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sábado, 12 de mayo de 2018

La lógica del voto. (A partir de conversaciones propias y ajenas en Facebook)


Ya se sabe que la mayor parte de las veces votamos con el sentimiento más que con la razón, pero no deja de sorprenderme el enorme número de personas inteligentes que viendo las cosas más o menos con claridad están dispuestas a votar por AMLO, racionalmente.
Pensando en el fenómeno, encontré paralelismos entre el pensamiento político para decidir el voto y el pensamiento matemático para demostrar un teorema. Me parece que muchas de las personas inteligentes que deciden votar por AMLO toman esa decisión como quien demuestra un teorema: Dadas las premisas  A y B se sigue la conclusión C

Justo cuando pensaba en cuáles podrían ser las premisas para concluir que se debe votar por AMLO me encontré con esta conversación en el muro de Facebook de un amigo. Esta plática entre mi contacto y una interlocutora suya me ayudó a entender el fenómeno La transcribo porque la encuentro muy ilustrativa:

Interlocutora. Yo estaba muy segura de AMLO, pero alguien me puede explicar ¿qué hace Elva Esther Gordillo, entre otros, en su equipo? Estoy muy desconcertada y casi que me inclino hacia el Bronco.

Mi contacto. Te entiendo. La verdad, ese AMLO no ayuda mucho. Yo voy a votar por él, no tanto porque él me parezca la gran cosa, sino porque estoy en contra, principalmente del modelo económico que se ha venido llevando a cabo desde hace 30 años (Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña). En ese sentido, mi voto, más que un voto a favor, va a ser un voto anti.

Y quizá no salga bien lo del peje, pero, como en el póker, “pago por ver”.

Hay en este intercambio elementos muy interesantes. Uno es que la razón para votar por el peje que da mi contacto, es hacerlo contra el modelo económico de los últimos 30 años.  Entiendo el enojo y que eso lo lleve a votar contra “el sistema”. El problema que le  veo a sustituir algo por hartazgo es que estamos dispuestos, literalmente, a aceptar a cambio lo que sea, este es el segundo elemento interesante que se aparece en la conversación: Como dice mi contacto: a “pagar por ver”, como en el póker. Subyace en esta disposición a correr riesgos,  la convicción de que no se puede estar peor.  

Un tercer elemento, derivado posiblemente de la publicidad que el candidato de Morena ha venido haciendo los últimos 18 años,  es que ÉL es prácticamente LA ÚNICA opción de cambio. La interlocutora de la conversación transcrita,  se encuentra tan desconcertada que dice: “casi me inclino hacía el Bronco”. Es tal su enojo que el único que emerge como alternativa para ella, ante los devaneos del peje con Elba Esther,  es un personaje formado en el PRI y que hoy se dice independiente.

Las premisas que podrían desprenderse de ese diálogo son:

     A: Hay que votar contra el sistema
     B: La única alternativa es López Obrador.
     C: No podemos estar peor.

Con ese sistema de premisas es muy fácil demostrar que si quieres el cambio hay que votar por López Obrador y si las cosas salen mal, pues no importa porque peor no podemos estar.

Conclusión impecable lógicamente bajo esas premisas. Casi tan impecable como demostrar que la suma de los ángulos de un triángulo deben ser 180 grados en la geometría de Euclides.

En la geometría, el cambio de uno de los postulados de Euclides (el famosísimo quinto postulado acerca del número de paralelas que pueden pasar por un punto externo a una recta) lleva a construir otros esquemas de pensamiento igualmente consistentes lógicamente, en los cuales la suma de los ángulos de un triángulo no son 180 grados.   

¿Qué pasa si cambiamos alguna de las premisas del voto pro peje?

Tendríamos que abrirnos al análisis de las otras posibilidades y ver que no sean lógicamente incompatibles con las premisas que se mantienen como la A y la C. Este es un análisis que por lo general no intentan los simpatizantes de Morena. No es mi intención tratar de convencerlos de nada (¡menuda tarea!) sino más bien exponer que lógicamente existen otras posibilidades.

