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lunes, 28 de diciembre de 2020

Lecturas 2020

 

Una columna publicada el último domingo del año sobre las lecturas de su autor me llevaron a reflexionar en las que yo he realizado en este 2020.

Los tres primeros meses  del 2020 estaba yo todavía en España leyendo los libros que sacaba de la red de bibliotecas públicas de Cataluña, en particular la de la Barceloneta. Sobre esas lecturas creo que ya he escrito suficiente en otros posts de este mismo blog.

Cuando tomé el avión, de regreso,  traía dos libros para la lectura transatlántica. No es que pensara concluir ambos, pero tengo el hábito de leer dos o más libros simultáneamente. Los libros eran “Lugares de mi memoria” de Elvira Matas y “Una historia de España” de Arturo Pérez Reverte.

Poseer el primero de estos libros es un privilegio. Me lo regaló la autora, quien hizo un tiraje muy restringido, dedicado básicamente a sus descendientes para platicarles de las cosas que habitan en su memoria.

El recurso narrativo que utiliza Elvira es el de una maleta que descubre y de la que va sacando recuerdos que motivan su relato.

Elvira es argentina, hija de catalanes que emigraron a América en la época del franquismo y que volvió a España por la actividad política que la familia tuvo en la época de la dictadura. Es una mujer de firmes convicciones políticas, farmacobióloga, con habilidades literarias y a quien conocí a través de Paco Ibáñez.

Cuando terminé de leer el libro, ya en México, le escribí a Elvira dándole mis impresiones. He aquí algunas de ellas:

El primer comentario es que me gustó mucho. Me gustó el estilo narrativo. Es muy literario.

 

Como me habías platicado de él antes de que lo leyera, tenía yo una cierta expectativa. Lo pensaba más personal. Se habla de la vida de pareja combatiente, de la pareja solidaria, de la pareja en familia, pero poco o nada de la pasión que llevó a formar esa y la otra pareja.

Claro que todo lo dicho en el párrafo anterior es problema mío, del lector, por esperar algo injustificadamente. Es potestad del autor hacer lo que tu hiciste: seleccionar los lugares de su memoria que quiere mostrar.

Me gusta el recurso de la maleta que si “non e vero e ben trovato”. A veces tenía la impresión de que podría tratarse de una novela de misterio donde la protagonista busca encontrar a una familiar, la mujer del trineo y el tren, y va poco a poco encontrando piezas del rompecabezas para armarlo. Para enterarse cuando finalmente lo consigue de que…

El exilio está presente en todo el relato. Tanto el de los ancestros, como el tuyo, que paradójicamente es un exilio de regreso.

Te podía imaginar perfectamente en las terrazas de los café con tus pensamientos. Los pensamientos de quien ha aceptado que “el exilio es la penosa línea divisoria entre un pasado que se abandona y un futuro que construir, mientras se vive un presente gris.” Los pensamientos, sin embargo, de quien no fantasea con volver a Mendoza. Como tampoco su madre fantaseó con volver a Barcelona.

Apenas se entera uno de tu quehacer profesional. Su descripción queda como subsidiaria de la descripción de la vida familiar. Dices que aceptas un empleo en Terrassa, pero no recuerdo si hablas del negocio que montas, de tus empleados, de las dificultades para hacerlo exitoso.

No lo haces, por lo menos, con la misma intensidad con la que describes el negocio paterno, los pájaros que cuidaba la devoción de tu madre y la participación de tus hermanos.

Me gustaron las frases que entreveras, por supuesto la de Borges, más allá de la situación en la que la usas: “El olvido es la única venganza y el único perdón”.  También me gusta que digas que te excitan las personas inteligentes.  Creo que la parte donde dices que te gusta jugar -y ganar- a las cartas, ya la sospechaba yo.

No sé si gané mucho más en conocimiento de tu persona leyendo el libro. Gané en conocimiento de tu historia, comprendí quizás porque decías o hacías algunas cosas. Lo que vi en las páginas del libro fue a una mujer inteligente y sensible, buscando en los lugares de su memoria, algunos para mostrar. Me quedan dudas: ¿por qué escogió esos? ¿Desecho algunos? ¿Cuáles?¿Por qué?

Pero esas preguntas son ociosas. Todos sabemos que es potestad del autor seleccionar lo que cuenta. A mi finalmente, como lector, lo que me queda decir es si me gustó o no.

La respuesta es la primera frase de este comentario: ¡me gustó mucho!

