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martes, 1 de julio de 2014

¿El uso es ley?

El texto que publiqué aquí sobre participios pasivos, recibió a vuelta de correo, la respuesta que ahora transcribo. Procede del Dr (en matemáticas) Carlos Mendoza Durán. Escrito oportuno pues habla también de la evolución del lenguaje y de la sentencia de El uso es ley. Los dejo con los argumentos del Académico Mendoza:


Le contesto a su escrito sobre participios irregulares.
Antes de empezar mi sesuda disquisición, permita Ud. una declaración exculpatoria: los asuntos del lenguaje son la casa del jabonero.
Una vez hecha la anterior, confieso que para escribir "disquisición", me fui a ver el diccionario y me encontré un poema: disquisción quiere decir, a la vez: estudio riguroso examinando cacho a cacho, y disgresión. Envalentonado por este espaldarazo que me otorga la Real, enrumbo por este mamotreto que examinará cacho a cacho, y estará relleno de disgresiones (¿quizá también atiborrado de transgresiones?).
Torres Lemus era hermano de Torres Lemus; uno me platicó de latinajos y grecajos en La Salle, el otro intentó enseñarme a cantar y musicar en el Seminario. Y muy a su pesar (del etimólgo), yo diría que si el uso es ley, decir: "Y quién chingaos son los Gómez", puesto que se usa, legisla y convierte en disparate decir: "Y quiénes chingaos son los Gómez", ya que el uso apoya al primero y no al segundo. También el uso legislaría sobre los malos tratos que recibe "haber" de parte de "existir"; el uso del segundo cuando le tocaba su lugar al primero se extiende como flama en yerba seca. O el sublime "flamable" que nos recetan los eruditos a la violeta que no entienden que el prefijo "in" no sólo significa negación sino que también quiere decir "desde dentro" y que la palabra que uso yo es "inflamable" (entonces ¿qué querrá decir "intrinseco"? ¿"lo que no es 'trínseco' "?, o ¿"íntimo" será lo que no es "timo"?). El uso de los dueños de los camionsotes de poner "flamable" en lugar de "inflamable" ¿se vuelve ley?, pero será ¡la ley de Herodes! Y muy así porque lo pone a uno en la popular disyuntiva de "o te chingas o te jodes". Ambas opciones son inmerecidas por los aferra'os que preferimos que el flamazo nos lo de la carga "inflamable" del patas de hule y no una "flamable" (a las orillitas del camino de Pachuca).
Pero basta ya de la disgresión dentro de la disgresión. Mi tesis es que ese uso que se vuelve ley nos da, como vuecencia apunta, la apropiación de la lengua por quienes la hablan. Pero, este mismo uso que deviene en ley, a veces crea leyes medio disparatadas. En lo personal pienso que, como en tantas otras cosas que a la cultura atañen, ni tanto ni tantito. Si una persona usa palabras y dichos particulares, muchas veces provienen del antes de esa persona. Son locuciones y formas de hablar que son herencia de su cultura ancestral. En Chihuahua a los refrescos se les dice "sodas" y "echarse una sodita" es tradicional. En Chihuahua se le dice "tomate" a lo que aquí llaman "jitomate" y no hay ninguna dificultad que levante. ¿Quién conoce el origen de la "baisa" que cualquier pachuco le tendía amigable a quien fuera su amigo?
Otras expresiones vienen de un anhelo del barroquismo al que muchos somos dados, que pule frases tratando de hacerlas atractivas, amigas. Un ejemplo es la transformación del "Ahí nos vemos" al "ai nos vidrios" o incluso al "ai nos vidrioseamos". El único fin que se aprecia en estas locuciones es el de adornar y hacer agradable el habla. Afán que aprecio en las construcciones barrocas (y en general en el arte barroco). Si le ponemos mas adornos no son para encubrir desdichas y defectos, sino para darle mas belleza. Ese afán es el mismo que lleva al conductor del vehículo a ponerle colguijos (aunque sean ¡los zapatitos del hijo!). Es el mismo impulso que lleva a los propietarios de casas, coches o pañuelos, a adornarlos de formas, a veces, estrafalarias. Ejemplos hay de estas apropiaciones que llegan hasta oscurecer el lenguaje para los no iniciados (caló, lunfardo, jerga). Ahí se ve ese hacer del lenguaje algo nuestro, tan nuestro que sólo algunos de mis colegas, amigos, me entienden.
