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martes, 22 de abril de 2014

40 años de la FES Cuautitlán.

La fecha es propicia a la nostalgía y a las remembranzas. Hoy la FES Cuatitlán esta cumpliendo 40 años. Se inauguró el 22 de abril de 1974. Las memorias, dice Neruda, son intermitentes y a ratos olvidadizas, como la vida misma. Espero no ser demasiado impreciso en lo que recuerdo.
A finales del '74 daba yo clases de Física Teórica 2, en la Facultad de Ciencias, como ayudante de mi director de tesis de licenciatura, el Dr. Enrique Prieto y ni idea tenía de que pocos meses después estaría haciendo lo mismo en la recién inaugurada ENEP Cuautitlán.
Una invitación de José Landeros aunada a una serie de otras circunstancias hicieron que para principios de 1975 estuviera ya en la ENEP Cuautitlán impartiendo el curso de matemáticas a los estudiantes de Química, Ingeniería Química y QFB, que en esa época la cursaban todos juntos. 
De esa generación de estudiantes, son los profesores María Eugenia Posada Galarza y Juan José Mendoza Flores, que están actualmente en la Facultad dando clases.
Imposible repasar en unas pocas líneas toda la historia de la facultad. Tengo excelentes recuerdos del Dr. Jesús Guzmán, su director fundador. A él le tocó la primera huelga estudiantil, la que se resolvió con la histórica comisisón tripartita. Son para narrarse alguna vez, las noches de reunión, en busca de soluciones. Las intervenciones del secretario académico Roselló y la caballerosidad y buena fe del Dr. Guzmán que mostrándonos una hoja manuscrita nos decía: “El punto ya esta resuelto, me lo dijo Memo”. Memo era el Doctor Soberón, rector de la UNAM.
También de su sucesor, el Ingeniero Manuel Viejo, de cuya amistad me precio ahora, guardo agradables recuerdos, no obstante que la relación entre nosotros no siempre fue buena. En la gestión del Ingeniero Viejo hicimos el colegio académico, de aquel entonces, e imprimimos la Revista “Marcha”, que nos permitía el juego de palabras Marcha en la Universidad y La Universidad en Marcha.
La revista tomó su nombre de la revista Uruguaya homónima editada por el gran periodista sudamericano Carlos Quijano. Quijano estaba exciliado en México (de hecho murió aquí en 1984). Gracias a Mabel Hernández, muy querida amiga y también entrañable maestra de aquellas primeras etapas de la facultad, tuvimos el honor de visitar a Quijano en un departamento que habitaba en Copilco. Nos permitió usar el nombre de Marcha y nosotros salimos muy contentos de esa visita.Creo que iban conmigo Jesús Cruz y Gloria Soto.
En esa revista publicamos una entrevista a Manuel Viejo, que titulé “Manuel, el solitario en Palacio”. Fue una conversación muy franca e interesante con el director de la facultad. Hace unos meses digitalicé el texto y le regalé una copia al Ingeniero Viejo.
Las primeras épocas de la escuela coincidieron con tiempos de mucha ebullición política. En 1975 se hace el Spaunam, en 1977 se crea el Stunam, al fusionarse Spaunam y Steunam. Para 1980 se lleva a cabo el recuento por la titularidad del contrato colectivo. En la FES C, perdimos la votación, por dos votos de diferencia.
Extraordinarios recuerdos de los camaradas Armando Sánchez, en cuya casa dormí la noche anterior, para llegar de madrugada a la escuela a poner la última propaganda, de Santiago Flores, que llegó de traje el día de las votaciones, de Jorge Martínez Peniche que estuvo en la mesa de votaciones, como representante.
Algunos de los jóvenes que llegamos a dar clases, en los inicios de la escuela, estábamos recién salidos de la licenciatura, algunos sin recibir. Yo lo hice, casi recién llegado a la escuela e inicié mis estudios de posgrado, así que cuando se presentó la oportunidad de concursar por una plaza de carrera estaba listo para hacerlo. Ocurrió casi al mismo tiempo que el recuento. Se abrieron unas pocas plazas -ya desde entonces eran escasísimas. Yo me inscribí al concurso de una que en principio estaba creada para el perfil del secretario del consejo técnico, el Ingeniero Carlos Franco de Ajuria. Nos apuntamos a ese concurso tres personas: El ingeniero Franco, José Luis Fernández Chapou, que era alumno de Fermín Viniegra y yo. Al final resulté ganador del concurso.
Me parecía que era necesario continuar mi desarrollo académico y partí al extranjero para hacerlo. Había concluido en México los créditos de la maestría y el doctorado en Física y me fui a Francia a hacer un doctorado en ingeniería. En Francia, la mecánica de fluidos es considerada parte de la ingeniería, más que de la física. Me dan ganas de seguir escribiendo de mi experiencia como estudiante y profesor de español en Francia, pero me desviaría de lo que voy narrando.
Cuando volví, estaba al frente de la escuela Guillermo Aguilar Campuzano, su gestión estaba terminando y prácticamente no lo traté como director.
A Aguilar lo sucedio José Luis Galván. A José Luis le tocó el conflicto del CEU y del CAU, en 1986. Varios de los profesores que habíamos estado, una década atrás, en la formación del sindicato y en el recuento, simpatizamos con el CAU, lo que incomodaba a José Luis; con quien, por otra parte no teníamos una mala relación.
Durante su administración María Luisa Arias fue la jefa de división de químico biológicas y Bertha Rodríguez la jefa del departamento de Química, con las dos nuestras relaciones eran buenas. Incluso María Luisa nos hizo un dibujo para ilustrar un texto que titulé. “La FES C planeta habitable”.
Nuestra preocupación era que pudieramos crear en la escuela un ecosistema académico sustentable, pero la tensión del director con el CAU, lo impidió. Ocurrió que hubo elección de consejeros técnicos y en el afán de que no se “colaran” quienes simpatizaban con el CAU y el CEU, se abrió la puerta al grupo que hemos llamado “La Mafia”. Armando Aguilar fue nombrado consejero técnico, por primera vez en 1986.
Recuerdo la noche que se contaron los votos, en la sala de juntas de la dirección. Antonio Herrera, jefe de división de físico matemáticas, se dejó caer con un suspiro de alivio sobre el sofa al ver que habían ganado “sus” candidatos. Martínez Peniche le advirtió: “Hay víctorias que son derrotas”. Cuanta razón tuvo, al paso del tiempo ese grupo hostigó a Herrera.
De Antonio Herrera me llega a hora un recuerdo banal. Una mañana voy con Tegest, una etiope que era mi alumna de español en Acatlán y nos encontramos a Herrera. Cuando se la presento y le digo que es etiope, Herrera, a quien le gustaba correr, le dice Abebe Bikila es etiope, sí se sonrié Tegest. Bikila fue dos veces campeón olímpico del maratón y es una gloría de Etiopía.
Llegado ese grupo al consejo técnico empiezan a tratar de imponerse al director. Hay un feo pasaje donde hostigan al nuevo jefe de la división, el Ingeniero Fernando Orozco, hasta lograr su remoción. Termina el periodo de Galván, ya solo unos meses más, como jefe de la división José Guadalupe Ramos Anastacio, profesor actualmente en la Facultad.
En ese ambiente de encono se da el proceso para la elección del director del periodo 1989-1993... pero esa historia y lo que sigue quizás sea mejor platicarla mañana.

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