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sábado, 25 de abril de 2009

Después de mi primer día


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Juan Manuel, trataré de satisfacer tu petición de continuar el relato histórico, aunque escribo de memoria y sin documentos de apoyo. Espero que la memoria no me traicione demasiado y por favor si hay otros lectores que fueron protagonistas o tienen mayor precisión de los hechos, complétenlos:
El jefe del departamento de matemáticas en ese momento era Jorge Ludlow, justamente quien me contrató. El jefe del departamento de física, hasta donde me acuerdo, era Carlos Franco de Ajuria, quien más adelante, en la administración de Viejo Zubicaray iba a ser secretario del Consejo Técnico. Aunque en algún momento recuerdo a Jaime Keller y su asistente Juan Fritz al frente del departamento de física, quizás Jorge Martinez Peniche o alguien más pueda precisarlo. Jorge Ludlow era una persona muy impresionante, era el jefe del departamento, era consejero técnico y era también consejero universitario. Algo que la legislación universitaria no permitía, pero supongo que por ser la escuela de nueva creación y no existir muchas personas que cumplieran los requisitos de antigüedad para ser consejero, se permitió. Por cierto que había en ese Consejo Técnico inicial, un consejero de nombre Luis Aguilar, que era ni más ni menos que tío del consejero actual de matemáticas.
La mafia empezó a formarse desde aquellos años. Los primeros profesores de matemáticas del turno vespertino eran ingenieros que trabajaban en el IMP y vivían por la zona norte: Sergio Arredondo, Rolando Ramos y Teódulo Gutierrez, entre los de mayor liderazgo. Eran personas correctas, pero con gran celo gremial. Rolando fue presidente del colegio de profesores de matemáticas y luego también Teódulo. Yo formé parte del ese colegio de profesores, junto con otros maestros como José Landeros, Jorge Martinez Peniche, Jaime Daniel Moreno, Francisco Muñoz Apresa, José Martinez, Denis y varios más, hasta que los colegios de profesores se volvieron parte de las AAPAUNAM, entonces, quienes no simpatizabamos con esa asociación, nos salimos y creamos el Colegio Académico de la FESC.
El departamento de matemáticas estaba en la práctica dividido en dos, el turno vespertino con los ingenieros del IMP y el de los jóvenes que que acabábamos de egresar de la licenciatura, muchos de química que era la facultad de donde venía Ludlow (yo era una excepción que venía de ciencias) y que estábamos mañana y tarde, pero eramos la única presencia de matemáticas en las mañanas porque los de en la tarde trabajaban en el IMP a esas horas.
Poco después de que llegué a la ENEP. Se crea la División de ciencias físico matemáticas (creo que se llamaba de ciencias básicas) y la va a dirigir Jorge Ludlow. Se nombra entonces a dos jefes de departamento para matemáticas: José Cabeza Parrado, para el turno matutino y Sergio Arredondo para el vespertino. En 1975 se crea el SPAUNAM y eso mete a los colegios de profesores, que eran académicos, en una dinámica de conversión gremial. Muchos de los profesores jóvenes de tiempo completo (en realidad de 40 horas de nombramiento, porque no había plazas todavía).simpatizábamos con SPAUNAM, lo que creó tensión al interior de las reuniones del departamento y del colegio, pero como los ingenieros del IMP votaban siempre en bloque y entre nosotros había divisiones, pues resultábamos siempre “mayoriteados” .
Había entre los profesores de la mañana, algunos como José Juan Contreras (y supongo que Garibay, aunque de él la verdad, no me acuerdo), que no simpatizaban con el SPAUNAM y que fueron siendo como la cabeza de playa en el turno matutino para el grupo compacto de ingenieros del IMP. Me parece que cuando Pepé Cabeza se va de la escuela, el grupo del IMP impulsa a Contreras a su primera época como jefe del departamento de matemáticas. Ojala alguien pudiera precisarlo. Eso fue a principios de los ochenta, hace casi 30 años.
