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jueves, 8 de abril de 2010

Castigo

Como no he recibido las prometidas colaboraciones para el espacio de los jueves, de castigo les pongo éste texto mío, publicado primero en revista de Revistas de Excelsior y depues en el libro Para conversar de Ciencia. Sigo esperando sus aportaciones, pero no se amontonen de uno por uno, por favor:


DE TORRICELLI A TORRICELLI

Siempre me llamó la atención ver en la televisión al jugador de fútbol americano conocido como la “cocina" Newton, y no sólo por la corpulencia que le hacía merecer el apodo, sino porque no podía dejar de pensar en el más ilustre de los Newton que ha habido en mundo: Isaac. El mismo por el que el apellido se convirtió en unidad de medida de fuerza. Los Newton tienen derecho a jugar futbol, boxear o ser desempleados, pero siempre, a algunos de nosotros, nos parecerá curioso.

Hay otros apellidos que se han convertido en unidades de medida, quedando casi al mismo nivel que el metro, el kilogramo o el segundo y dejando con ello un difícil paquete a quienes los llevan. Estoy pensando por ejemplo en Blais Pascal, cuyo apellido resultó más tarde seria unidad para medir la presión en el Sistema Internacional. Tales ideas me han venido a la cabeza, por extraño que parezca, gracias a la: Ley Torricelli.

Los Torricelli tienen todo el derecho de meterse a políticos, lo mismo que los Newton a jugar futbol, pero es curioso oír hablar de una Ley Torricelli, más aún si esa ley se refiere a presiones, pero de tipo económico.

El Torricelli original, quien también dio a la ciencia el apellido de la familia como unidad de medida de presión, se llamaba Evangelista y contaba con 32 años de edad en 1641. Ese mismo año Galileo Galilei, recién absuelto por la Iglesia católica, tenía ya 77 años, estaba casi ciego y achacoso y necesitaba para seguir trabajando en su casa de Arcetri, un ayudante. Ese ayudante fue el joven Evangelista Torricelli.

Torricelli era alumno del amigo de Galileo, Benedetto Castelli, con quien había estudiado matemáticas. Desafortunadamente Galileo murió al año siguiente de la llegada de su nuevo ayudante, cuando apenas habían empezado a redactar la primera de las nuevas jornadas que se pretendía añadir al libro de las Nuevas Ciencias.

En realidad fue una desgracia que Torricelli sólo hubiera podido colaborar con Galileo unos cuantos meses, pues esperaba mucho de ese contacto, como se ve en el fragmento de una carta que él mismo había escrito al viejo científico: "No veo la hora de hallarme lo más pronto posible enriqueciéndome a mí mismo con recoger las migajas de aquellos tesoros que se manejan en vuestra casa, donde la presencia de vuestra excelencia constituye el gobierno de la verdad y el tesoro de la sabiduría".

Una de esas migajas a las que aludía Torricelli venía en una carta de Baliani recibida por Galileo. En ella se sugería -en contra de la opinión aristotélica- que el aire pudiese tener peso y especulaba con la posibilidad de producir un vacío venciendo ese peso. A la muerte de Galileo, Torricelli permaneció en Florencia como su sucesor y siguió pensando en el problema del peso del aire y la fabricación del vacío.

En 1643 Y 1644 Torricelli, aprovechando que Galileo había mostrado que el peso de una columna de agua de 18 codos producía los mismo efectos que los de la atmósfera, y valiéndose de que el mercurio es trece veces más denso, llevó a cabo una serie de experimentos encaminados, primero, a demostrar que el aire pesaba; segundo, a cuantificar su peso y, tercero, a producir vacío.

El experimento, bastante simple en su ejecución, consiste en llenar un recipiente ancho con mercurio e introducir verticalmente en él un tubo de vidrio abierto por el extremo en contacto con el líquido y cerrado por el otro. A causa del peso del aire en contacto con la superficie libre del mercurio en el recipiente, éste es empujado dentro del tubo de vidrio y asciende dentro de él hasta alcanzar una altura tal que el peso del mercurio en el tubo equilibra el peso del aire. la altura que sube el mercurio al nivel del mar es 760 mm. Un Torricelli es la 760ava. Parte de eso, es decir la presión ejercida por un milímetro de mercurio. Torricelli notó que la altura a la que sube el mercurio tiene pequeñas variaciones de un día a otro, lo que se interpretó, correctamente, como variaciones en el peso de la atmósfera de un día a otro. Estas variaciones tienen aplicación en el estudio meteorológico.

Quedaba aún por averiguar si el peso del aire era el mismo al nivel del mar que en la cima de una montaña. La idea parece haber sido propuesta por Descartes a Pascal en 1647. En todo caso, fue el cuñado de este último, Florin Perier, quien en 1648 escaló el Puy de Dóme para realizar el experimento que demostró que la presión atmosférica disminuía con la altura. Esto terminó con las especulaciones filosóficas sobre si la capa de aire alrededor de la Tierra era finita o infinita y si tenía o no peso.

Estos son a grandes rasgos los estudios de Evangelista Torricelli acerca de la presión atmosférica y sus principales consecuencias. Me vinieron a la memoria por el rechazo de la Asamblea de la ONU a la ley Torricelli para ejercer presión política. Ni modo, la fuerza de los apellidos. A lo mejor nunca habrá un Maradona que gane el Nobel de Física.