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domingo, 4 de diciembre de 2011

FIL de Guadalajara 2011


Desde hace un tiempo, visito anualmente la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Este año no fue la excepción, aunque eso me haya significado levantarme a las cinco de la mañana para irme temprano al aeropuerto y tener que volver el mismo día  a cumplir aquí compromisos previos.
Estuve en Guadalajara seis horas escasamente, incluyendo los traslados del aeropuerto a la FIL y viceversa, cierto que no solo iba a comprar libros, una pasión a la que me rindo con facilidad, sino a presentar el cómic de Dime abuelita por qué.
La presentación fue un éxito, aun cuando al lado estaba teniendo lugar la del libro de Peña Nieto y la seguridad hacía muy difícil el acceso a la zona de salas de presentaciones. No obstante eso hubo un buen número de asistentes a la presentación, muchos de ellos jóvenes y niños acompañados de sus padres, que desean acercarlos al conocimiento científico.
La reseña de esa presentación, las palabras de Pedro Sol, caricaturista que nos acompañó en la presentación y las preguntas del público merecerían una nota exclusiva,  pero la verdad es que prefiero escribir sobre los libros que compré en los pocos minutos que tuve chance de recorrer la Feria, antes de iniciar la presentación. Los listo en el orden de adquisición.
Desde el avión había comentado con Pedro Sol acerca del libro Goedel, Escher y Bach, así que en la FIL, lo busqué y lo encontré en el stand de TusQuets. Mientras Pedro lo hojeaba y deshojaba la margarita de su cartera, reparé en un libro de Juan Miralles, que habla de un tema que me llama la atención desde hace un rato: La biografía de Hernán Cortés. Me parece que Cortés, al igual que Porfirio Díaz, son personajes “villanizados” por la historia oficial y que merecen que conozcamos mejor y desde una perspectiva objetiva su biografía.
Mientras hacía cola para que me cobraran el libro sobre Cortés, hojee uno que estaba sobre el mostrador; hablaba sobre la belleza de las ecuaciones más famosas. En cuanto lo tomé, el cliente que se encontraba pagando me dijo: “estoy buscando uno menos maltratado”, etán allá y me señaló un área del stand donde había libros con temas científicos. Dejé mi lugar en la fila y me fui a verlos. Ahí me encontré dos que llamaron mi atención: “La conjetura de Poincaré” y “La conferencia perdida de Feynman.”
El primero habla de un problema, que en el año 2 mil, fue declarado por el Clay Mathematics Institute, como uno de los siete problemas fundamentales no resueltks del milenio y la solución que en 2003 ha propuesto Gregory Perelman.
El segundo reconstruye una conferencia de Feynman sobre el movimiento de los planetas alrededor del sol. Esta conferencia formó parte del curso de física que se convirtió más tarde en las  Feynman’s Lectures on Physics, pero por alguna razón no se le incluyó en su edición. Años después David Golstein se encontró con un borrador de la coneferencia y a partir de él reconstruyó la conferencia de Feynman. El libro es la conferencia, precedida de algunos conceptos necesarios a su comprensión. Aunque lo interesante es que la demostración de Feynman solo usa geometría de nivel preparatoria, para tratar el tema que dio origen al libro de los Principia de Newton. De esto sí que pienso volver a escribir.
Antes de ir al stand de TusQuets me había dado ya una vuelta por varios otros. En el de Planeta me llamaron la atención también dos libros: "Los Numerati "de Stephen Baker y "Objetivo La luna" de Dan Parry.
El segundo trata de la historia de la llegada a la Luna, un tema del que me he ocupado en algunos artículos como Porqué esta ahí, reproducido en el libro "Para Conversar de Ciencia".
El primero habla de los perfiles de conducta que es posible dibujar a partir de los datos de nuestras actividades diarias, registradas a través de las computadoras. Estas trazas, puestas a disposición de los mineros numéricos que las explotan significan una gran riqueza para explotar su uso en áreas que van de la política a la salud o la comubicación. 
Tengo, al momento en que escribo, delante de mi, una pila de libros que voy leyendo simultáneamente; a ellos, han llegado a agregarse estos nuevos, a los que se juntará, sin duda, el ya prometido regalo de navidad, sobre Wikileaks, que me fue traído también  de la FIL de Guadalajara