Sin embargo, yo no comulgo con los cambios que no suenan genuinos. Me refiero a giros del lenguaje que se usan para el comercio o para engatusar incautos: "Chrysler es performance", "Centro de Justicia", "central de abastos", "vialidad Gustavo Baz". Tampoco con los que son hijos de la desidia o la ignorancia: "empoderar a la mujer", "aperturar una cuenta bancaria". Uno diría que el del "Centro de Justicia" trata de hacer mas eufónico al "Juzgado", o trata de darle lustre al mismo. El de la "central de abastos" está queriendo dejar que el opaco "mercado" ceda su lugar a un "concepto" mas "actual", mas "dinámico".  Conmigo ¡no cuelan!; se trata de aranas. Y si varios millones de mexicanos (chilangos, pa'mas señas), se la pasan transitando por "ejes viales" (¡hágame usté'l favor!), yo sigo necio caminando por calles. Son términos que usamos pero su origen está en el apantalle y nó en genuino interés de eufonizar por la eufonía misma. "Mercadiux" si es hijo de la eufonía y aunque suena medio mamila, también los partidarios de Barbie tienen derecho a la lengua. Si al lugar maldito donde habita la tristeza, donde no se castiga el delito, se castiga la pobreza; le cambian de nombre y en lugar de cárcel nos endilgan "Centro de rehabilitación", no están apropiándose de la lengua y haciéndola mas nuestra, están tratando de tomarnos el pelo.
Por eso, señor, le digo que en estos asuntos, ni tanto ni tantito. Además, ¿qué se puede hacer de los dichos del Chango1?
Paso, ahora sí, a lo medular.  Y me creo que lo de los participios es algo gramatical. Y la misión de la gramatica es tratar de ponerle arnés al potro de la lengua. Potro que como todo gallo muy jugado, por mas que se le eche de tapado al apostador mas ingenuo, no se deja domeñar. Las palabras, al fin femeninas, se muestran y se mutan; cree uno tenerlas acasilladas como adjetivos y ¡zúmbale! se cambian a sustantivos. Aquello que dejó de ser oral al volverse impreso, nos sale con que impreso es un sustantivo y que, como el agua que se le escapaba de las manos al niño de San Agustín (bonita leyenda, por cierto, y que quizá venga al caso), resulta igual a imprimido, que es participio. Con los adjetivos sustantivados, los participios en papel de adjetivos y los verbos que vienen de un sustantivo, la pobre gramática sufre, rechina y se afana.
Pero pues a gramaticar vayamos. Dice el diccionario de la Real, que participio pasivo es
"(el) participio que se emplea para la formación de los tiempos compuestos, de la voz pasiva y de otras perífrásis verbales. Ha salido. Fue construida. Te lo tengo dicho. Es regular si termina en -ado o -ido; p. ej., amado, temido, partido. Es irregular si tiene cualquier otra terminación; p. ej., escrito, impreso, hecho. Algunos participios pasivos admiten a veces interpretación activa; p. ej., callado, 'el que calla', atrevido, 'el que se atreve'. Muchos admiten interpretación adjetival en unos casos y verbal en otros; p. ej., aislado, acertado, reducido, complicado."
Y pa'mí esa es la clave para resolver mis dudas. Para reconocer a un candidato a participio le pongo un "he", un "has", un "hemos" atrasito y si me suena bien, ¡es un participio!
Ejemplos de esos: 
-- 'He ido',  simón.
-- 'He transido', nel papel. Resulta adjetivo, incluso adverbiado 'llego transido'.  Otra cosa es 'transado', que si pasa la prueba.
-- 'He gruñido', simón. Onque tambien se lo haiga como sustantivo
-- 'Hemos babeado, al ver a una guapa representante de la especie hembra',  simón. Aunque a veces anda un chamaquito 'todo babeado'.
-- 'Hemos pendejo', nel papel. 'La hemos pendejeado' sería mas adecuado y hay su diferencia entre ser pendejo y estar apendejado.
-- 'He converso', nelazo.  'He convertido a un güey y ahora el pobre infeliz es un converso',  simón.
-- 'Has ignoto',  nel.  'Recoveco  ignoto', silindros y sintarazos.
-- 'Hemos satisfecho' (nuestras bajas pasiones con el ejemplar de la especie hembra que nos hizo babear unas lineas arriba),  simonísimo.
-- 'He tocho',  nel.  'Tocho morocho', oquei (ni modo, lo pocho no quita lo valiente).
-- 'Han impreso', bien.  'Le ha imprimido su sello',  bien (gramaticalmente; moralmente, quién sabe).
-- 'Ha reflejo', no. 'Ha reflejado', simondor.  El pobre reflejar, también esta relacionado (en turbio contubernio) con reflexionar;  pero ya eso es otra disquisición.
-- 'He añejo',  nel.  'He añejado un queso y ya añejo, me lo he zampado', hurra.
-- 'Habíamos espejo',  niguas naguas.  A menos que el "habíamos" sea del "haber" con significacion de poseer, ¡que también lo hay! y no como auxiliar para tiempo compuesto; claro que asi puesto, lo que querría decir es que teníamos un espejo.
-- 'Ha parejo',  no.  'Lo que no es parejo es chipotudo', sip.
-- 'He fajo', 'he tajo', 'he atajo' y 'he relajo', nel, nel, nel y nel. 'He fajado' (¿con la del babeo de arriba?), 'he tajado' (con mi cimitarra), 'he atajado', 'he relajado' (al brazo seglar, dijo el inquisidor); si, si, si ,si.
Claro que con el uso como norma, no faltará el día en que algun locutor o 'líder de opinión' nos ponga a todos 'de cara a los comicios federales', a decir por ahí algún 'ha gana'o el Peña Nieto' y entonces estaremos hablando de los participios en '..ao', '..ìo', '..eo'.

Siguiendo su buen ejemplo, aquí doy por termina'o  este mamotreto. 
 
1Nota de RFF: Era el apodo con el que los estudiantes conocíamos a Alfonso Torres Lemus, en la prepa.

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