Hace poco más de un año conversé con Gabriel
Ramos Zepeda -apasionado de los minirrelatos- sobre la gestación de
estos.
Basado en esa plática escribí un texto titulado
La metamorfosis de las palabras en el que digo que ese proceso ocurre muchas
veces sin que el autor tenga plena
conciencia del mecanismo por el que esto ocurre.
Hace unos días me contactó nuevamente el
mismo Gabrel, para preguntarme si estaría dispuesto a contestar una
encuesta sobre “la forma en que los escritores del género de
microficción acostumbran a trabajar antes, durante y después de escribir sus
textos”. Accedí a hacerlo
Lo que sigue son mis respuestas a
sus preguntas. La última de ellas me pedía compartir una minificción que
hubiera escrito y que fuera de mis favoritas.
Escogí, para responder esa pregunta, un relato
escrito hace un par de días. Para completar la respuesta comenté las razones
por las que me gusta. Aunque ya se sabe que esto de los favoritos es muy
efímero, espero que encuentren interesante las respuestas y el texto final:
GR:
¿Cómo nació tu pasión por la microficción?
RF.
Sin que mi interés llegue a ser pasión: nació con el cuento del Dinosaurio
GR:
¿Cuáles
son para ti las características fundamentales de la microficción?
RF.
1. Breve. 2. literaria (es decir desarrolla una historia, no es una frase nada
más). 3. Ingeniosa. 4. Novedosa.
GR:
¿Cuáles
son los autores microficcionistas que han influido en ti?
RF.
Monterroso. (No conozco muchos).
GR:
Describe
cuál es tu proceso creativo al escribir una microficción.
RF
Una situación paradójica o un juego de palabras, surgido muchas veces de una
conversación, que convierto en una acción.
GR:
¿Dónde
nacen tus microficciones: lecturas, experiencias personales, etc.?
RF.
De mis conversaciones.
GR:
¿Cómo
logras la originalidad de tus textos?
RF.
Creo que es mi pensamiento matemático que me hace siempre buscar los
contraejemplos de un teorema
GR:
¿Qué
técnicas o herramientas utilizas cuando escribes microficciones?
RF.
Lo escribo, lo releo y lo corrijo. Aunque no siempre.
GR:
¿Cuándo
te sientas a escribir ya tienes estructurado todo el texto?
RF.
Muchas veces sí, pues en general se me ocurren en una charla a la que doy forma
de texto mientras corro, nado o ando en bicicleta y es hasta después que lo
escribo.
GR:
¿Cómo
deben ser los finales para que una microficción funcione?
RF.
Sorprendentes e ingeniosos.
GR:
¿Cómo
logras que el lector participe cuando lee tus textos?
RF.
Doy claves desde el título.
GR:
¿Qué
sistema utilizas en la revisión y edición de tus textos?
RF.
Relectura y reescritura según necesidad, hasta que me gusta
GR:
¿Cómo
ordenas tus textos para la publicación de un libro?
RF.
Sólo tengo un libro de minis. Ordené los textos por tema.
GR:
¿A
qué problemas te has enfrentado cuando va a publicar?
RF.
Publicar no es problema. El problema es la distribución y la venta.
GR: De las microficciones que has escrito
regálanos una de tus favoritas.
El encierro había sido
largo. Dejó el libro de Borges y escribió: “Yo sueño que estoy aquí/destas
prisiones cargado/y soñé que en otro estado/más lisonjero me vi”. Firmó: Pierre
Menard.
Me
gusta porque admite varias lecturas. La frase “dejó el libro” puede
interpretarse como (el lector) dejó el libro o como (el personaje) dejo el
libro, es decir salió de él. La clave es la última frase si firma Pierre Menard
puede ser el personaje de Borges.
Ese
personaje, en el cuento de Borges, reescribe letra a letra el Quijote, sin
plagiarlo. En este relato hace lo mismo con un fragmento de La vida es sueño,
que alude al encierro y a un pasado más agradable.
Todo
esto, el autor espera que el lector lo entienda en la lectura. Para eso le da
como claves: el título de la obra, la firma del personaje y el texto de
Calderón de la Barca.
Al
final de la entrevista agregué esta nota.
N.B.
Gracias por la entrevista, aunque no me considero un escritor de minificciones.
Es decir que, si bien he escrito libros de cuentos y de minirrelatos, mi vida
profesional transcurre en el ámbito de la ciencia,
No
escribo pensando en publicar un libro, o algo así. Más bien utilizo algunas
ideas que de repente se me ocurren para transformarlas en un relato breve. Casi
siempre imponiéndome una constricción de tema y tiempo.
Por
ejemplo escribir un minirrelato diario, con tema de ciencia o sobre el
coronavirus o hacer un piropo velado.
Fuera
de esos momentos escribo poco o nada de minificción.
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