Buscar este blog

sábado, 4 de mayo de 2013

MOOC



Un texto de The Economist Intelligence Unit, “Los humanos y las máquinas”, me da a conocer el hecho de que Sebastian Thrun, hasta hace poco profesor de inteligencia artificial en la Universidad de Stanford, decidió en 2011, junto con un colega, ofrecer en línea el curso de inteligencia artificial de esa universidad. La respuesta fue asombrosa: 160.000 alumnos de 190 países inscritos, de los cuáles 23.000 lo completaron.

Como consecuencia Thrun dejó la universidad de Stanford y fundó una compañía para impartir cursos en línea masivos, MOOCs (Massive Open On-line Courses). Su ejemplo fue seguido poco tiempo después por otros profesores de la misma universidad de Stanford, que fundaron compañías rivales.

Esta historia despertó mi curiosidad y  me puso en la pista de los MOOC.  Así me enteré que esa modalidad educativa esta inaugurando esta semana, en Francia, en la escuela Centrale de Lille,  su primer curso con certificación. Y que también, por iniciativa de la escuela de derecho de La Sorbona, el próximo 18 de septiembre se abrirá el primer MOOC francófono sobre temas de derecho.

Pero ¿qué son los MOOC?   
Son la nueva revolución en el mundo de la educación a distancia y aunque no hay coincidencia en una sola definición de ellos, se trata de materiales digitales, con formato de curso, que se ponen gratuitamente a disposición de una gran cantidad de estudiantes.  

Se han intentado ya algunas clasificaciones, como la que da el blog MOOC Explorer que los divide en conectivistas (cMOOC)  e instructivistas (xMOOC). 
En los MOOC conectivistas el organizador (difícil en ese caso hablar del profesor) desarrolla una estructura coherente del material pero no muestra una vía única de acceso a él, a los participantes. En esta modalidad, son los estudiantes quienes en gran número ponen en línea recursos y la comunidad se autorregula. Son los estudiantes los que definen los objetivos y se organizan en red.   
En los MOOC instructivistas se sigue el modelo “tradicional” de enseñanza  dirigida por un experto (el profesor), vinculada a un curriculum y cuyo propósito es el aprendizaje de conocimientos específicos.

El fenómeno, aunque recientemente ha cobrado mucha fuerza, inicia cuando en 2001 el MIT pone a disposición de cualquier persona con acceso a internet una colección de cursos (MIT Open Course Ware). A partir de ese momento muchas otras universidades de uno y otro lado del Atlántico , entre ellas Stanford, La Sorbona y la  École Central, han buscado mecanismos para hacer accesibles sus contenidos a un gran número de usuarios potenciales.

Pero el tema no ha quedado circunscrito a las universidades, como lo muestra el caso de Sebastian Thurn; a partir del tema se han desarrollado empresas privadas. Posiblemente el negocio no esté únicamente en el cobro de los cursos o de las certificaciones a quienes los llevan, sino en valores agregados, como la posibilidad de poner en contacto a los empleadores con un enorme número de estudiantes, de entre los cuáles poder escoger a los que mejor se ajusten a un cierto patrón.

El tema me resultó muy atrayente y por eso lo comparto con los lectores del blog. 
La pregunta que me queda es: ¿en la UNAM estamos haciendo algo al respecto?



1 comentario: