Miguel Lindig.

La noticia me sorprende en el celular mientras voy manejando, al trabajo: Murió Miguel Lindig.  De inmediato se me vienen a la cabeza, los recuerdos.

Por septiembre del 2008, estábamos trabajando a marchas forzadas para terminar el libro de las historias de la Historia  del cómputo en México. Me reuní a desayunar con Gerardo Cisneros, para hablar del supercómputo en la UNAM y el me dijo: ¿Ya entrevistaste a Miguel Lindig? Le contesté que  no y me dijo tienes que entrevistarlo el construyó miles de PC’s para el politécnico. Me dio los datos de Lindig, que era el director del edificio inteligente del IPN y lo fui a ver.

Nos caímos bien de inmediato, la plática fluyó tan fácilmente que luego fue difícil trabajarla para escribir las historias del libro, pues hablábamos de una cosa y luego de otra, con detalles técnicos. Hablamos de su infancia, de su paso por el Centro Nacional de Calculo (CENAC), por la UAM, por la UPIICSA, etc. Pero la parte que más me llamó la atención fue aquella en la que me relata la manera como en el IPN se construyeron mas de dos mil computadoras personales en un programa de autoequipamiento para su programa de incluir la enseñanza de cómputo desde el nivel medio superior.

Entresaco de las páginas del libro de las historias de la Historia del cómputo en México, las siguientes líneas referentes a la construcción d elas PCs para el IPN:

“…fue en 1982. Ya me había llegado el rumor de que IBM iba a sacar la IBM PC y me pareció que si IBM se iba a meter al mercado, mas valía ser compatibles, tarde o temprano se iban a comer el mercado, como sucedió. (…).Hicimos doce máquinas con las cuales por lo menos los alumnos ya tenían con que jugar . Un buen dia llega Raúl Talán a la escena, el fue Director General del Instituto, lo conozco desde el CENAC, nos fue avisitar y dijo: ‘eso es muy bonito, pero porqué nada más para UPIICSA? ¿qué? El resto del politécnico ¿no cuenta?”

“El proyecto de Talan incluyó cómputo desde el nivel medio superior. Súbitamente enfrentamos el ‘pequeño’ problema de equipar a las vocacionales, de formar recursos humanos, planes de estudio, etcétera, para meter cómputo a las vocacionales. Se armó un programa de autoequipamiento en cómputo y dentro de ese esquema hicimos el mismo modelo de la E16, así le llamamos a nuestra máquina. Por razones de compatibilidad hice luego otro sobre un 8080 japonés y depués nos fuimos a la 386 y a la 486, en total hicimos cerca de dos mil máquinas”.

Cuando acabó la conversación me llevó a ver algunas de las máquinas que aun quedaban, ya no estaban en uso.

Cunado se hizo la presentación del libro. Los presentadores fueron el Dr. José Sarukhan, El Dr. Víctor Guerra y Miguel Lindig. Fue la última vez que lo ví.