El departamento de matemáticas se volvía invivible, para quienes eramos más críticos y nos fuimos saliendo todos. Martinez Peniche pasó a química, Jaime Daniel se fue a Pemex, Landeros dejó la ENEP, solo Muñoz Apresa y su tocayo Rojas, siguieron ahí. No se en que momento José Martinez y Denis se fueron. Yo quería pasarme a física. En ese momento ya el jefe del departamento era Fernando Villarreal, quien aseguraba que jamás mientras él fuera jefe de ese departamento alguien del STUNAM iba a dar clases ahí y me negaba los grupos.
Afortunadamente se abrieron a concurso plazas de profesor de asignatura. Concursé por las de Física V y Física VI. Villareal, por que la quería o por bloquearme, se apuntó en la de Física V. Todo mundo me decía que iba yo a perder, pues el jefe de departamento tenía ventaja. Incluso Carlos Castañeda- Abrazo, donde quiera que andes- me ofreció poner las botellas para una fiesta en caso de que yo ganara. Hay que rendirle honor a la comisión dictaminadora que nos evalúo, porque la plaza fue para mí. Le agradeceré siempre a José Luis Gazques, quien creo era el presidente de la comisión, el haber actuado al margen de presiones o jerarquías administrativas. José Luis, como saben, fue después rector general de la UAM. Esas eran Comisiones Dictaminadoras.
Como dato curioso, la plaza de carrera la gané concursando contra otro funcionario, Carlos Franco de Ajuria, unos años más adelante.
Creo que buena parte de lo que auspicio el fortalecimiento de la mafia inicial, fue el miedo que se tenía al SPAUNAM y al STUNAM y se le dio poder a unos grupos de los que, al menos en el caso de matemáticas, después fue imposible zafarse.
Pero la lección no se aprendió bien porque en 1986 con el movimiento del CEU y del CAU en efervescencia, se llevan a cabo elecciones para Consejo Técnico. Antonio Herrera, el Jefe de la división de físico matemáticas, para contrarestar al CAU decide apoyarse en la misma persona que esta aún ahora, veintitres años después, como consejero de matemáticas. En un acto que mucho lo honra Genaro Rojas, el candidato inicial que había escogido Galván para la planilla "oficial", acepta ir como suplente en una fórmula conmigo. El susto para la administración es mayúsculo. Rasuran el padrón, quitando a profesores de física que estaban en el CINVESTAV y lo inflan con Camacho Machín, que no era profesor de física, pero que dizque el posgrado como no tenía consejeros repartía a su académicos en otros departamentos.
En una jornada de mucha tensión ganan los candidatos que Galvan creía de la dirección. Esa noche en la sala donde se contaron los votos, Antonio Herrera, después de conocerse el resultado, se sentó suspirando aliviado y Martinez Peniche le lanzó una frase premonitoria: “Hay triunfos que son derrotas” y así fue. Tan pronto se instalaron en el Consejo Técnico, los candidatos "de Galván" comenzaron a tratar de presionarlo, como éste no cedía a sus peticiones, lo hostigaron. Galván trató de neutralizar el poder de la mafia con un jefe de división externo, nombró a Fernando Orozco y la mafia lo asedió al punto de recabar horarios de otras escuelas donde Fernando daba clases y acusarlo de multichambista. Creo que también lo llevaron ante el tribunal universitario, no lo recuerdo bien. Poco tiempo después Enrique Jimenez, ingeniero que trabaja en PEMEX y daba clases en matemáticas, junto con la actual titular de la UAPA integran una planilla de oposición a la administración de Galvan, para el Consejo Universitario y con los votos de "la aplanadora" de matemáticas, lo ganan. Estos enfrentamientos, pesaron sin duda para que Jose Luis Galván no pudiera reelegirse. Así se creo la mafia y así se ha mantenido.