recordar aquella ocasión en que le fuimos a tomar la dirección de la escuela y de decir que no obstante eso después nos habíamos vuelto amigos.
¿Cómo nos volvimos amigos? Para empezar porque nunca fuimos enemigos. Es cierto que yo al principio le tenía algo de antipatía porque lo “culpaba” de algo de lo que él no era responsable: de no ser Jorge Ludlow, de no ser el director, que nosotros hubiéramos querido (aunque hoy pienso que quizás así fue mejor). También le tenía cierto resquemor porque el era “la autoridad” que representaba la oposición a un sindicato académico.
Sin embargo cuando lo fui conociendo me di cuenta que era un hombre de grandes cualidades. Como el mismo me lo dijo en la entrevista que publicamos en la revista Marcha:
Yo soy una persona con una ética acendrada(...). Esto me ha traído problemas incluso con la gente de la administración central, una vez el secretario de la rectoría, Valentín Molina, dijo que yo gobernaba más esta Facultad como un sacerdote que como un político”.
Por supuesto yo no coincido con la opinión de Molina Piñeiro, Manuel Viejo no dirigía la Facultad como un sacerdote, lo hacía como lo que era: un hombre decente, que le llamaba ¡al pan, pan y al vino, vino! No siempre tuvo razón, eso es obvio, pero siempre se comprometió con lo que el pensaba que era correcto.
En la misma entrevista que ya mencioné, le pedí una reflexión final, lo que me contestó fue lo siguiente: “Como le decía, creo que mi nominación como Director fue una sorpresa. Se trataba de restablecer el orden y el prestigio perdido, no por culpa del Dr. Guzmán; el es un hombre extraordinario que se entregó sin límites, pero del cual el sistema abusó. Pienso que tiene usted razón, que el director se ha dejado ver poco, no he querido ser popular a base de concesiones a los alumnos, profesores o sindicatos. Efectivamente, mucha gente no conoce al Director, sin embargo los que han logrado vencer los obstáculos para verlo han encontrado siempre atención en la resolución de los problemas.
Creo que la FES C es la parte de la UNAM que tiene más futuro, así lo ha dicho el rector, pues tiene una zona de influencia con 10 millones de habitantes. Así como C.U. transformó el sur de la ciudad, la FES C va a ir transformando el Norte.”
Hay más y más anécdotas de Manuel Viejo Zubicaray, una persona a la que le he tenido un gran aprecio, que podría seguir platicando. Voy a narrar, para terminar, una más que viene al caso:
Me contó alguna vez, Manuel, que yendo con su mujer en el auto en las épocas en que el era director de la escuela, ella vio en un puente cercano a la Facultad una pinta que decía “Muera Viejo” y se indignó de que a su marido lo trataran así. “No te preocupes, le dijo él, en realidad es una muestra de cariño quieren que viva muchos años, quieren que muera Viejo.
El 17 de Diciembre murió Viejo, aunque en realidad por su energía, por su pasión y por los proyectos que aún tenía para realizar, era un jovenazo.

domingo, 4 de enero de 2015

Por andar de respondón ( de encuestas).