Cambiemos, por ejemplo la premisa B, para escribirla:

B. López Obrador no es la única, ni la mejor opción para el cambio.

¿Es realista esa premisa? Sería la pregunta. Por supuesto que la respuesta depende de cada uno de nosotros, para mí sí lo es.

Para tratar de explicar porque lo  veo así, tomaré fragmentos de otras conversaciones de Facebook con algunos de mis contactos, que me han preguntado si es en serio qué pienso que Anaya sea una opción:


Conversación 1.

Interlocutor: Mi querido Maestro, ¿es en serio que usted va por Anaya? lo pregunto para no decir en algún momento "pendejadas". Yo aún no tengo por quién y me frustra, en fin…

Yo: Sí voy por Anaya. Nunca por el PRI. Los "independientes" no lo son y el peje me parece autoritario y anticuado. Anaya no será la maravilla pero permite la participación de la sociedad civil. Me gusta su cercanía con Álvarez Icaza y Agustín Bazave. 


Conversación 2.

Interlocutor: Profe, usted obviamente apoya a Anaya ¿cierto?

Yo: Cierto. Dos son las principales razones para hacerlo. Una es la “ciudadanización” de la política mediante la participación de asociaciones civiles como Ahora, en el Frente. La segunda es la propuesta de un gobierno de coalición con una república parlamentaria, en el cual el poder del presidente deje de ser omnímodo. Una república de instituciones y de respeto a la ley, de uso no faccioso de la justicia y donde se termine la impunidad. Esos son al menos mis anhelos.
Mi primera intención de hecho era apoyar la candidatura de Álvarez Icaza, como candidato independiente. Pero cuando a finales del año pasado decidió que no se registraría me pareció que la opción más ciudadana era la de la coalición que formaba el frente. Estaba casi seguro que Ahora se iba a sumar al frente -como ocurrió. Por eso estaba esperando la noticia.
Es muy interesante todo el camino que posiciones de izquierda han tenido que seguir en México para encontrar una representación en la toma de decisiones. Hace unos días releí el artículo de Octavio Paz titulado “El ogro filantrópico”, que por cierto tiene como fecha de escritura el 30 de marzo de 1978, hace casi exactamente 40 años. En ese texto, escrito a la víspera de la reforma política, dice Paz que el cambio en México vendría del ejército o de una escisión del ala izquierda del PRI y elogia la figura de Reyes Heroles, promotor de la reforma.
La reforma permitió efectivamente la formación del PRD a partir de la fusión de un sector del PRI con otros movimientos de izquierda como el PMT, del que también habla Paz, en su texto. Releído a cuarenta años de su escritura es muy claro que hemos avanzado políticamente, pero que para nada está terminada la tarea.



Conversación 3.

Interlocutor: Profe, si no fuera por el Peje, ¿quién sería el candidato de izquierda en México?

Yo. La pregunta es interesante y requiere argumentarla un poco, espero tener tiempo en estos días de escribir algo más explicativo. En ausencia de tiempo diré de manera breve que en México la herencia de la izquierda (sea lo que sea que entendemos hoy, por ese término) está parcialmente en el PRD. Un candidato con el aval del PRD podría considerarse un candidato de la izquierda (no necesariamente de izquierda). Cabe, desde luego la pregunta de qué pasa si ese partido PRD va en coalición con otros que no son de izquierda PAN y MC. Bueno, pues que en caso de ganar ese candidato no gobernará la izquierda, ni la derecha; sino un gobierno de coalición. Algo que a mí me parece mejor para poder sacar adelante acuerdos que muchas veces se empantanan cuando un solo partido no tiene la suficiente fuerza política.




Addendum.
Una vez publicado el texto recibí comentarios de uno de mis contactos. Su aportación y mi respuesta conforman la 

Conversación 4 

Interlocutor. Muy interesante ejercicio Rafa! Aunque habría que ver fuera del círculo de la pura lógica! Tampoco simpatizo con AMLO y coincido en que no es de izquierda...pero en la parte digamos experimental, sí ha demostrado al menos que pudo gobernar la cdmx...de hecho mi licencia permanente se la "debo" al Peje....Qué experiencia de gobierno y trayectoria ofrece Anaya? El escandalo de sus prooiedades sigue sin aclararse....asi que en los hechos, en la praxis politica (nunca mejor dicho) amlo seria el menos peor....Saludos!

