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martes, 28 de diciembre de 2010

Doctores que se van.

Es 28 de Diciembre, tomo la noticia con precaución, por aquello de las “inocentes palomitas” y el gusto de la prensa a bromear con el tema. Sin embargo, cierta o falsa, la noticia de que “Emigran 4 mexicanos con doctorado al día” publicada por La Jornada http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2010/12/28/en-mexico-se-registra-un-promedio-de-cuatro-fuga-de-talentos-diarioda tema para el comentario
En los años setenta del siglo pasado, mientras estudiaba la licenciatura, atestigüé como México se enriqueció con la llegada de Uruguayos, Argentinos y Chilenos que salían de sus países buscando mejores condiciones de vida; en los años ochenta, mientras estudiaba el doctorado en Europa, conocí Colombianos que salían de su país a causa de las condiciones creadas por los narcos. Ahora con tristeza, me toca ver que es de México de donde se quieren ir las personas. 
No digo solo las personas preparadas, que es a las que se refiere la nota de La Jornada, sino las personas simplemente, pues es bien sabido el problema de tráfico de indocumentados que vivimos desde hace años.
Parecería que mientras se trata de personas “sin preparación” a nadie le preocupaba que se fueran, al contrario parece que el país se sentía aliviado de no tener que proveerles de empleo y además cuando se instalaban en el extranjero y empezaban a ganar dinero, se convertían en fuentes de divisas. Lo curioso es que esas personas “sin preparación” en cuanto se iban, se volvían productivas y triunfadoras. Ejemplos hay muchos y si no ellos, sus descendientes, incliuso en el ámbito deportivo.
Hace unos años, cenaba con un profesor francés que había venido a un congreso y me manifestaba su asombro por lo bien que se vivía en la Ciudad de México. Me explicó que para venir a México había pasado por Estados Unidos y había percibido las malas condiciones en las que viven los mexicanos en ese país, por lo que había llegado a la conclusión de que, si ellos habían emigrado a vivir en esas condiciones, era por que aquí se debería vivir peor.
Lo malo es que tenía razón, para un porcentaje importante de la población vivir mal en Estados Unidos era preferible a vivir “a secas” en México. Sin embargo en México es posible disfrutar de condiciones de vida que no tienen nuestros colegas en otros países del mundo. Cuando un Europeo viene a vivir a México, dificilmente puede “resignarse” a volver a la ordenada Europa. Continente tan disciplinado que los inviernos se presentan con gran regularidad, hasta en la cálida España ha nevado éste Invierno. Y al tiempo que allá cae nieve, acá podemos ver algún fin de semana de noviembre brillar el sol, mientras bebemos un café en alguna terraza.
Y ahora La Jornada nos dice que los talentosos se van, que van a convertirse en la causa de asombro de los próximos visitantes que concluirán que las condiciones en México deben ser terribles para que los Doctores se fuguen de a cuatro en fila, diariamente.
¿Sere un inconsciente, que no percibe que efectivamente las condiciones de inseguridad son invivibles y que vale más hacer las maletas? Otro amigo, funcionario del gobierno me dijo un día caminando por Paris, a punto de volver a México: “Sabes, lo que más voy a extrañar al volver no es la comida, ni los vinos, sino caminar como hacemos ahora tu y yo, de noche por la calle, sin tener que voltear a ver si no te van a asaltar”
¿Sere un “comodino” que no esta dispuesto a salir al extranjero a trabajar más (que los locales) para tener menos (que ellos).
¿Sere alguien que se quiere adornar diciendo que prefiere trabajar en el país donde se formó, donde vive y donde puede ser útil (contra la voluntad del grupito que da nombre al Blog y que a veces palidece, como calamidad, frente a otras como las que narra la nota de La Jornada)
No lo se, lo que se es que ojala las condiciones del país fueran otras, ojala los que se quieren ir, no se fueran, ojala si se van, encuentren lo que van buscando. Ojala los que nos quedamos, podamos hacer algo más por tener un mejor país, por simple sentido de conservación sin sombra de patrioterismo.
No se me antoja ni tantito irme de éste país, con todo y sus inocultables dificultades. Prefiero en la medida de mis capacidades tratar de estar bien, no solamente yo, sino ayudar a que otros también lo estén. Por la vía que conozco, que es la de la educación. Quizás si estuviera interesado en hacer investigación de frontera, que requiere inversiones multimillonarias en divisa extranjera, pensaría que un mejor país para trabajar son los Estados Unidos, ¿pero para hacerlo por la educación no resulta mejor México?

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