Hace unas semanas respondí una encuesta para un trabajo de doctorado que se realiza en la Universidad de Louisiana, sobre escritos de ciencia en blogs. 
Lo hice porque simpaticé con el proyecto, pero al ir respondiendo el cuestionario iba yo reflexionando sobre la manera como escribo en el blog. Me dí cuenta que este año desarmandolamafia tuvo un cambio de ritmo, que va de la mano con mi transferencia a la Dirección General de Tecnologías de la Información (DGTIC).
Las razones para este cambio fueron en primer lugar que la adaptación a mis nuevos horarios y actividades me dejaron menos tiempo para escribir (impartí dos nuevas asignaturas que tuve que preparar desde cero y viaje más que otros año). En segundo lugar,  el tiempo que quedaba para escribir lo consumieron principalmente los guiones del cómic y el nuevo libro de relatos Eros y Tánatos. Hubo algunas veces que vi pasar las noticias y tuve ganas de comentar algo, pero no el tiempo de hacerlo.
Por curiosidad, después de contestar la encuesta, me puse a revisar lo publicado en desarmandolamafia en 2014 y esto me encontré:
  • La primera entrada del 2014 al blog ocurrió hasta el 20 de febrero, para comentar sobre algunos libros comprados en el camino hacía mi nuevo cubículo. Hasta antes de enero del 2014 no había habido ningún mes en que no escribiera algo.
  • Después en marzo volví a no escribir. En abril el aniversario número 40 de la FES C hizo que me volvieran a dar ganas de platicar temas históricos de la Facultad. Iba a hacer un texto por el aniversario y terminé escribiendo cuatro, a lo largo del año. Los dos primeros en abril.
  • Mayo fue un mes más prolífico pues publiqué cinco entradas; una de ellas, la tercera, sobre la historia de la FES C. Otras dos sobre el cómic Dime abuelita Por qué (una comentando un trabajo presentado en Brasil sobre su uso en el salón de clases y otra sobre su aparición en formato digital en la tienda de Apple). También en ese mes dediqué sendas notas a comentar sobre un par de publicaciones de textos míos: uno de divulgación por el Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología de Michoacán y un par de relatos de ficción en el libro Minificcionistas de El Cuento.
  • Para junio reseñé una visita que hice a las ruinas de Huaca Pucllana en Lima, Perú y compartí un texto sobre la manera como el idioma Español ha evolucionado debido al uso de Internet.
  • En Julio respondí a un comentario hecho a una de las entradas del blog, la que se refiere a los participios pasivo y en particular a hablar sobre la frase “El uso es ley” en cuanto hace a la corrección en el empleo del lenguaje. También escribí del grupo de amigos “Vivos y Tecleando” y de sus trabajos de poesía que están publicando y poniendo a la venta.
  • Para agosto continué comentando los trabajos de poesía de los amigos de “Vivos y Tecleando”, respondí a un lector que me preguntaba que hacer al terminar el doctorado y aprovechando las efemérides luctuosas de Paz, Felisberto Hernández y Cortázar , me inventé el “Reto del Page Number” (Quizás lo repita en este 2015, con otros autores)
  • En septiembre otros dos textos, uno respondiendo yo ahora al reto de los 10 libros y otro contando la curiosa historia de “Ruperto”, una Polla Azul que se extravió mientras volaba sobre la Ciudad de México.
  • En octubre y noviembre nuevamente el silencio en el Blog. Fue hasta diciembre, cuando ya el semestre había terminado, que volví a publicar cuatro entradas; tres de ellas inspiradas en mi visita a la FIL de Guadalajara donde tuve la suerte de cruzar unas cuantas palabras con Ernesto Cardenal. El primer texto se refiere a ese encuentro y los otros dos corresponden a lo dicho durante la presentación del libro de cuentos Eros y Tánatos ( De este tema habrá, muy probablemente, más en el 2015 pues planeamos presentar el libro en el DF en los primeros meses del año). La última entrada del 2014 fue para cumplir con lo prometido de publicar, antes del final del año, un texto más sobre la historia de la FESC.
Por cierto que reestructure la presentación del blog para permitir acceder a los textos de historia de la FES C desde una nueva pestaña en la página principal.
En resumen: escribí 21 entradas para el blog en el 2014. Once de ellas correspondieron a la etiqueta “Literatura”, cuatro a “Historia de la FES C”, tres a Divulgación de la ciencia, dos no fueron etiquetadas, una más tuvo la etiqueta de Educación y docencia y la etiqueta de Indignados no la llevó ninguno de los escritos de manera individual, pero fue compartida en dos de ellos.
Es obvio que en el 2014 mis intereses -por lo menos los que me llevaron a escribir textos para el blog- se movieron hacía la literatura, veamos que pasa en este 2015.
Por lo pronto estoy empezando a publicar en el blog mucho antes que en el 2014. Tengo además un par de textos que ya no subí en 2014; pero lo haré casi seguramente en esta semana y la siguiente.
Además el 5 de enero -o sea en unas horas- inició un curso a profesores y es muy probable que también sobre esa experiencia escriba algo y lo comparta en este espacio.
¡Feliz 2015!

lunes, 29 de diciembre de 2014

40 años de la FESC Recuerdos personales. La Cátedra de Investigaciones Multidisciplinarias.

Tenía pendiente -antes de que terminara el año del festejo de los 40 años de la FES Cuautitlán- redactar un texto no tanto donde rememorar como donde agradecer a quienes me acompañaron en la aventura de crear la efímera Cátedra de Investigaciones Multidisciplinarias de la  FES C.
La cátedra no duró mucho y tengo pocas fotos de esa época, pero -como espero que sea pueda leer en estos recuerdos- las personas que me acompañaron eran gente con un gran compromiso y generosidad.
Corren remebranzas:

La Cátedra de Investigaciones Multidisciplinarias.
En la época en que José Luis Galván era director de la FES C, el cubículo de Marcela Astorga -en los laboratorios de Ciencia Básica- tenía una excelente y hospitalaria cafetera.
Asistíamos con regularidad, casi religiosa, a tomar café y platicar entre clase y clase, varios profesores. Entre los infaltables, además de la “dueña” del cubículo, estábamos Jorge Martinez, Roberto Andrade y yo. Los vidrios del cubículo tenían pegados varios carteles por lo que desde afuera no se veía su interior y de rato en rato alguien llamaba a la puerta para preguntar algo.
Una mañana mientras estábamos en el ritual diario del café y la conversación, tocaron a la puerta; como esta abría hacía adentro, al hacerlo sólo se veía la persona que atendía. Marcela abrió y yo oí una voz femenina que me pareció agradable decir:
-¿No está el profesor Roberto Andrade?
Desde la invisibilidad de mi sitio, bromeé
-Dile que no está, pero que estoy yo.
Efectivamente el infaltable Roberto, ese día no estaba. Se oyeron unas risas de quienes habían tocado la puerta y se despidieron.
-Era Graciela Arroyo, dijo Marcela. Va a volver a tocar, es muy curiosa.
Efectivamente volvió a tocar y entonces abrí yo. Así conocí a Graciela y a través de ella a Laura Aguilar.
No estoy seguro de las fechas de la anécdota, pero debe haber sido 1985, yo tenía un año de haber regresado del doctorado y estaba lleno de entusiasmo por echar a andar un área de investigación en mecánica de fluidos y fenómenos de transporte, en la FESC.
Había profesores que me decían que mis esfuerzos merecían mejor destino, que mejor sería irse a Ciudad Universitaria e integrarse a algún instituto. En esa época tuve una oferta del Dr. Prieto de Instituto de Física para ir a trabajar allá, pero yo me sentía muy a gusto con la vida de Cuautitlán. Dando clases y buscando apoyos para armar el laboratorio.
En algún congreso, personal del Instituto de Investigaciones Eléctricas se interesó en la ponencia que presenté, pues era el tipo de trabajo que ellos estaban desarrollando, establecimos una relación de trabajo y terminé siendo asesor del Instituto hasta 1995, cuando el “error de diciembre (¿o de noviembre?) acabó con los proyectos de Investigación Básica del Instituto.
José Luis Galván me había “acomodado” en el área H del CAT. Lo de que me había acomodado es un decir, porque lo que había hecho era asignarme una de las naves desocupadas, para que ahí trabajara. Con presupuesto del IIE, que firmó un convenio de colaboración con nosotros y con ayuda del Dr. Alain Baleix, que había sido mi compañero en el laboratorio de Banleve, en Francia y a quien yo había logrado traer como profesor visitante, construimos una instalación experimental en esa área del CAT.
Cuando Alain concluyó su periodo de profesor visitante, Galván me autorizó a remplazarlo, contratando a alguien con 40 horas de nombramiento. Pegué anuncios en las mamparas y respondió Gilberto Amaya Ventura. Así se integró al equipo -que con él era de dos- Gilberto Amaya.
La amistad con Graciela y Laura derivó necesariamente en el  acercamiento de ellas a los temas de fenómenos de transporte y de cómputo. Por alguna razón que estoy seguro que ni ella misma sabe, Laura decidió hacer la tesis conmigo, desarrollando un programa para resolver la ecuación de transferencia de calor por el método del elemento finito. En la escuela debe haber habido, en esa época, cuando más una decena de computadoras personales y una de ellas la teníamos nosotros.
Un día a la entrada de Campo 1, María Luisa Arias me había dado una computadora “portátil” y me había dicho: “Te la manda José Luis, para que la desarmes y te diviertas.” La máquina era una “maleta” que pesaba más de 8 kilos, con una pantallita de color ámbar, de unas 7 pulgadas, que trabajaba con MS DOS 2.0 y que no tenía disco duro. La carcasa “portatil” medía como 80 cm x 60 cm x 30 cm.
En esa computadora Laura desarrollaba su tesis.
Mientras Alain y yo construíamos la instalación experimental y Laura hacía su tesis, una nueva generación había entrado. De ella recuerdo a muchos estudiantes, pero sobre todo a dos que harían la tesis conmigo, más adelante: Claudia Loaiza y Guadalupe López Franco. Ambas se fueron integrando, al volver Alain a Francia, al grupo con Gilberto, con Laura y conmigo.
Cuando Lupita y Claudia estaban llegando al grupo, vino el cambio de director y Keller me nombró secretario académico. Entre los proyectos de la secretaria estaba el programa de cátedras, que se implementaría a través de la coordinación de investigación, que llevaba Sara Valdés y un nuevo programa de conferencias de divulgación, que creamos: “Ciencia, Conciencia y Café”.
