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lunes, 23 de abril de 2018

Aplausómetro del primer debate presidencial 2018

Margarita está suscrita al Reforma y aunque muchas veces lo lee desde algún dispositivo móvil, cuando tiene tiempo le gusta pasar las mañanas de sábado y domingo leyendo el periódico, a la antigüita: con el papel desplegado sobre el sillón y una taza de café al lado, mientras yo la escucho compartirme su lectura.
Gracias a esa suscripción suya tengo acceso, a veces, a los suplementos que Reforma edita para sus suscriptores. Así por ejemplo tuve el álbum de estampitas del mundial, el número especial sobre la temporada de las grandes ligas y algunos números de “A correr”.
En esta ocasión la promoción del diario a sus suscriptores fue una invitación a seguir el debate presidencial en las instalaciones del periódico en la Colonia del Valle. Yo resulté ser un invitado de la invitada. La pregunta de “¿Te gustaría acompañarme?” realmente me hizo muy feliz.
La cita era a las 18:45 del domingo. Nosotros, desde las seis de la tarde,  estábamos sentados en las bancas de piedra de plaza del periódico, a un lado del Sport City, viendo a las palomas jugar con el agua de la fuente central, con el paraguas a un lado por si Tláloc se hacía presente.
Pasadas las seis y media atravesamos la calle y nos sumamos a las personas que ya empezaban a entrar.
Adentro varios meseros nos ofrecieron de beber mientras esperábamos que iniciara la entrada al patio central del edificio, acondicionado como auditorio, para la ocasión. El inevitable encuentro con conocidos y el rápido intercambio de puntos de vista sobre el proceso electoral, antecedieron a nuestra instalación en la segunda de nueve filas de asientos.  
Ya instalados en nuestros sitios, los meseros volvieron a ofrecernos de beber y alguna botana. Habíamos comido tarde, así que únicamente bebí algo de agua de Jamaica primero y después agua simple. Pude sin embargo darme cuenta que servían un vino tinto argentino de uva Malbec llamado Pasión 4. El blanco me pareció, a la distancia, que era español, pero no pude comprobarlo.
El lugar se fue llenando, los asistentes platicábamos entre nosotros, se sentía emoción en el ambiente. Para hacer tiempo y por deformación numérica me levanté a contar las illas para estimar el número de asistentes: 9 filas, separadas por un pasillo central. A cada lado del pasillo 18 sillas. Total 18 X 18 lugares, o sea: 324.
El número era sólo una aproximación porque no todas las filas tenían el mismo número de sillas y al menos la primera fila, no estaba dividida en dos. Más tarde el anfitrión Valencia Salcedo nos daría el dato exacto: éramos 358 personas las que estábamos ahí.
Valencia Salcedo nos presentó a su acompañante para moderar el evento, Lorena Becerra. Entre ambos nos explicaron el funcionamiento de una “app” para celular que nos permitiría ir evaluando el desempeño de los candidatos a lo largo del debate. Nos explicaron  lo que íbamos a evaluar e hicimos un ejercicio con el mundial de futbol.
Mientras nos explicaban, el nerviosismo de los asistentes aumentaba, pues se acercaban las 8 de la noche. Finalmente el momento llegó y estábamos ahí oyendo al Bronco iniciar su participación.
El ejercicio de Reforma tuvo tres sedes: la Ciuadad de México, Monterrey y Guadalajara. La edición del diario del día de hoy da los pormenores de la encuesta y de otros análisis de sus editorialistas y del posdebate conducido por Aristegui y René Delgado, así que me contentaré con enlistar los momentos en los que la audiencia en la Ciudad de México, aplaudió a los participantes:
El primer aplauso general, lo recibió el Bronco cuando cuestionó a López Obrador por andar vendiendo algo que no era suyo, en referencia a su pretendida oferta a Trump del avión presidencial.
Anaya recibió aplauso cuando cuestionó la congruencia de López Obrador por tener en su equipo de campaña a gente, como Alfonso Romo, a la que criticó en su libro del fobaproa.
También Meade recibió aplausos cuando le dijo a López Obrador que más que usar la escoba lo que parece  gustarle es usar el recogedor.
Anaya también recibió aplausos al cuestionar a Meade por la protección dada a los Moreira.
Anaya volvió a recibir aplausos al cuestionar directamente a Meade: ¿Tu jefe es honesto?
Más aplausos para Anaya cuando le preguntó a Meade de qué tamaño le tocó la rebanada de pastel, al exhibirle una foto con Cesar Duarte partiendo un pastel. Fue quizás el mayor aplauso de la noche.
Margarita Zavala se llevó también un aplauso cuando cuestionada por la gestión de su marido respondió: “he aprendido mucho de Felipe”.
El bronco volvió a llevarse aplausos cuando hablando de matrimonios igualitarios dijo: Creo en el matrimonio, tanto que me he casado tres veces.
Más aplausos para el bronco cuando le pasó a López Obrador un documento  para que donara el dinero de la campaña a damnificados del sismo.
Otra vez Anaya se llevó ovaciones al hablar de las mujeres como grupo vulnerable.
También el moderador Sergio Sarmiento se hizo aplaudir cuando respondió a López Obrador: “dice que no tiene ambición de poder y es la tercera vez que se presenta como candidato a la presidencia”.
Los únicos aplausos que recibió López Obrador fueron a su silencio ante la pregunta del bronco a los otros candidatos de si aceptarían segunda vuelta electoral. Todos asintieron menos AMLO y eso hizo estallar los aplausos.  
El último aplauso de la noche fue también para Anaya cuando cuestionó el pasado Príista de AMLO y su falta de congruencia al tener como colaborador cercano  a Barttlet.
En resumen Anaya recibió aplausos en seis de sus intervenciones, el bronco en tres, Meade y Zavala,  una vez cada uno y AMLO en ninguna.
Por supuesto que no trato de cambiar la intención de voto de nadie, eso es prácticamente imposible. Solamente platico mi experiencia de participar en el ejercicio del Reforma y en detallar como era el ambiente en la sede del periódico. Los detalles del resultado de la encuesta a todos los asistentes en las tres ciudades, los trae la edición del  Reforma del día de hoy https://www.reforma.com/
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