Elecciones para consejo técnico en la FESC

En un principio la noticia parecía alentadora: Juan Garibay renuncia a su puesto como Secretario del Consejo Técnico en la FES Cuautitlán. Algunos optimistas, o ingenuos, pensaban en una posible ruptura de la mafia Fescuautitlanense. ¿Garibay habría mostrado ambiciones propias y habría provocado el disgusto de sus patrones? Imposible,  si vemos la ancilar trayectoria de vida del susodicho. ¿Sería entonces que la Directora, más afianzada en su puesto, había decidido deshacerse de sus “alumnos” incómodos. Tampoco.

La explicación es mucho más sencilla y menos promisoria: Se avecinan las elecciones para el Consejo Técnico y Garibay va a volver a jugar la posición que ha jugado toda su vida. Hacer lo que le manda su jefe real. Va a “renunciar” a su salario de funcionario, para cumplir con la norma que exige a los candidatos al Consejo Técnico no tener nombramiento de funcionario.

¿Qué porque a Garibay no le preocupa dejar de percibir el salario de funcionario? Por la misma razón que al actual consejero de matemáticas tampoco le importa. Porque alguna manera tendrán de compensar esa “pérdida.”

La renuncia, que debería ser una buena noticia, muestra en realidad un triste panorama. La mafia de la FES Cuautitlán parece poder volver a repetir una y otra y otra vez el mismo truco del “chapulinismo” de un puesto a otro. Hoy funcionarios, mañana consejeros o viceversa. Así llevan más de veinte años “Armando & Friends” rotándose los nombramientos de consejeros y funcionarios. Desde la administración de José Luis Galván; cuatro directores y siete periodos, pues tres de ellos se reeligieron. Pero no están satisfechos, van por más… y es entendible.

Es entendible porque en ninguna otra parte serían capaces de ganarse la vida. No me los puedo imaginar trabajando, en el sentido edificante y constructivo del término. Lo suyo, lo suyo, es la intriga, la grilla, la coerción, el “premio” a la “fidelidad”, el hostigamiento...

Me parece que no hay mucho que hacer en la elección del departamento de matemáticas, ahí no importa quién sea el candidato que la mafia cuautitlanense postule, puede ser  Juan Garibay de curriculum desconocido o cualquier otro igual de mediocre.   No importa, el mismo bloque de profesores que desde hace años votan de manera masiva, siguiendo la línea que les dictan quienes los “premian” y “castigan” con nombramientos, comisiones, promociones, plazas, va a decidir una vez más esa elección. Ahí no hay nada que hacer,  el heredero de Armando está nombrado.

Ya se ha platicado aquí y no es el caso repetirlo, sobre el nivel académico de los profesores del departamento de física, sobre el desempeño de los consejeros académicos de área en los cursos de formación a profesores: El área de físico matemáticas de la FESC, con las honrosas excepciones de siempre, es un terreno perdido para la academia.

Sin embargo lo que se juega en las próximas elecciones en la FESC, es más que el consejero de matemáticas y de física. Estamos a poco más de un año de que empiece el movimiento de cambio de director y si no hay en estas elecciones mayor representación de los académicos reales de la FESC y no de la misma mafia, triste suerte le espera a la escuela.

En las próximas elecciones, además de consejeros para física y matemáticas, se eligen consejeros para otros diez departamentos: Ciencias Químicas, Ciencias Biológicas, Ciencias Pecuarias, Ciencias Sociales, Ingeniería, Ingeniería y Tecnología, Ciencias Administrativas, Ciencias Agrícolas y Diseño y Comunicación Social. Es fundamental que los académicos logren un mejor balance de fuerzas al interior del Consejo Técnico si se quiere una mejor escuela.

Los profesores académicos deberán organizarse y ganar la mayor parte de las votaciones para consejero si quieren que la facultad tenga aun alguna viabilidad.