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sábado, 10 de marzo de 2012

Extrañanzas .

No cabe duda que soy un nostálgico, apenas unos meses sin asistir a la FES Cuautitlán y la extraño. Extraño su olor a mañana campirana, extraño el trayecto al trabajo, que permite rutinas saludables. Extraño los días de salir temprano de casa, para evitar el tráfico y catafixiar los minutos de periférico por minutos en la alberca, en el vapor y luego el desayuno con un buen jugo, rematado con el imprescindible cafe. Extraño caminar por los patios de campo uno, saludando a los amigos, extraño llegar al salón, ver a los alumnos, impartir clase. Todo eso lo extraño.
Hay, por supuesto algunas cosas de la FES Cuautitlán que no extraño para nada, pero en esas mejor no pensar. Este ataque nostálgico me lo provocó mi rápida visita a la FES Cuautitlán, hace un par de semanas. Resulta que, el 15 de febrero, terminó ya mi año sabático y hube de volver para realizar trámites administrativos. Pasé a firmar el movimiento en el que se me concede permiso sin goce de sueldo para seguir realizando la actividad profesional que actualmente desempeño fuera de la UNAM.
Se trata de una tarea altamente satisfactoria, profesionalmente hablando. Llena de retos, de aprendizajes y posibilidades de participar en un importante labor a la escala del país. Una oportunidad, a la que no se le puede decir que no. Y sin embargo mi corazón dudaba entre continuar desempeñándola o volver a esas jornadas de relativa calma, sin demasiadas tensiones, donde lo más presionante es dar una buena clase. Al final, decidí continuar haciendo lo que estoy haciendo, ya habrá momento para volver a la FES Cuautitlán.
Como de cualquier manera no es fácil, dejar esos gustos de dar clases, atender estudiantes y participar en proyectos académicos, voy a seguir haciéndolo. Ya desde que inició el presente semestre lectivo estoy impartiendo clases en el posgrado de la Facultad de Contaduría y Administración, voy a mantener mis nexos de colaboración con los profesores franceses con los que trabajo y por supuesto seguir escribiendo textos de divulgación y haciendo el cómic de Dime abuelita porque.
Ah... y malas noticias para algunos: claro que continuaré escribiendo desarmandolamafia hasta que hacerlo pierda su sentido, es decir cuando la mafia de Cuautitlán se haya dearmado. Asi que no me despido, nos seguimos leyendo, exactamente como hemos estado haciendo, desde que tomé mi sabático. Ahora sí que como dice la canción: “ Y aunque he sido feliz....pienso en tí”.

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