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Foro TV. (Entrevista con Guillermo Ochoa)

Llegué, a Televisa, pasadas las 8 de la noche, el tráfico estaba infernal. En la entrada ya me esperaba alguien para guiarme a través de los pasillos hasta el foro. Entré al estudio justo en el momento en que la presentadora del tiempo se levantaba para hacer su intervención. Una mujer muy llamativa con un idem vestido rojo. Se acercó la maquillista y empezó a trabajar en busca del milagro, también llegó la persona que me iba a colocar el micrófono.

Enseguida vino un camarógrafo y realizó algunas tomas, me pidió tomar el Cómic y hojearlo. Mientras tanto la guapa mujer del vestido rojo, terminaba de dar los pronósticos del tiempo y entraba al aire una cortinilla con el video recién grabado que anunciaba la conversación sobre el Cómic “Dime abuelita porque” que tendría lugar en unos momentos más.
Durante el corte fui conducido a los sillones del set donde estaban sentados Guillermo Ochoa y Jill Begovich. Iniciamos una conversación informal sobre el libro y los temas que ahí se tratan. Los dos presentadores hablan con agrado de que se trate el tema del vino, desde un punto de vista cotidiano y con enfoque de ciencia.
Comentamos que el corte es largo; lo que muestra que el noticiario esta teniendo buen rating y que hay buen número de anunciantes. Jill pregunta: ¿Cuánto tiempo falta para entrar al aire? Treinta segundos le responden y con sarcasmo agrega Guillermo Ochoa: “Ya no te da tiempo de ir a fumar”. Nos reímos y en ese momento empieza el clásico 5, 4, 3…
Entramos al aire y después de anunciar de que se va a hablar, se dirige Guillermo Ochoa a mí y me pregunta: ¿A quién van dirigidos el libro y el cómic? Empiezo a responder y Guillermo Ocho hace la broma: ¿A las abuelitas? Sí, respondó, para que puedan contestarle a sus nietos las dudas de ciencia y me corrijó de inmediato: “no , las abuelitas son sabias, no les hace falta” Todos nos reímos y sigo más en serio explicando que en principio,  ambos, libro y cómic, están destinado a todo mundo, aunque el cómic, sobre todo se orienta más a los muchachos de prepa. Les digo que cada historia toca un solo tema y ejemplifico con los del lenguaje del álgebra, la caída libre o el principio de Arquímedes. Guillermo Ochoa me deja hablar y yo sigo: insisto en la diferencia del libro con el cómic.  Aclaro que el libro no trae ninguna fórmula, mientras que el cómic, sí. El cómic está pensado para servir también de apoyo a la enseñanza de ciertos tópicos en la prepa; pero no es –puntualizo-  solamente una serie de temas de ciencia puestos en dibujos, existen personajes. Se trata de narrar las vivencias cotidianas de un muchacho que va a la prepa y tiene su grupo de amigos y sus historias de amor y desamor.
Me pregunta cómo integrar esto en era de las tecnologías de la información y le cuento que el cómic es un producto colateral, que surgió de hacer la adaptación del libro a un formato para Ipads o tabletas personales.
¿Por qué es importante para ti hacer estas cosas?, continua Ochoa. Para mí es importante, respondo, porque es mi profesión, soy profesor, a eso me dedico, pero más allá de que pueda ser importante para mí, creo que hacerlo es importante para el país. Las vocaciones científicas hay que irlas a buscar, como las deportivas, entre los jóvenes.  Cito la frase de Picaso de que de niños todos somos artistas, lo difícil es seguir siéndolo cuando crecemos, para decir que lo mismo aplica en ciencia: De niños todos somos científicos, lo difícil es seguir siéndolo cuando crecemos.
El tiempo se ha ido volando y Guillermo Ochoa, prepara el cierre de la conversación con la pregunta de cajón: ¿Dónde se puede adquirir? Rápido pasa por mi mente que probablemente no pueda decir marcas, ni nombres de empresas, lo pregunto y me aclaran que así es y el mismo Guillermo Ochoa da la respuesta: Librerías de prestigio. Volvemos a reírnos y en seguida despide, agradeciendo.
Al salir a la calle, enciendo nuevamente el celular y empieza a vibrar indicándome que hay mensajes de correo electrónico. Hay varias solicitudes de información. Una de ellas, la que más me gusta es la de un profesor de Oaxaca que dice: “Soy Director de una Escuela Secundaria en Tlaxiaco, Oaxaca, quiero saber cuánto cuesta el comic Dime abuelita por qué, si lo envían y si tiene algún precio especial para escuelas, quiero fomentar la lectura científica con mis alumnos”
Después de leer eso pienso que el agradecido soy yo y que vale la pena hacer estos esfuerzos.
Por cierto el video completo de la entrevista puede verse en:

