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miércoles, 23 de abril de 2014

40 años de la FESC. Recuerdos personales. Segunda parte.

A finales de 1989, ya habiendo solicitado permiso al Consejo Técnico para irme de sabático al Instituto Mexicano del Petroleo a colaborar con Marisa Ruíz Santoyo, en las investigaciones sobre transporte de contaminantes en la atmósfera, me llamó Jaime Keller para decirme que era probable que “nos encargaran hacernos cargo de la facultad”, el plural lo uso él.
Efectivamente así fue. Jaime Keller Torres fue nombrado el quinto director de la escuela. Unos días antes de que la Junta emitiera su veredicto, me llamó Keller y me preguntó si me molestaría que me buscara por teléfono después de que él conociera el resultado. Le contesté, bromeando, que lo que me molestaría sería que no me llamara.
La junta deliberó el11 de diciembre y Keller me habló para decirme que me esperaba al día siguiente, día de asueto, en su casa con un equipo mínimo de personas que nos pudieran ayudar. Hice, a esas horas, unas cuantas llamadas y al día siguiente estuvimos en casa de Keller; Juan Antonio Montaraz, Jorge Martínez Peniche, Jorge Tórtora y María Esther Monroy Baldí. Se sumaron al grupo, unos días después, Nacho Rivera y Fermín Viniegra. Los dos primeros estarían ocho años después en la terna para suceder a Keller.
A Fermín yo lo fui a buscar a la Facultad de Ciencias y lo invitamos a desayunar en Samborns de Plaza Satélite, al día siguiente. Durante el desayuno le hicimos la propuesta de hacerse cargo, a partir de ese momento, de la División de Ciencias Físico Matemáticas y aceptó. Lo que recuerdo que dijo fue: “¿Así, sin anestecia?”
Keller me preguntó, en algún momento, si quería ser Secretario Académico, le dije que sí y en la primera reunión del Consejo Técnico – y creo que la única- de la que fui secretario, hicimos el trámite para diferir el disfrute del año sabático.
No voy a decir ahora que tengo cualidades que no poseo. No soy una persona que pueda “negociar” con grupos de presión. Mi posición -ante los mensajes que, de inmediato, empezaron a mandar los Consejeros Técnicos hostiles- era de confrontarlos. Keller no me decía que no, pero en la práctica no lo hacía. Por esa razón le sugerí al director separar la Secretaría del Consejo Técnico de la Secretaría Académica. Me dijo que sí y me pidió nombres para hacerse cargo de la Secretaría del Consejo, sugerí a Adolfo Obaya y a Torres Cossio. Keller los entrevistó a ambos y no optó por ninguno. Los dos fungieron, simultaneamente, como secretarios del Consejo Técnico.
El inicio de la primera gestión de Keller estuvó marcado por la celebración del Congreso Universitario de 1990. Montaraz y yo fuimos delegados electos por el personal académico1
Del Congreso se ha escrito mucho e incluso la UNAM publicó un libro con fotografías. Creo que para todos nosotros fue una gran experiencia. Recuerdo en particular el último domingo, mientras esperabamos la comida, que ya no estaba programada, como el tedio produjo una lluvia de aviones de papel por todo el interior del frontón cerrado. 
Tambien tengo clara la imagen de Yacamán en muletas bajando muy airado a protestar por unas pancartas y las intervenciones de Litvak, el Pino, etc.
Presidía la mesa uno del Congreso, el Dr. José Laguna ex director de la facultad de medicina y quien al finalizar el congreso fue nombrado Coordinador para el Desarrollo Académico de las Unidades Multidisciplinarias. De mis recuerdos y gran afecto hacía el Dr. Laguna he publicado ya en este blog el texto "Una Laguna que fue un Oasis". http://desarmandolamafia.blogspot.mx/2011/07/una-laguna-que-fue-un-oasis.html
No voy a insistir en lo poco disciplinado que en muchos aspectos era Jaime Keller, de mis recuerdos de él ya también he escrito en este blog, el texto "Se los digo de otra manaera" (http://desarmandolamafia.blogspot.mx/2011/01/se-los-digo-de-otra-manera-recuerdos-de.html), que es el estribillo con el que siempre nos trataba de convencer de hacer alguna cosa. Voy simplemente a recordar aquella ocasión en que Jorge Tórtora en una de las juntas- asambleas de planeación le dijo un día que el director era el campeón mundial de brincarse las trancas.