Yo. Gracias por tu comentario. En cuanto a lo que anotas: A) Yo también tengo la licencia permanente expedida en 1999 por la secretaría de transporte y vialidad del gobierno del DF, así que si algún mérito le cabe a AMLO en eso, es simplemente no haber terminado con algo que habían iniciado sus predecesores. B) En cuanto a la experiencia de gobierno de Anaya: no es nula, fue subsecretario y es una persona inteligente que aprende rápido. Quien tiene inteligencia puede adquirir experiencia, quien tiene experiencia no necesariamente va a adquirir inteligencia. C) Mientras el escándalo (mediático) no se aclare (aunque ya hay un resolutivo de un juez de que se usó a la PGR de manera inadecuada en contra de él) debemos seguir presumiéndolo inocente. Una persona debe ser considerada inocente en tanto no se demuestre su culpabilidad y no viceversa: culpable hasta que demuestre su inocencia. D) Para mi AMLO no es el menos peor, pero como digo en el texto que leíste en el blog: no pretendo convencer a nadie. Simplemente compartí un análisis de algo que me parece interesante: que gente inteligente piense que AMLO es una alternativa. Gracias por la oportunidad de conversarlo, seguimos en contacto.

Así pues, para mi existe la posibilidad de un sistema de premisas diferentes que permite concluir lógicamente que Anaya es una opción de cambio real.
 

Nota: Este texto, por cierto, lo escribí después de cenar con una amiga a la que me une una de esas amistades a prueba de pláticas de campañas presidenciales.  Cuando me dijo que no la convencía López Obrador, pero no veía alternativa. Le comenté que estaba pensando en escribir una entrada al blog, a partir de conversaciones sobre ese tema que había mantenido en Facebook. ¡Escríbelo, por favor! Me dijo.

¡Voila!

