Buscar este blog

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Ni están todos los que son, ni…


La Junta de gobierno de la UNAM ha anunciado que mañana 24 de septiembre emitirá la convocatoria para dar inicio al proceso de elección de rector para suceder a José Narro, quien termina su segundo periodo en el mes de noviembre.
Aunque el asunto iniciará formalmente el día de mañana, ya en la prensa se manejan los nombres de quince candidatos. Por lo menos es lo que dice la Jornada del 14 de septiembre 

Aunque no deja de ser una lista muy interesante, la que se maneja en la prensa, estoy seguro de que ni están todos los que son, ni son todos los que están.

Vale la pena revisar los nombres, desde varios ángulos. Por ejemplo, el de la igualdad de género, que seguramente será uno de los factores importantes en las campañas, iba a decir que van a iniciar, aunque creo que ya iniciaron…bueno, que van a iniciar, formalmente.

Como referencia: hace cuatro años la lista con los nombres de los universitarios que fueron mencionados por la comunidad era de veintiún personas, 6 de ellas (28.6 %) eran mujeres.  En la lista actual, de la prensa, hay cuatro mujeres (36.4%) de quince. Claro que la comparación no es totalmente correcta porque la lista actual es una “no oficial” y la de hace cuatro años corresponde al comunicado de la Junta de Gobierno informando a la comunidad.

Una rápida comparación con los nombres de hace cuatro años muestran ausencias notables, en la lista de la prensa.  Por ejemplo las de Eduardo Bárzana, Alejandro Frank o Francisco Trigo, a quienes no se menciona. No quiere decir que no vayan a participar, muestra simplemente que aún no han hecho público su deseo de contender.  Lo que visto desde otra perspectiva, puede mostrar  un deseo de apegarse estrictamente a los tiempos que marque la Junta de Gobierno. Es decir una voluntad de mostrarse totalmente institucional.

Probablemente hay otras personas, que no estuvieron en la lista de hace cuatro años y que no están en la de ahora, pero que van a aparecer. No conozco la UNAM con tanto detalle como para decir quiénes, pero por citar un ejemplo el Dr. José Franco, actual coordinador general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, podría ser uno de ellos.

Que conste que no estoy candidateando a nadie, sólo estoy diciendo que puede haber nombres nuevos en las listas.  

Puestos a cotejar las dos listas podemos notar que hay cinco elementos comunes en ambas: tres hombres y dos mujeres.  Uno de esos hombres y una de esas mujeres son probablemente los que más se mencionan, aunque nunca se sabe si eso es bueno, malo o todo lo contrario.

Otros de los argumentos que se oyen en los salones, cubículos, pasillos, patios y jardines es el de la cercanía con el gobierno federal. Hay dos de los miembros de la lista que han trabajado con el ejecutivo federal. Sin duda habrá a quienes eso  les parezca que los descalifica, pero independientemente de las simpatías políticas de cada uno, me parece que la UNAM no puede estar confrontada con el país.

Los curricula vitarum de todos los miembros de la lista –con alguna excepción, probablemente- son buenos y los de los dos ex-funcionarios federales, están entre los más sólidos.

Otro aspecto interesante es el de los gremios profesionales. Hay comunidades tradicionalmente muy sólidas, como la de los médicos. Los últimos 16 años los rectores han sido médicos, antes fueron rectores también los médicos Guillermo Soberón , Octavio Rivero e Ignacio Chavez.  Previo a los médicos, los ingenieros también tuvieron a Javier Barros Sierra y a Nabor Carrillo. Entre los Ingenieros y los médicos se han intercalado el sociólogo Pablo Gónzalez, el abogado Jorge Carpizo, el biólogo José Sarukhán y el ingeniero químico Francisco Barnés. 

En la lista que maneja la prensa hay ahora además de los médicos, ingenieros, biólogos, sociólogos, químicos y abogados,  también historiadores, físicos y veterinarios.

Un asunto que no hay que perder de vista es que las Unidades Multidisciplinarias de la UNAM han cumplido ya más de 40 años. En la lista que maneja la prensa hay por lo tres nombres que están relacionados directamente con estás Unidades. El coordinador de planeación, presupuestación y evaluación que es egresado de la FES Acatlán, el director de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad León y una ex directora de la FES Cuautitlán. Más allá de que tan reales son las posibilidades de cada uno de ellos, es importante notar que las Unidades Multidisciplinarias están teniendo mayor presencia en esta ocasión.