No es pues de extrañar que con ese campeonato que Tórtora le concedió Honoris Causa, a Keller le costara mucho trabajo tratar laboralmente con el Dr. Laguna, a quien nunca vi llegar tarde a ningún lado. Keller delegó en mí, el trato con el Dr. Laguna. Gracias al apoyo del Dr. Laguna hubo durante la primera gestión de Jaime Keller, momentos que parecían muy promisorios para la escuela. Llegó, sin embargo, un momento en que había una especie de dos direcciones. El Dr. Laguna llegaba temprano los miércoles y teníamos reuniones de planeación con él; se iba, llegaba Keller y teníamos otra junta, distinta, de palneación con él.

Empecé a sentir el disgusto de Keller conmigo y creo que también el Dr. Laguna lo percibió. Para mi buena suerte se reestructuró el Consejo Asesor de Cómputo del rector y había que nombrar a un representante de las Unidades Multidisciplinarias. Le pidieron al Dr. Laguna que hiciera la propuesta y tuve el honor de que me sugiriera para ser parte del Consejo. Más adelante, para mí, sería vital ese nombramiento, pues me dió una salida cuando Keller se reeligió.
Desafortunadamente el Dr. Laguna se enfermó y a la pena por la suerte del amigo hubimos de sumar la triste convicción de que había terminado una etapa de orden y de planeaciónen la facultad.
Pocos días, o quizás semanas, después de que el Dr. Laguna se enfermara, Keller nos invitó a comer a Jorge Martinez y a mi. Brevemente, lo que me dijo Keller es que quería mi renuncia a la Secretaría Académica. En su estilo de decir las cosas de otra manera, me lo dijo ofreciéndome un proyecto nuevo: Crear un Centro de Investigación en el CAT. Me ofreció todos los apoyos que tenía en la Secretaría Académica. A mi, me entusiasmaba el proyecto.
Cuando terminamos de comer y nos quedamos Jorge y yo solos, le pregunté:
-¿Cómo la ves?
-¿Cómo la ves tu, que eres el que se va? Contestó.
-Sí, pero tu eres el que llega, argumenté.
- Nunca me lo propusó, me hizo notar Jorge.
Hasta ese momento me dí cuenta que efectivamente no sería Jorge el sucesor. La secretaría se la entregué a Sara Valdés en una ceremonía en la que quizás aparte de Keller, Jorge, Sara y yo los demás asistentes no entendían que pasaba.
A partir de ese momento, las diferencias entre Keller y yo se fueron profundizando hasta el momento en que él se reeligió y yo me fuí, al día siguiente. 
Uno de los daños colaterales de esas diferencias fue la supresión de “Ciencia, Conciencia y Café” el programa de conferencias de divulgación de la ciencia que organizaba yo; primero desde la secretaría académica y después desde el efímero CIM (Centro de Investigaciones Multidisciplinarias)
Me fui a la DGSCA con un cambio de adscripción temporal para hacerme cargo de la subdirección de cómputo para la docencia.
Yo había creído, como sin duda lo creía el Ingeniero Manuel Viejo Zubicaray, a quien le oí decirlo muchas veces, que la FES Cuautitlán se iba a convertir en la Ciudad Universitaria del Norte, había hecho mi vida alrededor de la FESC, vivía en la zona de Satélite y ahora; a principios de 1994, estaba sin saberlo cambiando mi proyecto de vida.
Para principios de 1996 ya había yo tomado una decisión importante: cambiarme de casa. Dejar la zona de Satélite y mudarme al sur de la ciudad, para estar más cerca de Ciudad Universitaria. Esa decisión era una especie de renuncia a volver permanentemente a la FES Cuautitlán y lo tenía claro.
Para 1997 me nombran Director de Cómputo para la Investigación en la DGSCA y no tenía ningún interés en postularme para suceder a Jaime Keller, en el proceso que se avecinaba a fin de año.
Dos de mis amigos y compañeros en el equipo de colaboradores de Keller, sí se postularon y llegaron a la terna: Jorge Martínez Peniche y Juan Antonio Montaraz Crespo. Al final, el segundo de ellos resultó el director. 
Recuerdo la cena con ambos, en la tasca Manolo, la noche que se conoció la terna. Recuerdo a Juan Antonio tomando la llamada del rector, en mi casa en el sur de la ciudad. No había querido regresar a Satélite por miedo a que la llamada lo tomara viajando de regreso. Éramos unos cuantos en espera de la llamada y cuando se produjo todos estuvimos muy contentos.