También, ya en México, terminé de leer el libro  de Pérez Reverte. Es la recopilación de artículos que fue publicando en su columna “Patente de Corzo”. Cada entrega narra un episodio de la historia española. Son artículos muy amenos, bien documentados y que reflejan obviamente la opinión de su autor.

A un extranjero, como yo, le resultan muy útiles para entender algunas de las situaciones actuales de la política española, incluidos los reclamos de algunas autonomías como la catalana, por ejemplo.

En particular recuerdo el texto por el que me acerqué a esa obra. Es el  capítulo XX , se llama “Aquellos admirables animales” y  habla de la conquista de México. Lo conocí cuando su autor lo uso satíricamente como respuesta a la solicitud de AMLO de que los españoles pidieran disculpas por la conquista: “esta es mi disculpa dijo Pérez Reverte”.  La parte final de ese escrito cita a Carlos Fuentes alabando la llegada del idioma español a México. “Se llevaron el oro, pero nos trajeron el oro”.

El libro relata después en capítulos sucesivos la construcción y hundimiento de un imperio, las guerras carlistas, el golpe de estado de Primo de Rivera, la caída de la monarquía, el franquismo y el regreso a la democracia.  Se trata de una lectura amena que puede hacerse con pausas.

De Europa vinieron también otros libros, dos de ellos “Civilizations” de Laurent Binet y “Les particules eléméntaires” de Houellebecq fueron los siguientes en la lista de lectura.

De Binet había ya leído un par de libros, “HHhH” y “La séptima función del lenguaje”. Ambos me gustaron mucho. “Civilizations” me gusto menos.

El libro está construido sobre la base de ¿qué hubiera pasado si…? En este caso qué hubiera pasado si América hubiera conquistado Europa y no a la inversa.  El libro arranca con la llegada de los escandinavos a América, habla de Colón que es sacrificado con algunos de sus hombres en América y de las expediciones transoceánicas  de Atahualpa primero y de Cuauhtémoc después.

La civilización que encuentran los expedicionarios de América al llegar a Europa es una cultura basada en la religión cristiana y en la que empiezan a insinuarse la Reforma de Lutero. Lutero mismo es un personaje que aparece en la novela, lo mismo que Tomás Moro y Erasmo de Róterdam. Todos estos pasajes traslucen una fina crítica a esa cultura religiosa a la que Binet Llama del “Dios Clavado” (Le dieu cloue) y que desconcierta a los americanos cuando la van descubriendo.

Aparece también Carlos V metido en la guerra de Flandes pero sin ser dueño de aquel imperio en el que no se ponía el sol. Es un libro interesante sobre todo por la crítica que realiza de la historia de la civilización europea parodiándola, pero cuesta trabajo al menos como mexicano dar verosimilitud a personajes como el de Cuauhtémoc e incluso como el de Atahualpa.

El libro de Houellbecq platica la vida de dos medio hermanos -uno de ellos científico y el otro profesor de francés- como pretexto para hablar de la sociedad europea de finales del siglo XX: el avance científico, le liberación sexual, el descrédito de la religión, el advenimiento -en su lugar- de sectas sexuales y la reflexión final acerca de la felicidad. El libro es riguroso en los datos que da de ciencia.

Es una lectura que por momentos puede resultar pesada como cuando describe con tanto detalle los campamentos de verano franceses a los que acuden sectas de New Age, pero es en todo momento un libro que hace pensar.

Después de estas dos lecturas y mientras pensaba cuál de los libros que estaban en la cola de lectura seguiría, se colaron dos intrusos: “Algo ahí afuera de Bruno Apaia y “Mujeres. Crónica de una rebelión histórica” de Juan María Alponte.

El primero de ellos imagina, como el libro de Binet qué pasaría si el cambio climático nos alcanza. Platica la migración desde pueblos donde la sequía ha llegado rumbo al norte. Describe por ejemplo el paso a través de Italia, de donde es originario el autor y la necesidad de pagar por poder atravesar a través de una parte del territorio. Es una lectura aún no concluida.  

Tampoco he terminado la lectura del  libro de Alponte que reúne con su estilo característico retratos de mujeres que han combatido por la igualdad de derechos. Aprendí por ejemplo que Jefferson, uno de los padres fundadores de la nación estadounidense tuvo hijos con Sally Hemings, una de sus esclavas.  La lectura de este libro me recordó el de Irving Wallace que se llama “De Ninfómanas y otras maníacas”.  