Esto hará que el tema de la descentralización de la UNAM sea importante en las campañas y eso está sin duda en concordancia con el hecho de que se trata de un proceso de elección de rector que va ser distinto. El hecho de que el proceso haya iniciado de facto antes de que la Junta de Gobierno publique oficialmente  la convocatoria, así lo indica.

Seguiremos viendo, me parece, más innovaciones en la forma como la Junta conduzca la consulta a la comunidad y seleccione a los participantes. Pero también las veremos en los perfiles de los candidatos, habrá profesiones y gremios que no han tenido antes un candidato a la rectoría y probablemente la veamos también en la eliminación de algunas de las “reglas no escritas”, como que los aspirantes hayan pasado antes por una elección de Junta de Gobierno para ser directores de una Facultad o Instituto. 
También veremos innovaciones, seguramente, en la forma de hacer campaña por parte de los candidatos. Las redes sociales van a darle al proceso una cara distinta, muy probablemente.

Hay otros ángulos más, también muy interesantes para el análisis, como por ejemplo la composición de la Junta desde el punto de vista de los perfiles profesionales o   el análisis de la cercanía de los candidatos a las TIC, juzgado por la existencia -o no-  de su página personal. Incluso en caso de existir sería interesante ver cómo está hecha y dónde está alojada.

En fin temas para el análisis habrá muchos. Falta poco para que veamos crecer la lista por una parte y disminuir, por la otra. Como dije al principio: Ni están todos los que son, ni son todos los que están.

Para referencia a continuación los 15 nombres, en orden alfabético:

1.       Sergio Alcocer

2.       Carlos Arámburo de la Hoz

3.       Francisco Bolívar

4.       Fernando Castañeda

5.       María Leoba Castañeda Rivas.  

6.       Javier de la Fuente

7.       Enrique Graue.

8.       Héctor Hernández Bringas

9.       Juan Pedro Laclette

10.   Leonardo Lomelí.  

11.   Fernando Magaña

12.   Leopoldo Paasch 

13.   Suemi Rodríguez.

14.   Rosaura Ruiz.

15.   Gloria Villegas.

lunes, 31 de agosto de 2015

Poner el reloj de la UNAM a la hora.