El programa de cátedras nos ayudó a formalizar la estructura del grupo, pues por primera vez habría un mecanismo para solicitar apoyos y concursarlos.
Gracias a este programa conformamos la Cátedra de Investigaciones Multidisciplinarias. Participaron en él estudiantes de la carrera de Ingeniería Mecánica y Eléctrica: Rodrigo Carrillo, Saúl Valencia, Alejandro Hernández y Mario Dorantes; de las carreras de química: las ya mencionadas Claudia y Lupita, además de Bety, que terminaría casándose con Rodrigo.
En un momento dado, incluso Teresa Carrillo, quien estudiaba en Acatlán y era hermana de Rodrigo formó parte extraoficialmente de la cátedra, pues hizo también la tesis conmigo usando Modulef para resolver ecuaciones diferenciales de mecánica de fluidos.
Rodrigo y Saúl se incorporaron a la cátedra después del eclipse de sol de 1991. Ellos propusieron e instrumentaron un experimento para medir la intensidad luminosa ese día. Los resultados los publicamos en un número especial de la revista Comunidad de la FES C y los reproduje más adelante en el libro “Para conversar de ciencia.” Por cierto la foto de Laura Aguilar que ilustra este texto fue tomada durante el campamento del eclipse en la FES C.
Yo me pasaba largas jornadas entre la secretaría académica de la Facultad y el CAT, donde operaba la instalación experimental, a la que con apoyo de un Papime, que presentamos conjuntamente con la Dra. Marisa Ruiz de la Facultad de Química, habíamos conseguido ir equipando.
Precisamente cuando Keller es nombrado director yo tenía ya aprobado mi sabático para ir al IMP a trabajar con Marisa Ruíz y en la primera reunión del Cosejo Técnico del primer periodo de Keller, se aprobó posponer el disfrute de esa prestación.
Siendo yo ya secretario académico, me pidió el director ser el contacto oficial de la FES C con el Dr. Laguna quien era el coordinador para el desarrollo académico de las unidades multidisciplinarias. A mí me encantaba mostrarle al Dr. Laguna los avances que hacíamos en la cátedra, así que cuando me enteré que el rector Sarukhan haría una visita a la facultad, me pareció que sería importante que visitara el CAT.
Así ocurrió. Después de la visita de Sarukhan, Keller me dijo que al rector le había parecido que el CAT era un espacio excelente para asentar y desarrollar grupos de investigación. Ya por esos tiempos la relación entre Keller y yo había dejado de ser buena; yo me daba cuenta, pero no había percibido hasta que punto el director estaba ya incomodo con mi permanencia en la secretaría académica.
Keller, que temía que “pedirme la renuncia” pudiera derivar en una confrontación (lo que no hubiera ocurrido, por cierto) vio en mi entusiasmo por el CAT y en la opinión de Sarukhan (real o supuesta) una manera de hacerlo.
Ya he platicado en otra parte que Keller nos invitó a comer a Jorge Martínez Peniche y a mí y me ofreció que creara yo, en terrenos del CAT, el Centro de Investigaciones Multidisciplinarias. La idea me gustaba pues con el Dr. Laguna habíamos comentado sobre hacer un plan para que profesores de Ciudad Universitaria pudieran ir a las unidades multidisciplinarias a pasar sus periodos sabáticos,
ayudando a despegar grupos locales de trabajo1.
Las cosas no ocurrieron así porque todo esto pasaba en el año anterior a la reelección de Keller, quien con el argumento de que ya no era momento de arrancar nuevos proyectos lo canceló unos meses después.
Vale la pena cerrar el relato de manera semejante a como lo inicié,  con una anécdota de Laura Aguilar. Cuando Keller buscaba la manera “pacífica” de hacerme a un lado, mandó llamar a Laura para hacerle una propuesta de ser contratada por la dirección para atender algún proyecto.
Laura acudió al llamado del director y luego pasó a mi oficina, que estaba enfrente a darme la reseña de su entrevista. Cuando la ví entrar con su playera de Ciencia, Conciencia y Café, le dije que a la mejor no era el atuendo más apropiado para asistir a la cita con el director. Laura me contestó algo que no he olvidado:
-Es para que vea que tengo la camiseta bien puesta.
Valgan estas líneas como testimonio de gratitud al trabajo desinteresado que Laura, Lupita, Claudia, Rodrigo, Saúl, Mario, Alejandro, Teresa, Bety y varios estudiantes más prestaron al desarrollo del proyecto de la Cátedra de Investigaciones Multidisciplinarias de la FES C.
Como dato adicional diré que Mario aún trabaja conmigo, Lupita es profesora en la FES Cuautitlán, a dónde volvió después de acompañarme a DGSCA un tiempo. Laura, por supuesto sigue siendo mi amiga y estamos empezando a colaborar en temas de divulgación de la ciencia alrededor del cómic "Dime abuelita por que"