Cuando vino el momento de escoger  qué leer en las vacaciones de fin de año, regresé a la fila de libros que esperaban. Me encontré entonces dos de ellos  adquiridos en la FIL Guadalajara en 2018: “Estudios sobre el amor” de José Ortega y Gasset e “Historias selectas” de O. Henry.

De O. Henry había oído hablar por el premio literario que lleva su nombre pero nunca había leído nada de él. Aunque al hacerlo me di cuenta de que conocía algunas de las historias que él platica como aquella de la pareja empobrecida que desea hacerse un regalo de reyes. Ella tiene un hermoso pelo largo y el posee un precioso reloj de bolsa. Él para comprarle un par de peinetas vende el reloj y ella había vendido su pelo para comprarle una cadena al reloj.

También conocía la historia del hombre que deseaba hacerse apresar para poder pasar el invierno neoyorquino fuera de sus calles, durmiendo en la cárcel.

El volumen donde leí los relatos es una antología de varios obras de O. Henry, que a su vez recopilan sus publicaciones semanales del New York Globe. El libro trae relatos de “Los cuatro millones” la publicación que lo  hizo famoso, de “El corazón del oeste”, “Opciones”, “Caminos del destino”, “La lámpara maravillosa”, “La luz de la ciudad” y “Remolinos”.

Es fama justificada que los cuentos de O. Henry sorprenden por sus finales inesperados.  Pero hay también una dosis de caballerosidad en personajes que podrían etiquetarse de villanos como el bandolero transmutado en príncipe para recatar a una cenicienta del far west en “Un príncipe del chaparral” o el ladrón que está dispuesto a ir a la cárcel por salvar a una jovencita de “Una reforma obtenida”

La propia vida de O. Henry parece uno de sus cuentos. Siendo empleado de un banco en Austin roba una pequeña cantidad, huye a Honduras pero vuelve a USA al enterarse que su mujer enfermó. Es enviado a la cárcel y pasa ahí más de tres años. Desde prisión empieza escribir y la fama lo alcanza al salir. No obstante al morir, de cirrosis, traía en su bolsillo únicamente 23 centavos de dólar.

El libro de Ortega y Gasset de “Estudios sobre el amor” es una colección de artículos que su autor fue publicando en el periódico El Sol, en España, en la década de los veinte del siglo pasado. Esto confiere a la obra un carácter interesante al menos por dos aspectos: uno, en esa época se desconocía aún mucho de la fisiología de los sentimientos y dos, la mujer gozaba de menos libertades.

A veces, por esas razones, resulta difícil estar de acuerdo con Ortega cuando plantea tópicos acerca del papel social de la mujer o sobre el rol del alma. Pero siempre se puede estar de acuerdo con él en la manera en que argumenta y escribe.

Analiza, Ortega, por ejemplo, la figura de Don Juan y el amor en Stendhal. Recurre a las etimologías para hablar del encanto; pasa, por supuesto, por la divina comedia e incluso toca el tema del misticismo y el éxtasis que vincula con la hipnosis, la yoga y lo que hoy llamaríamos la meditación, que es ese poner la mente en blanco.

Al ir leyendo fui subrayando algunas frases que comparto a manera de colofón de este texto sobre mis lecturas del 2020:

·        La cultura de la “cortezia” (…) merced a la cual la mujer se hace educadora del hombre.

·        ¿Qué es la mujer cuándo no es sino mujer?

·        La vida, señora, usa espuela.

·        ¡Tiene razón Shakespeare! ¡Nuestra vida está hecha con la trama de nuestros sueños!

·        La suprema misión de la mujer sobre la tierra: exigir, exigir la perfección del hombre.

·        Los hombres pueden dividirse en tres clases: los que creen ser Don Juanes, los que creen haberlo sido y los que creen haberlo podido ser, pero no quisieron.

·        Conocer las cosas no es serlas, ni serlas conocerlas.

·        La exactitud en todo problema de vida sería lo más inexacto.

·        El amor más que un poder elemental , parece un género literario.

·        En el hombre prácticamente no existe (…) el instinto sexual, sino que se da casi siempre indisolublemente articulado, por lo menos con la fantasía.  

·        En nada como en nuestra preferencia erótica se declara nuestro más íntimo carácter.

Y podríamos agregar quizás que también las frases que seleccionamos traslucen nuestro carácter.

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