lunes, 23 de abril de 2018

Aplausómetro del primer debate presidencial 2018

Margarita está suscrita al Reforma y aunque muchas veces lo lee desde algún dispositivo móvil, cuando tiene tiempo le gusta pasar las mañanas de sábado y domingo leyendo el periódico, a la antigüita: con el papel desplegado sobre el sillón y una taza de café al lado, mientras yo la escucho compartirme su lectura.
Gracias a esa suscripción suya tengo acceso, a veces, a los suplementos que Reforma edita para sus suscriptores. Así por ejemplo tuve el álbum de estampitas del mundial, el número especial sobre la temporada de las grandes ligas y algunos números de “A correr”.
En esta ocasión la promoción del diario a sus suscriptores fue una invitación a seguir el debate presidencial en las instalaciones del periódico en la Colonia del Valle. Yo resulté ser un invitado de la invitada. La pregunta de “¿Te gustaría acompañarme?” realmente me hizo muy feliz.
La cita era a las 18:45 del domingo. Nosotros, desde las seis de la tarde,  estábamos sentados en las bancas de piedra de plaza del periódico, a un lado del Sport City, viendo a las palomas jugar con el agua de la fuente central, con el paraguas a un lado por si Tláloc se hacía presente.
Pasadas las seis y media atravesamos la calle y nos sumamos a las personas que ya empezaban a entrar.
Adentro varios meseros nos ofrecieron de beber mientras esperábamos que iniciara la entrada al patio central del edificio, acondicionado como auditorio, para la ocasión. El inevitable encuentro con conocidos y el rápido intercambio de puntos de vista sobre el proceso electoral, antecedieron a nuestra instalación en la segunda de nueve filas de asientos.  
Ya instalados en nuestros sitios, los meseros volvieron a ofrecernos de beber y alguna botana. Habíamos comido tarde, así que únicamente bebí algo de agua de Jamaica primero y después agua simple. Pude sin embargo darme cuenta que servían un vino tinto argentino de uva Malbec llamado Pasión 4. El blanco me pareció, a la distancia, que era español, pero no pude comprobarlo.
El lugar se fue llenando, los asistentes platicábamos entre nosotros, se sentía emoción en el ambiente. Para hacer tiempo y por deformación numérica me levanté a contar las illas para estimar el número de asistentes: 9 filas, separadas por un pasillo central. A cada lado del pasillo 18 sillas. Total 18 X 18 lugares, o sea: 324.
El número era sólo una aproximación porque no todas las filas tenían el mismo número de sillas y al menos la primera fila, no estaba dividida en dos. Más tarde el anfitrión Valencia Salcedo nos daría el dato exacto: éramos 358 personas las que estábamos ahí.
Valencia Salcedo nos presentó a su acompañante para moderar el evento, Lorena Becerra. Entre ambos nos explicaron el funcionamiento de una “app” para celular que nos permitiría ir evaluando el desempeño de los candidatos a lo largo del debate. Nos explicaron  lo que íbamos a evaluar e hicimos un ejercicio con el mundial de futbol.
Mientras nos explicaban, el nerviosismo de los asistentes aumentaba, pues se acercaban las 8 de la noche. Finalmente el momento llegó y estábamos ahí oyendo al Bronco iniciar su participación.
El ejercicio de Reforma tuvo tres sedes: la Ciuadad de México, Monterrey y Guadalajara. La edición del diario del día de hoy da los pormenores de la encuesta y de otros análisis de sus editorialistas y del posdebate conducido por Aristegui y René Delgado, así que me contentaré con enlistar los momentos en los que la audiencia en la Ciudad de México, aplaudió a los participantes:
El primer aplauso general, lo recibió el Bronco cuando cuestionó a López Obrador por andar vendiendo algo que no era suyo, en referencia a su pretendida oferta a Trump del avión presidencial.
Anaya recibió aplauso cuando cuestionó la congruencia de López Obrador por tener en su equipo de campaña a gente, como Alfonso Romo, a la que criticó en su libro del fobaproa.
También Meade recibió aplausos cuando le dijo a López Obrador que más que usar la escoba lo que parece  gustarle es usar el recogedor.
Anaya también recibió aplausos al cuestionar a Meade por la protección dada a los Moreira.
Anaya volvió a recibir aplausos al cuestionar directamente a Meade: ¿Tu jefe es honesto?
Más aplausos para Anaya cuando le preguntó a Meade de qué tamaño le tocó la rebanada de pastel, al exhibirle una foto con Cesar Duarte partiendo un pastel. Fue quizás el mayor aplauso de la noche.
Margarita Zavala se llevó también un aplauso cuando cuestionada por la gestión de su marido respondió: “he aprendido mucho de Felipe”.
El bronco volvió a llevarse aplausos cuando hablando de matrimonios igualitarios dijo: Creo en el matrimonio, tanto que me he casado tres veces.
Más aplausos para el bronco cuando le pasó a López Obrador un documento  para que donara el dinero de la campaña a damnificados del sismo.
Otra vez Anaya se llevó ovaciones al hablar de las mujeres como grupo vulnerable.
También el moderador Sergio Sarmiento se hizo aplaudir cuando respondió a López Obrador: “dice que no tiene ambición de poder y es la tercera vez que se presenta como candidato a la presidencia”.
Los únicos aplausos que recibió López Obrador fueron a su silencio ante la pregunta del bronco a los otros candidatos de si aceptarían segunda vuelta electoral. Todos asintieron menos AMLO y eso hizo estallar los aplausos.  
El último aplauso de la noche fue también para Anaya cuando cuestionó el pasado Príista de AMLO y su falta de congruencia al tener como colaborador cercano  a Barttlet.
En resumen Anaya recibió aplausos en seis de sus intervenciones, el bronco en tres, Meade y Zavala,  una vez cada uno y AMLO en ninguna.
Por supuesto que no trato de cambiar la intención de voto de nadie, eso es prácticamente imposible. Solamente platico mi experiencia de participar en el ejercicio del Reforma y en detallar como era el ambiente en la sede del periódico. Los detalles del resultado de la encuesta a todos los asistentes en las tres ciudades, los trae la edición del  Reforma del día de hoy https://www.reforma.com/
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lunes, 5 de marzo de 2018

Nuevas historias del cómputo en México. La FES C presente.