1Años después, ya estando en DGSCA, comenté esto con el Dr. Enrique Daltabuit y él consiguió ir a echar a andar, mediante un mecanismo semejante, el Centro de Investigación Tecnológica de la FES Aragón.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Tomad hoy como receta este consejo.


Las palabras que dan título a esta entrada, son aquellas con las que se dirige a Garryk el médico consultado por el actor víctima del spleen. De una manera semejante la sicóloga de “Curar, aliviar y consolar” recomienda a su paciente la lectura diaria. Ese es el mismo consejo con el que el Tal de la Mora nos despide, al final de su presentación del Libro de "Eros y Tánatos." 

 

Tomad hoy como receta este consejo. 
Cuando el expositor dejó de darle vuelta al asunto, porque la concurrencia le exigió que señalara los textos que consideraba los mejor logrados, sostuvo que¿Quién rasura al barbero?”; “Nos pela los dientes” y “¿En qué puedo ayudarlo?” sobresalían en cada una de las tres secciones, tanto por la inteligencia de la anécdota, como por el instrumental que la voz narrativa empleó para delinear los
personajes y la atmósfera, y; destacadamente; por el empleo de un lenguaje en el que se percibe una mayor madurez.
El manejo de la voz narrativa, continúa el tal ése, es variado. La tercera persona se muestra condensada mediante narradores externos, narradores internos y personajes. Recurre a la primera persona de singular, a la polifonía y a la
descripción a partir de los mismos personajes. Este recurso que aparece manejado espléndidamente en alguna de las narraciones, indica el respeto que el autor
experimenta por sus personajes. Sin embargo, en ocasiones, se desliza por una pequeña rendija el narrador omnisciente que limita el crecimiento natural a los mismos e infantiliza al lector mediante señalamientos, a veces, muy obvios.
Asimismo se observa claramente la intertextualidad entre los relatos del libro de Fernández Flores. En el cuento “¿En qué puedo ayudarlo? uno de los personajes afirma: “El moribundo no está en coma, en realidad duerme y los ruidos que hace son efectos de lo que sueña”. En el relato “Una muerte color de rosa” se lee: “El estado de coma es engañoso. Los familiares y amigos que se turnan para cuidarlo, lo ven dormir”.
Los temas están diestramente trabajados desde la verosimilitud o desde el relato fantástico. Un ejemplo, entre muchos otros, es el tema de los sueños. Nada de lo que sabemos acerca de ellos es posible verificar, ya que la información quetenemos se basa en lo que reportan los que sueñan. Para algunos (Hobson y McCarley, 1977) los sueños son un esfuerzo por darle significación a información escasa y distorsionada. Para otros (Solms, 1977 y 2000) se trata de estímulos excitantes, recuerdos recientes y la información que recibe el cerebro en ese momento. En “Una muerte color de rosa”, pareciera que el científico que lleva dentro el escritor Rafael Fernández, está diseñando el guión con base en la hipótesis clínica-anatómica de Solms.
Para finalizar, el presentador señaló que además de la laudable actividad como prosista del autor de Eros y Tánatos, habría que enfatizar su labor editorial que
constituye una interesante alternativa para la literatura mexicana.
A ciencia cierta, sabemos que en nuestro país por “literatura”, se entiende lo que
los “críticos literarios” entienden por ésta. La crítica literaria en México, salvo algunas excepciones, la realizan los poderes fácticos: autoras, autores, editoriales y revistas “reconocidos”. El esquema que utilizan es relativamente simple: 
1) Se organiza un Concurso Literario 
2) Un “reconocido jurado de especialistas”selecciona como triunfador a algún alumno del taller literario que dirigió uno de
los “reconocidos autores” que integran el jurado. 
3) El alumno ganador del premio, se convierte en “jurado reconocido” del próximo certamen literario 
4) Otorgará su voto a quién le indique la directora o director del taller que le concedió el premio  
5) Se aplica nuevamente el paso 1.

De la Mora se despidió de nosotros recomendándonos disfrutar de Eros y Tánatos como lo haría la psiquiatra de “Curar, aliviar y consolar” y además insistió en
agradecer a RFF el que le haya dedicado tan deleitable obra.
Gracias.