Cuando paso algún tiempo sin escribir para el blog, no consultó los reportes, que periódicamente me llegan, del número de visitas que recibe, porque imagino que al no estar escribiendo, habrá pocas visitas.
Sin embargo este lunes decidí abrir el archivo, predispuesto a aceptar que no debe haber muchos accesos, pero me sorprendí, sí los había. Me dio curiosidad ver cuáles eran los textos que estaban buscando los visitantes y me llevé otra sorpresa momentánea. Los lectores están buscando el texto “Suemi rectora”.
La sorpresa fue momentánea, porque me dí cuenta, de inmediato, de que era imaginable. La UNAM cambia de rector el próximo 17 de noviembre y ya se han empezado a “mover las aguas”. Algunas de las personas que buscan información sobre el cambio de rector de la UNAM, a través de internet, son remitidos por los buscadores a ese texto que escribí hace cuatro años, cuando Suemi se candidateó.
Hace cuatro años también publiqué en el blog otro texto que titulé “Narro contra Narro” porque me parecía que el rector, que se postulaba en ese momento para reelegirse, era quien tenía mayores posibilidades de éxito. Por cierto que noté que también este texto ha estado siendo leído recientemente. Hoy las cosas son diferentes, no hay posibilidad de reelección y todo  mundo puede aspirar a suceder a José Narro.  
En la UNAM se escuchan permanentemente nombres de quienes podrían participar en el proceso de elección del rector, pero desde el regreso de vacaciones la efervescencia ha aumentado.  Probablemente debido al anuncio de que quien hasta ese momento había fungido como subsecretario de relaciones exteriores, Sergio Alcocer, regresaba a la UNAM.
El universitario y exfuncionario del gobierno federal no se anduvo por las ramas y en entrevista a El Universal aceptó querer ser rector. A la declaración de Alcocer siguieron otras, como la de Rosaura Ruiz quien también sin ambages aseguro que es tiempo de que la UNAM tenga una rectora . Si quedaba  alguna duda de que la carrera por la rectoría había comenzado, estas dos entrevistas las disiparon.
Las dos entrevistas y la declaración de los entrevistados de su deseo de ser rectores presionaron los tiempos de la Junta de gobierno y la obligo a publicar un comunicado anunciando que el próximo 24 de septiembre publicará la convocatoria con la cual dará inicio al proceso institucional de designación. En otras palabras lo que decía el comunicado era: ¡Tranquilos!, no por mucho madrugar, amanece más temprano.
No obstante la inquietud se mantiene y un grupo de académicos de la UNAM dirigió un comunicado a la junta de gobierno pidiéndole seguir algunos lineamientos para “transparentar” el proceso de elección del rector, entre ellos el de hacer públicas las presentaciones de los candidatos, sus planes de trabajo y las deliberaciones del órgano colegiado.
Ni que decir que nada tranquilizará ya la inquietud universitaria. Se trata de elegir a la persona que será el líder de una comunidad de más de 300 mil personas y que es La Universidad Pública Nacional, de un país con más de 100 millones de habitantes. Una universidad, que aunque no nos guste, se ha envejecido. No sólo en su planta académica, sino en su “pensamiento”. Es una Universidad que requiere renovarse para estar a la altura de los jóvenes talentosos que cada año aprueban el examen de ingreso.
El proceso que ya se inició es ahora, más que otras veces, una buena oportunidad de poner el reloj de la UNAM a la hora de los tiempos de un país que requiere como nunca calidad en su educación superior para dar a sus jóvenes talentosos alternativas.
Una oportunidad también de ejercer la autocrítica y mirar lo que otros  hacen bien fuera y lo que nosotros no hacemos tan bien dentro. Oportunidades que ojalá no desperdiciemos tratando de descalificar a uno y otros posibles aspirantes.

viernes, 31 de julio de 2015

Mendeleiev y la tabla periódica.

Entre las oportunidades que los viajes presentan hay dos que disfruto mucho. Una es la de poder recorrer librerías con títulos que probablemente no se encuentren en México y la otra es el tiempo que los traslados, de avión sobretodo, ponen a mi disposición para su lectura. 
En las vacaciones que recién terminaron, pude darme esos dos lujos. Uno de los libros que adquirí habla de la historia de los elementos químicos, parte de él lo leí en uno de los traslados y al llegar a México, inspirado en esa lectura,  escribí el siguiente texto sobre Mendeleiev y la tabla periódica. Se los comparto, esperando les parezca interesante.

Mendeleiev y la tabla periódica.


