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miércoles, 30 de septiembre de 2009

La pregunta de Loubet.

El Loubet al que se refiere el titulo de esta entrada es Enrique Loubet Jr. Periodista del viejo Excelsior de Scherer, de quien por cierto era compadre. Conocí a Enrique en un curso de periodismo de la ciencia ( Hoy le diríamos diplomado) que organizó el Conacyt en 1980, él era el director de comunicación social del Conacyt y el coordinador del módulo de periodismo, yo uno de los estudiantes. Nos volvimos muy amigos gracias a su tolerancia e inteligencia, pues no obstante dos o tres discusiones que tuvimos al principio, siempre tomó las cosas en buen plan. En la introducción del libro “Para Conversar de Ciencia” he platicado ya parte de esta historia: el momento en que tras haberle respondido en público, con cierta mofa y arrogancia juvenil, Loubet se acercó a mi en el descanso del Café y me dijo sonriente: “Es usted un pendejo……con posibilidades de dejar de serlo” A partir de ahí empezamos a llevarnos bien, tanto que al final me ofreció las páginas de Comunidad Conacyt, para colaborar. Ahí escribían gente como Miguel de la Colina, Noe Jitrick Nikito Nipongo y varios más, escritores todos ellos consagrados, por lo que estar en ese grupo de colaboradores era todo un honor. Más tarde, cuando fue director de Revista de revistas, también me dio la oportunidad de ser colaborador en ella.
La razón por la que Loubet y yo discutíamos frecuentemente frente al grupo era por su tendencia excesivamente histriónica que lo hacía todo el tiempo estar lanzando ataques a los jodidos, como el decía, o los mecapaleros, o a los sindicalistas. A mi esos ataques me ofendían y siempre levantaba la mano y lo rebatía. Un día que lo enfrenté, supongo que cansado de que siempre lo contradijera frente al grupo, me dijo algo como: “Oíga, usted porque siempre defiende a los que ataco, en vez de quedarse sentado y decir que friega les pararon”. Su pregunta se me quedó grabada porque me hizo pensar efectivamente en que siempre he tomado causas que me parecen justas y me enoja la injusticia y el abuso. A veces me pregunto como lo hizo Loubet ¿por qué? ¿por qué no me quedo sentado pensando ya se los fregaron?
¿Por qué me enoja por ejemplo, que se haga uso de recursos de la UNAM, para darles plaza de profesor, aunque se por artículo 51 a hijos de funcionarios de la FESC (no usaré la palabra mafia, conste) para luego buscar darles una beca o comisión para estudiar en el extranjero. A alguien que por cierto no estudió en la UNAM sino en el TEC de Monterrey. ¿Ustedes se pueden quedar sentados pensando, que friega les pararon a los profesores que no tienen plaza?
No me pregunten muchos más datos, quizás alguno de ustedes los conocen mejor, a mi simplemente me llegaron las ondas de radio pasillo. Tómenlo como tal, como un rumor, pero ese rumor no dejó de hacerme sentir que es una injusticia y entonces recordar la pregunta de Loubet. Valga el incidente para recordarlo con cariño.

2 comentarios:

  1. Sobre la frase o refrán que dice “todos tenemos un precio” o “todos tienen un precio”
    Y ésta como generadora de corrupción.
    En la FESC esta frase se aplica de maravilla en sus Departamentos y en su Consejo Técnico. Casi en todas las dependencias de Ciudad Universitaria para ser miembro de un Consejo Técnico o Interno se requiere que los consejeros sean profesores de carrera definitivos, no así en nuestra facultad (FESC).
    Cuando fueron electos los consejeros técnicos, muchos de ellos en esta administración, eran profesores de asignatura, pero en poco tiempo ya todos tenían plazas de carrera asignadas por artículo 51, pero no solo ellos, también para sus familiares se repartieron plazas. Por supuesto que los consejeros técnicos aprueban todas las propuestas de la directora de la FESC, Dra. Suemi Rodríguez Romo, porque ella ya pagó el precio, es decir les dio plazas de carrera a ellos y a sus cónyuges o hijos por artículo 51.
    De esta manera, en la última sesión del Consejo Técnico se aprobó la comisión para realizar estudios en el extranjero, después de haberle asignado una plaza de profesor de carrera hace menos de 6 meses, al hijo de la Dra. Frida María León Rodríguez, Jefa de la Unidad de Asuntos del Personal Académico de la FESC.
    A nivel de Jefaturas de Departamentos sucede algo similar, contratan profesores de asignatura (sin concurso de oposición abierto como lo señala el EPA) y “si se portan bien” es decir deberán votar por candidatos a consejeros técnicos, a comisiones dictaminadoras, a consejeros académicos de área, a consejeros universitarios, etc. solo por los candidatos que indiquen los Jefes de Departamento, les darán aumento de horas, los mejores horarios, las asignaturas que elijan, etc. para los profesores de carrera que “se porten bien” también hay incentivos: PRIDES D.
    Y así la FESC se ha llenado de un sinfín de profesores que como se dijo en este blog, solo defienden su empleo pero no son universitarios.
    Esta es la manera de actuar de las autoridades en la FESC para asegurar su permanencia en sus puestos.
    El personal académico realmente universitario que observa el mal funcionamiento de la Facultad, se vuelve un testigo incómodo para las autoridades, las cuales tratan desesperadamente de echarlos de la UNAM y si no les es posible, los fastidian hasta el cansancio.

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  2. Francisco, hace muchos años fui al examen profesional de una amiga que se titulaba de sicóloga. El tema de la tesis era la causa de los suicidios. Uno de los sinodales le dijo medio en broma: "Lo que hay que averiguar, estando el mundo como esta, no es por qué la gente se suicida, sino por qué no se suicida".
    Cuando veo cosas como las que estamos comentando me parece que no hay que preguntarse por qué la gente protesta, sino por qué no protesta. ¿Por qué los profesores de la FES C que estan contratados por horas, los técnicos por honorarios, los maestros a los que condicionan con las plazas, las promociones y los PRIDES, por qué no protestan? No lo entiendo.

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