Juan Antonio abrió las puertas para que regresara a la escuela Ciencia, Conciencia y Café. Aunque seguía yo en la DGSCA iba cada conferencia a moderar la mesa del café.
El cambio de adscripción temporal a la DGSCA venció y lo renové. Me sugirieron hacerlo definitivo y en ese momento no quise, porque pensaba que lo mío era estar en una escuela, en contacto con los estudiantes y no en una dependencia de la administración central.
La huelga de 1999 me tomó en la DGSCA y a su conclusión en el 2000, estaba un poco cansado de la responsabilidad administrativa, tenía tres años sabáticos acumulados y los empleé en dirigir la Unión de Empresarios para la Tecnología en la Educación (UNETE). Fue una experiencia muy enriquecedora, que quizás platicaré en algún otro momento, con más detalle.
El punto, para la mini historia de la FESC que estoy narrando, es que mientras estaba de sabáticos, venció el cambio de adscripción temporal a la DGSCA. En algún momento de los sabáticos volví a estar administrativamente en la FESC, sin que me diera yo cuenta. Cuando el tercer año sabático terminó, tuve que reintegrarme, no a la DGSCA, sino a la FES C. Aún era director Juan Antonio Montaraz, en un segundo periodo.
El grupo que hoy llamamos la mafia había devastado el área de físico matemáticas y había pocas posibilidades de hacer algo que valiera la pena en esos temas, así que busqué nuevamente un cambio de adscripción temporal. Me llamaba la atención el gran potencial de la FES Acatlán: era, como la FES C una escuela multidisciplinaria, pero con carreras muy interesantes como Matemáticas Aplicadas y Computación, Pedagogía, Letras Hispanas, Diseño Gráfico, todas ellas muy útiles para hacer cursos en línea y montarlos en una plataforma, que era lo que yo quería hacer.
Como si fuera poco, la FES Acatlán tenía un gran Centro de Idiomas, donde dar clases de francés. Ya había yo dado clases de español para extranjeros ahí, años atrás y ya había yo obtenido mi certificación del CELE como maestro de francés.
Hablé con la directora de la FES Acatlán y se formalizó un cambio de adscripción. Aunque el Consejo Técnico de la FES C, de entonces, concedió el cambio de adscripción definitivo, Acatlán lo aceptó temporalmente, con la idea de hacerlo definitivo después del tercer año, si les parecía adecuado.
Trabajé muy a gusto dando clases de matemáticas superiores. Quizás una de mis mayores satisfacciones haya sido poder poner en contacto a estudiantes de Acatlán con el mundo de Ciudad Universitaria, llevarlos a la sala Ixtli de visita y haber tenido tesistas como José Luis Avendaño Nandez, que terminó reconvirtiéndose de matemático aplicado a físico y al final doctorándose en el extranjero. Bueno, alguna parte de la física es una aplicación de las matemáticas, podemos verlo así.
El tiempo pasó, vencieron los plazos del cambio de adscripción temporal y por alguna razón que desconozco, pero imagino, la FES Acatlán no aceptó el cambio de adscripción definitivo2. Hubo algunos detalles de forma, porque aunque los plazos se habían vencido, me habían asignado actividades académicas, después del tercer año, lo cual de facto hacía que el cambio fuera definitivo, algo que hubiera podido pelearse legalmente. 
Pero pensando en que no vale la pena estar donde no te quieren, regresé nuevamente a la FES Cuautitlán. Obviamente pensando en volver a moverme. Las razones eran dos: Vivía ya muy lejos de la escuela y la más importante: no había posibilidad alguna de hacer vida académica en el área de físico matemáticas.
Estoy por entrar ya a la época de Suemi Rodríguez, pero creo que es mejor que, como Sherezada, continue mañana, porque el texto se va haciendo largo...

1También, por cierto, lo fue Alfredo Cuellar, actual director.

2Sobre este punto puede verse en este mismo blog el texto http://desarmandolamafia.blogspot.mx/2013/09/comisiones-dictaminadoras-de-la-fesc-un.html sobre los vasos comunicantes entre el personal académico de fisico matemáticas en la FES C y en la FES A.

2 comentarios:

  1. Me parece muy interesante lo que relata. Espero tener algún día la oportunidad de contarle cómo me convertí en Consejera Universitaria de mi querida FesC allá por el año 98. También tenía mi propia perspectiva de la mafia del poder.
    Un saludo afectuoso.

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  2. Muchas gracias por tu comentario. Mi correo electrónico es erreefeefe@unam.mx si quieres puedes mandarme un texto con tu relato o un archivo de audio. Saludos

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