Buscar este blog

jueves, 21 de julio de 2011

Siete Noches

Siete Noches (Tierra Firme)

Sentimos la poesía como sentimos la presencia de una mujer, escribe Borges. Y más adelante: ¿a qué diluirla en otras palabras, que sin duda serán más débiles que nuestros sentimientos?
Tropecé con esta frase, releyendo la conferencia sobre La Poesía en el libro de Siete Noches. Me llama la atención porque el mismo Borges escribe en el prólogo de la colección “Jorge Luís Borges. Biblioteca Personal”: "Un Libro es una cosa entre las cosas, un volumen perdido entre los volúmenes que pueblan el indiferente universo, hasta que da con su lector, con el hombre destinado a sus símbolos".
Pues yo era el lector de ese libro, por dos veces. Lo leí mas o menos en 1984 y lo releí parcialmente hace unas semanas cuando Borges cumplió 25 años de muerto.  Alguien preguntó en una red social qué lectura de Borges se recomendaba y agregaba: "que no sea de las clásicas". Supongo que por clásicas se refería a sus cuentos y sugerí la lectura del libro que compila los prólogos que escribió Borges, del de su diálogo con Sábato, mediado por Orlando Barone y del de  Siete Noches, que es la transcripción, revisada por Borges, de siete conferencias nocturnas.
Llegado a la casa, esa noche, busqué de inmediato el volumen entre los volúmenes y me puse a releerlo. Me sorprendió la cantidad de cosas que había olvidado y la aparente banalidad de otras que recordaba claramente.
Entre las que recordaba sin problema está la etimología de Alfil, que significa elefante.  Borges habla de esa palabra cuando en la conferencia sobre Las Mil y una Noches cuenta del elefante que Harun Al-Rashid envia de regalo a Carlomagno. Había olvidado la historia del regalo, pero no la etimología.
Otro pasaje que recordaba vividamente, éste en la conferencia sobre la Divina Comedia,  es aquel donde se narra como  Paolo y Francesca han descubierto que están enamorados, leyendo sobre Lancelote y como ese amor adúltero los ha llevado al Infierno.
Borges interpreta que Dante envidia la suerte de los dos amantes: “Paola y Francesco están en el Infierno, él se salavará, pero ellos se han querido y el no ha logrado el amor de la mujer que ama, de Beatriz”
En esa misma plática Borges cita esta cuarteta de Lugones, que recuerdo de memoria desde entonces:


Al promediar la tarde de aquel día
Cuando iba mi habitual adiós a darte,
Fue una vaga congoja de dejarte
Lo que me hizo saber que te quería


No releí la conferencia sobre la ceguera, pero recuerdo que Borges habla de su propia ceguera y de cómo la fue aceptando poco a poco; refiere que fue perdiendo los colores paulatinamente y que aun es capaz a veces de distinguir el amarillo. Me sorprendió la serenidad con la que habla de su ceguera.
Las conferencias sobre La Cábala y el Budismo las tenía totalmente olvidadas. Son muy filosóficas. En la de la Cábala Borges habla de la diferencia entre un libro sagrado y un libro clásico : "En un libro sagrado son sagradas no solo sus palabras sino las letras con que fueron escritas. Ese Concepto lo aplican los cabalistas al estudio de las escrituras". Platica enseguida, Borges, la creación del Adam Kadmon, el hombre arquetipo, a partir de las diez emanaciones ( Sephirot) del ser primordial En Soph. El hombre arquetipo emana cuatro mundos, el tercero es el nuestro y el cuarto el infierno.
En la conferencia del Budismo, Borges resalta su principal virtud: la tolerancia: "…nunca ha pensado que el fuego o el hierro fueran persuasivos. Cuando Asoka, emperador de la India se hizo budista, no trató de imponer a nadie su nueva religión". Cuenta, Borges, la leyenda del Buda, el despierto el lúcido: La reina Maya (Ilusión), casada con el rey Suddhodana, da a luz un hijo, que los astrólogos predicen “corre el peligro de ser el Buda, si conoce la vejez, la enfermedad, la muerte y el ascetismo. Lo que obviamente ocurre.
Pasa después, la conferencia, por un tema muy del gusto del escritor que es el de la transmigración y aproxima el fenómeno a la manera como se le ve en la tradición occidental, citando al poeta Taliesi que dice haber tenido todas la formas posibles en el universo: "He sido un jefe en la batalla, he sido una espada en la mano, he sido un puente que atraviesa sesenta ríos, estuve hechizado en la espuma del agua, he sido una estrella, he sido una luz, he sido un árbol, he sido una palabra en un libro, he sido un libro en el principio".
Al final de esta conferencia se refiere Borges al nirvana:  "Qué significa llegar al nirvana? Simplemente que nuestros actos ya no arrojan sombras. Mientras estamos en este mundo estamos sujetos al Karma. Cada uno de nuestros actos entreteje esa estructura mental que se llama Karma. Cuando hemos llegado al nirvana nuestros actos ya no proyectan sombra, estamos libres".
Hay una séptima conferencia, sobre la pesadilla, de la que casi no recuerdo nada, salvo que pasa por las etimologías de las palabras que en diferentes idiomas significan pesadilla.  Con el libro, de las Siete Noches, en las manos, hojeo rápidamente el texto de la conferencia en busca de algún recuerdo, sin mucha suerte. Sin embargo me llaman la atención las frases finales: "¿Y si las pesadillas fueran estrictamente sobrenaturales? ¿Si las pesadillas fueran grietas del infierno? ¿Si en las pesadillas estuviéramos literalmente en el infierno? ¿Por qué no? Todo es tan raro que aun eso es posible". 




View all my reviews

No hay comentarios:

Publicar un comentario