El azar pone hoy a mi disposición un poco de tiempo libre para escribir.
Podría redactar algunas minificciones, eso es lo que me divertiría más.  También podría empezar un relato más largo, un cuento o por qué no, redactar las líneas generales sobre las cuales desarrollar la trama de una novela, estás dos actividades se me antojan bastante.
También podría hacer una reseña de mi visita el sábado a la FIL de Minería y platicar los libros que compré, pero en realidad lo que quiero es escribir sobre dos hechos que se entremezclan, uno a la escala nacional: los 60 años del cómputo en México y el otro a escala local: la creación del Departamento de Informática en la FES Cuautitlán.
La falta de tiempo para escribir, de la que me quejé indirectamente en el primer párrafo, sólo me ha permitido publicar un texto para el blog, en todo lo que va del año y me ha evitado ocuparme de un tema que debería haber mencionado más explícitamente: la reelección de Alfredo Cuellar como director de la FES Cuautitlán.
Hace cuatro años, cuando estaba yo dejando la FES C, con cambio de adscripción definitivo a la DGTIC, escribí un texto en el que decía que había que darle a Alfredo el beneficio de la duda.
A principios del año pasado un lector me preguntó sobre si seguían existiendo motivos de indignación, de mi parte, si aún había Mafia que desarmar, mis respuestas de entonces la publiqué en el blog. 
Ya desde entonces le decía a quién me hizo las preguntas que es difícil opinar con certeza cuando se está lejos del acontecer diario de la Facultad, sin embargo creo que la reelección de Cuellar puede traer cosas buenas a la Facultad.
La FES C es una institución con un gran potencial desperdiciado, sobre todo en las áreas en las que “la Mafia” de matemáticas ha evitado el crecimiento, al poner como límite, el de sus propias capacidades.
Por esa razón me dio mucho gusto enterarme de que se creó el Departamento de Informática y que se integra en él la infraestructura del centro de cómputo de la Facultad. La FES C tiene la licenciatura en Informática y participa en el posgrado de ciencias de la computación, puede ofrecer a sus estudiantes oportunidades interesantes de formación en estas áreas.
Habrá que esperar a ver qué pasa, pero por lo pronto el nombramiento de Carlos Pineda, hermano de Miguel Ángel -uno de los famosos tres mosqueteros de hace ocho años- permite estar optimista.
Con Carlos tuve siempre una buena relación durante mi estancia en Cuautitlán, así que cuando hace unos días me enteré de que la UNAM se prepara para festejar los 60 años de la llegada del cómputo a México, puse en contacto a Carlos con las personas que eventualmente estarán vinculadas con la conmemoración de este aniversario.
Espero que ese contacto recién iniciado sea de beneficio para ambas partes, la FES C necesita que sus funcionarios -al menos los de las áreas de físico matemáticas- sean más conocidos en CU. Es necesario que tengan presencia y peso académico en los Consejos Académicos de Área.
Esto no ha sido posible porque la mafia arrasa en las elecciones para elegir representantes en cualquier órgano colegiado. Este mismo blog surgió para apoyar una candidatura al Consejo Académico de Área de Físico Matemáticas e Ingeniería, que se perdió.
En otras entradas hay  también otras historias de “derrotas” en elecciones para Consejo Técnico, esperemos que poco a poco, la Mafia se siga desarmando y la FES C pueda ofrecer a sus estudiantes todo el potencial de ser parte de la mejor universidad de América Latina, en donde quiera que uno  la conozca.
Toqué muy rápidamente el tema de los 60 años del cómputo; complemento lo que dije, comentándoles que hace unos días me invitó la Academia de Informática a ser el orador en su desayuno periódico.
Hablé del libro que escribí hace diez años sobre las historias de la Historia del cómputo en México. Por supuesto no me mantuve en el pasado, sino que al final de la charla y con base en las intervenciones de los asistentes me aventuré a decir que futuro entreveo en algunas áreas del cómputo.
No lo dije, al final del desayuno con la Academia de Informática, porque las preguntas del auditorio iban en otra dirección, pero ahora que lo escribo aprovecho para anotarlo: Ojalá cuando dentro de diez años más, se revisen las nuevas historias del cómputo en México, la FES C tenga algunas que aportar.