En la escuela siempre preferí las matemáticas a la física y la física a la química. La razón es muy sencilla: las matemáticas y en menor grado la física me parecían muy lógicas. Era fácil resolver una ecuación (a veces plantearla, no tanto). No había que aprender nada de memoria; las fórmulas, incluida la de la solución de la ecuación de 2do grado, se podían deducir.
En cambio la química me parecía un mar de datos inconexos, que había que memorizar, empezando por los símbolos de los elementos. Luego había que aprenderse de memoria las valencias y para rematar  las ecuaciones químicas no eran ecuaciones como las matemáticas. Esas ecuaciones no tenían signo de igual, sino una flecha que indicaba que los elementos de la izquierda se transformaban en los de la derecha…pero no siempre.
Fue hasta que ya estaba en la licenciatura, que aprendí los modelos atómicos y la consecuencia del principio de exclusión de Pauli sobre el llenado de las capas atómicas que empecé a entender un poquito el que -acepto-  es un mundo fascinante: el de la química.
Pienso que hubiera llegado antes a apreciar la química si me hubiera dado la clase de química Dimitriv Mendeleiev. Explicaré por qué.
En la década de 1860 Mendeleiev daba clases de química en la universidad de San Petesburgo y para explicar mejor a sus estudiantes las propiedades de los elementos químicos, hizo una tarjeta para cada elemento. En cada una puso las propiedades de ese elemento como su peso atómico y características químicas.
Después acomodó las tarjetas, de acuerdo al peso atómico. Empezó con el litio de peso atómico 7, siguió con el berilio 9, el  boro, carbono, nitrógeno, oxígeno, fluor…Seguía el sodio con un peso atómico de 23. Como el litio y el sodio tienen propiedades parecidas, la tarjeta del sodio, Mendeielev la puso debajo de la del litio
Después siguió con los otros elementos: magnesio, aluminio, silicio, fósforo...hasta que llegó al cloro. Como este último tiene propiedades parecidas al flúor, colocó su tarjeta debajo de la del flúor. Así continuo acomodando las tarjetas y al terminar con todos los elementos se le reveló un esquema en el que era evidente que las propiedades de los elementos eran funciones periódicas de sus pesos atómicos.
En 1869 publicó en su manual “Principios de Química” el “Intento de un sistema de los elementos basado en su peso atómico y en su afinidad química.”
En esos años se aceptaba la existencia de 63 elementos, aunque algunos en realidad eran compuestos. Por esa razón en el primer arreglo aparecían errores, dudas y faltantes.
Mendeleiev predijo, a partir de la periodicidad que se presentaba en las propiedades químicas de los elementos de su tabla, cuáles serían las propiedades de algunos de esos elementos faltantes.
No pasó mucho tiempo para que en 1875, el químico francés Paul-Emile Lecoq de Boisbaudran descubriera un elemento cuyas propiedades coincidían con las del hueco que se encontraba debajo del aluminio en la tabla de Mendeleiev.
En un principio, el descubridor reportó para la densidad  del elemento un valor inferior al predicho por Mendeilev, pero mediciones posteriores  mostraron que su valor era prácticamente el pronosticado por el ruso. 
En honor a su país natal Lecoq de Boisbaudran llamó a este elemento Galio
Cuatro años después el Sueco Lars Nilson descubrió otro elemento de propiedades semejantes a las del Boro, que resultó encajar en otro de los huecos que Mendeleiev había dejado en su tabla. Nilson, con igual fervor patrio que Lecoq de Boisbaudran, lo llamó escandio en homenaje a su tierra natal.
En 1886 el alemán Clemens Winkler reportó el descubrimiento de un elemento más que correspondía con otra de las predicciones de la tabla de Mendeleiev. Se trataba de un elemento semejante al Silicio al que Winkler bautizó -obviamente- como Germanio.
Durante veinticinco años todo marchó muy bien, hasta que en 1894 el Británico William Ramsay reportó el descubrimiento de un elemento que no encajaba en el arreglo de Mendeleiev. Se trataba del primero de los gases nobles que se descubrió: El Argón. 
En un principio Mendeleiev sugirió que no se trataba de un nuevo gas, sino de una forma diferente del nitrógeno cuya molécula tendría tres átomos. Sin embargo el subsecuente descubrimiento del helio, el neón, el kriptón, y el xenón, lo convencieron de que hacía falta agregar toda una nueva clase al sistema periódico. Los gases nobles.
La tabla periódica tendría que seguirse modificando en los años siguientes para dar cabida a los nuevos elementos que se seguían descubriendo, pero también sufriría un cambio conceptual. En la primera década del siglo XX Henry Mosely introdujo el concepto de número atómico (el número de cargas positivas en el núcleo de cada elemento) y correlacionó algunas propiedades químicas con ese número. Se vio entonces que el número atómico era preferible al peso atómico al organizar los elementos en un sistema periódico.
Para el año 1955 se descubrió en la Universidad de California Berkeley el elemento 101, al cual se le dio el nombre de Mendelevio en reconocimiento a la labor de Dimiti Mendeleiev.
No sería justo dejar de mencionar que alrededor de la misma época que Mendeleiev otros científicos habían concebido la idea de sistemas semejantes  de clasificación de los elementos químicos, basados en el peso atómico. Por ejemplo en 1866 John Newlandans elaboró un modelo inspirado en las octavas musicales, según el cual las propiedades químicas se repetían cada ocho elementos. También en 1870 Julius Meyer publicó una forma alternativa de la regla la cual aseguraba que las propiedades de los elementos variaban de manera periódica con su masa atómica.   
En fin quizás si me hubieran enseñado la química a partir de la lógica de la tabla periódica, me hubiera gustado desde antes.