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lunes, 3 de octubre de 2011

¿Salvados por la campana?



Me escribe nuevamente Leonel Pineda para compartirme el programa del seminario de los alumnos de tecnología, en el aparece programada su participación el día 13 de Octubre con el tema del entrelazamiento cuántico y el Teorema de Bell. Con la idea de motivar la asistencia a la charla, escribí el siguiente texto:

Uno de los aspectos más desconcertantes de la mecánica cuántica es que la descripción que hace del mundo es en términos de probabilidades y no de certezas. La física clásica podía asegurar sin ambigüedad el sitio y la velocidad de una partícula en un momento dado, la física cuántica, no.  La física cuántica establece, para ciertos pares de variables llamadas conjugadas, como la posición y la velocidad o la energía y el tiempo, un principio de incertidumbre.
Esa idea de un mundo en el que se perdía el viejo significado de la palabra “certeza2 moletó a muchos físicos notables, el más famoso de ellos, por supuesto Albert Einstein, que resumió su pensamiento en la famosa frase: “Dios no juega a los dados?
Einstein reflexionó mucho sobre eventuales contradicciones  a las que pudieran conducir las predicciones de la  interpretación probabilística del mundo. Uno de esos pensamientos fue lo que se conoce como la paradoja Einstein-Podoslky-Rosen.
Lo que afirma esta paradoja es que si dos partículas han interactuado en algún momento entonces, aunque se separen, ambas llevan información de la otra, de tal manera que midiendo propiedades de solo una de ellas y usando el principio de incertidumbre, pueden conocerse las propiedades de la otra.
De ser cierta la paradoja y que toda la masa del Universo estuvo en algún momento concentrada en un punto, entonces todo el universo es cognoscible a partir de la medición de las propiedades de una sola partícula. ¡Insólito!
La paradoja contradice por una parte el principio de localidad de las causas, pues lo que ocurre en un lugar esta relacionado con un objeto remoto y por la otra también al ,hacer uso del principio de incertidumbre, contradice el principio determinista de la mecánica clásica, asociado a la certeza de las mediciones exactas.
Así, a través de la paradoja EPR, se confrontan dos visiones del mundo. La determinista-local versus la probabilística-global. ¿Cuál es cierta?
El físico Irlandés John Bell ha ayudado a entrever una respuesta al deducir, suponiendo un universo determinista-local, una desigualdad matemática cuyos términos pueden compararse con los resultados de experimentos. Si los experimentos confirman la desigualdad de Bell, el universo determinista-local tendría un soporte experiental, en caso contrario los resultados de las mediciones estaría avalando la opción de un universo probabilístico-global.
  


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