lunes, 13 de septiembre de 2010

Loret.

Hacía muchos años que no iba a las instalaciones de televisa, en avenida chapultepec. Quizás desde aquellos maratónicos programas con Nino Canún y Jorge Mausan discutiendo sobre OVNIs. En aquellas veces salía de madrugada o ya bien empezada la mañana, luego de toda una noche de argumentaciones. Ahora estaba llegando aún con la oscuridad de la noche anterior para participar en el noticiero de la mañana, en una breve entrevista sobre ele libro Dime Abuelita Por qué…
El edificio donde esta el “News Center”, que es el lugar donde se producen los noticieros de Loret, López Dóriga y Lolita Ayala es nuevo, relativamente; tiene seis años. No reconocí entre tanta modernidad el viejo galerón donde se instalaba el panel del programa “…Y usted ¿qué opina?
Mientras Twiteba que había llegado ya a televisa y que estaba listo para la entrevista se aparecieron las maquillistas, vestidas como rock star, y ahí, en la salita de espera me dieron una manita de gato. Se fueron, llegó el encargado de sonido y me instalo el micrófono, finalmente el floor manager me condujo a la sala donde se llevaría a cabo la mini entrevista. Loret estaba ya sentado en uno de los dos sofás que hacen ángulo. Yo me instalé en el otro. Nos saludamos y me dijo, como disculpándose: “me acaban de dar el libro, pero ya encontré varias cosas interesantes”. Tomó un papel y empezó a apuntar algunas ideas. Mientras èl escribía, conversábamos, me preguntó como iban las ventas del libro y dónde se podía comprar.
En algún lugar que yo no alcanzaba a ver, un monitos traía la imagen y el sonido del noticiario, se habalaba de las mujeres, acusadas de aborto, que habían sido liberadas el día anterior en Guanajuato. En un momento dado, el oído entrenado de Loret, percibió que terminaba la nota anterior y cortándose a sí mismo la palabra volteó hacía la cámara para anunciar mi presencia y el libro.
Tras una introducción para dar contexto a la pregunta se volteó hacía mí, con la misma rapidez con que había hablado a la cámara me lanzó la pregunta: ¿Existe un problema de matemáticas aun sin resolver? Existen muchos contesté, sin saber bien que quería saber Loret, luego pensé que en el libro habló de la hipótesis de Riemann y que debía decir algo al respecto. En fracciones de segundo pensé: “cómo diablos explico que se trata de las raíces complejas de la Zeta de Riemann”. Me acordé de la anécdota de Eintein que platica que a la pregunta de un reportero sobre si podía explicarle la teoría de la relatividad, contestó: ¿Usted podría explicarme como frie un huevo?. Sí, dijo el repotero. Pues hágalo, dijo Einstein, suponiendo que yo no se lo que es un huevo, ni un sartén, ni el aceite.
Mientras pensaba eso, mi boca, por su priopia cuenta, iba diciendo algunas cosas sobre los números complejos y la Zeta de Riemann, afortunadamente Loret, interrumpió para preguntrarme que tan viejo era el problema y ahí pude salir del terreno abstracto de las raíces de la ecuación y entrar al dato histórico del congereso de Paris en 1900, donde Hilbert planteó el problema.
No acababa yo de hablar, cuando vino la siguiente pregunta sobre el infinito y luego otra sobre las encuestas y otra sobre los icebergs y sobre el centro de la tierra, me sentía como en examen contra reloj, pues no bien acababa de armar una idea ya venía la siguiente pregunta. Cuando terminé de hablar del centro de la tierra, Loret de Mola volteó nuevamente a la cámara y empezó a agradecer. La entrevista en total había durado unos dos o tres minutos, pero muy intensos.
Cuando me sentè, horas mas tarde, frente a mi computadora, empecé a recibir en mi cuenta de facebook comentarios sobre la entrevista, algunos opinaban que Loret no había sabido preguntar, que habría sido mejor tener la entrevista con otro conductor, etc, etc. Desde mi punto de vista, esa opinión no es justa, creo que Loret lo hizo bastante bien, Me parece que en unos pocos minutos hojeo el libro y encontrò dos o tres cosas que le parecieron de interès general, para lo cual es necesario no solo inteligencia, que sin duda tiene, sino tambien una cierta capacidad de asonbro, como la que mostrò, con cierta inocencia, cuando dijo: Hay un problema de matemàticas que no ha sido resuelto.
Me pareciò muy bien, no por tratarse de un libro escrito por mi, que una emisiòn con una audiencia tan numerosa haya dado espacio a temas que tradicionalmente no lo tienen.
En el siguiente enlace pueden ver la entrevista que se encuentra en la parte donde el iondicador de tiempo indica 2:32.



Ya se hizo demasiada larga esta entrada, mañana publicarè el programa para el foro del dìa 4 de octubre.

viernes, 30 de julio de 2010

Presentación del libro "Dime Abuelita Por qué..."

Habia quedado de informar sobre los detalles de la presentación del libro de divulgación que terminé hace unos meses y del que ya he comentado algunas cosas en el blog.
La presentación será el próximo jueves 5 de agosto a las 7 pm en la Casa del Lago de la UNAM. Presentan el libro el Dr. Arturo Menchaca, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias y el Dr Ramón Peralta Fabi, director de la Facultad de ciencias de la UNAM. El moderador será el maestro Horacio García Fernández, premio nacional de divulgación de la ciencia 1996. Espero ver a mucho se ustedes por ahí, a quienes no conozco personalmente me agradaría que se acercaran y se identificaran para saber quienes son.
Les transcribo lo que las personas que se encargan de promover el libro escribieron acerca de él:
“Dime abuelita por qué”, es un libro de amor a la ciencia; del amor de su autor a la ciencia, por supuesto, pero más importante, es un libro que hará nacer o renacer en los lectores amor a la ciencia. Es un libro escrito por un hombre que empieza platicándonos como de niño se maravilló al descubrir el poder de comunicación del álgebra y después la capacidad de las matemáticas para describir el mundo y nos va compartiendo esa curiosidad y ese entusiasmo de ver y comprender el mundo, lo mismo en juegos como el trompo, que en deportes como el besibol, la composición musical o la demostración de teoremas clásicos como el de Pitágoras, con exactitud, pero sin tecnisismos excesivos
El libro traiciona la vocación y habilidad docente de su autor que en páginas amenas explica los experimentos que se llevan a cabo en Europa para tratar de determinar los orígenes del Universo, la historia de la bomba atómica y la serie de premios Nobel otorgados a los científicos que en el siglo pasado fueron decodificando la estructura del átomo y del núcleo.
Una lectura muy disfrutable y casi imprescindible para cualquier persona curiosa y sensible a los encantos de la inteligencia del mundo”.

jueves, 1 de julio de 2010

Dime Abuelita por que...


Esa frase de Francisco Gabilondo Soler es el título que le dí al libro de divulgación de la ciencia que terminé de escribir en mayo y que ahora, a escasa semana, de haberse impreso esta ya en algunas de librerías de la Ciudad de México. Ha sido tan rápido todo, que no he tenido tiempo de planear la presentación y tampoco están aun los links para la compra en línea. Ambos datos los haré del conocimiento de los lectores del blog, en cuanto los tenga. Me gustaría ver a muchos de ustedes en ese evento. Por lo pronto aprovecho que es jueves de divulgación para compartirles el texto con el que inicia el primer capítulo del libro, al que nombré “Revoloteo de Palomas”.

Mis cien palomas.
Lo cotidiano es lo que nos rodea, lo que nos ocurre todos los días. Hay pueblos para los que la nieve es cotidiana y tienen más de una palabra para referirse a ella, distinguiendo sus diferentes estados. El lenguaje sirve para describir la cotidianidad del mundo en el que vivimos, para comunicarlo y aprenderlo. Vivimos en un mundo lleno de luz, de sonidos, de fenómenos naturales, ¿con qué lenguaje lo describimos? Podemos hacerlo con palabras, pero éstas tan útiles para la poesía y para despertar emociones por la capacidad que tiene quien lee de hacerlas significar más de lo que el autor intentó, no resultan ser tan eficientes en la descripción del mundo físico, donde la ambigüedad que permite a los vocablos servir para hacer bromas de doble sentido, es más bien un inconveniente. Las expresiones que describen las leyes naturales deben expresar sin confusiones su contenido.
Quizás por esa precisión me maravilló el álgebra desde que la descubrí en la secundaria. Alguién me había explicado que en el álgebra se usaban letras en vez de números, asi que el primer día de clases de álgebra en la Secundaria 4, yo sentía que ya sabía de que se trataba. El maestro, teatralmente, pidió a alguien pasar al pizarrón y escribir en el pizarrón cualquier número. El compañero al que habían solicitado hacerlo escribió el 7. El profesor le dijo: Ése no es cualquier número, es el 7. Después de un rato de vanos intentos de nuestro compañero, el profesor por fin pintó la letra “a” y explicó: Éste es cualquier número, porque puede ser el 7 o el 5 o cualquier número. Sentí que se me revelaba algo importante. Después el profesor pidió a otro estudiante que escribiera la suma de dos números cualesquiera, nuestro camarada escribio a + a. El profesor le dijo esa no es la suma de dos números cualesquiera, esa es la suma de un número cualquiera con él mismo y escribió en el pizarrón: a + b, ésta es, dijo, la suma de dos números cualesquiera, en ella incluso ésta el caso anterior si a = b. No se si a mis compañeros de clase les pasaba lo mismo, pero yo estaba fascinado por el poder de ese idioma que iba descubriendo.
Estaba tan contento con lo que había aprendido que se lo platiqué a un tío, hermano de mi papá. Mi tio me dijo: Entonces podrás resolver éste problema: “ Está un gavilán viendo pasar a una parvada de palomas y les dice con tono conquistador: 'Adios mis cien palomas'. No somos cien señor gavilán somos estas, más otro tanto como éstas, mas la mitad de éstas más la cuarta parte de estas, más usted señor gavilán seríamos cien. ¿Cuántas palomas eran?”
Sin darme mucha oportunidad de pensar en cómo resolver el problema, mi tio sacó su pluma, buscó un papel y empezó a explicarme: Llámale x al número, por ahora desconocido de palomas o sea las que la paloma llamó “éstas”, fíjate que un entero puede escribirse en términos de fracciones. Un entero es dos medios o también cuatro cuartos. Así que “éstas” más otro tanto como “éstas” son ocho cuartos de “éstas”, independientemente de cuántas sean “éstas”. A esos ocho cuartos hay que sumarle la mitad de “éstas” es decir dos cuartos más, con lo que llegamos a diez cuartos y finalmente para tener el total que dijo la paloma hay que agregar un cuarto más. Total once cuartos de “éstas.” A ese número hay que agregarle uno, el gavilán, para tener cien.
Si a once cuartos de un número le sumas 1 y te da cien, quiere decir que once cuartos de ese número es igual a 99, por lo tanto el número de palomas, “éstas” es noventa y nueve dividido entre once cuartos; es decir 36. El número de palomas que galanteó el Gavilán eran 36 y al menos la que lidereaba la parvada, sabía de matemáticas.
Mi tio me confirmó que el álgebra era un lenguaje muy interesante que permitía poner en términos muy claros expresiones que en el lenguaje común se prestaban a ambigüedades. Empecé a leer por mi propia cuenta algunos libros de matemáticas como El Álgebra Recreativa de Perelman. Ahí me encontré la historia de la vida de Diofanto1 . La historia de su vida se platica así, en la inscripción de su sepulcro, dice Perelman: “¡Caminante, aquí fueron sepultados los restos de Diofanto. Y los números pueden mostrar cuan larga fue su vida, cuya sexta parte constituyo su hermosa infancia. Había transcurrido además una duodécima parte parte de su vida, cuando le salio barba y la séptima parte de su vida transcurrió en un matrimonio estéril. Pasó un quinquenio más y lo hizo dichoso el nacimiento de su primer hijo, cuya existencia duró solo la mitad de la de su padre, quien le sobrevivió cuatro años.” ¿Cuántos años vivió Diofanto?
Para averiguarlo procedemos como en el caso del problema de las cien palomas, llamamos X a la cantidad desconocida 2, escribiendo las fracciones de la vida de Diofanto en términos de X (X/6, X/12, X/7, etc) y sumando todo, llegamos a una ecuación cuya solución nos da 84, la edad de Diofanto al morir. (¿Obtuviste ese resultado?)
Las matemáticas me llamaban cada vez más la atención y conforme avanzaba en los estudios, pensaba en estudiar para matemático; hasta que en otra clase -ahora de física- el profesor nos planteó el problema de calcular la profundidad de un pozo midiendo el tiempo que tarda una piedra en llegar al agua. Se sabe que la piedra, en primera aproximación, cae únicamente por la atracción gravitatoria, sin tomar en cuenta la fricción del aire y que su movimiento es uniformemente acelerado. Para ese tipo de movimientos la distancia recorrida en un cierto tiempo es igual a la mitad del producto de la aceleración por el tiempo que dura el recorrido elevado al cuadrado. Asi que medir el tiempo era como medir la distancia y sin tener que bajar al pozo, ni mojarse; únicamente con un cronómetro y poniendo atención al ruido producido por el golpe de la piedra con la superficie del agua del pozo. Ahí el lenguaje que tanto me gustaba de las matemáticas me abrió un nuevo campo de interés, pues ahora las ecuaciones me permitían entender y describir el mundo que me rodeaba. El de los objetos que se movían a mi alrededor, los sonidos, los colores, la lluvia, los deportes.
No se muy bien cuando escribí un primer texto para tratar de explicar a otros un fenómeno físico. Recuerdo que cuando Conacyt en 1980 abrió una covocatoria para formar divulgadores de la ciencia, yo hacía ya en la FES Cuautitlán una revista, Marcha, que incluía artículos de divulgación. Participar en ese programa fue un gusto sobre todo por la oportunidad que tuve de conocer a Enrique Loubet, en ése entonces director de comunicación social de Conacyt y editor de la revista Comunidad Conacyt. Enrique y yo simpatizamos y me ofreció escribir para su revista. La revista tenía siempre un tema central y lo que yo hacía era pensar ese tema desde la perspectiva que me gustaba, la de las leyes físicas y las matemáticas. Así que lo que resultó cotidiano fueron las cien palomas que vuelan siempre que quiero poner en claro una idea del mundo físico o de las matemáticas. Entender, aunque sea en primera aproximación, la manera como se conduce el mundo es un placer que se magnifica si se comparte con otras personas. Así que he seguido, por años, escribiendo textos para alguien.
1Diofanto fue un matemático griego que vivio hacía el siglo III, fue autor del célebre libro “Aritmética” que recoge y resuelve una serie de problemas matemáticos.
2Se atribuye a Albert Einstein haber respondido, lo siguiente, a la pregunta de cómo hacía para resolver un problema: “llamo X a lo que no se y luego despejo X”