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martes, 6 de octubre de 2015

Los que levantaron la mano.




El día de hoy da a conocer la Junta de Gobierno de la UNAM el listado de los dieciséis universitarios que de acuerdo con su convocatoria del pasado 24 de septiembre entregaron los documentos solicitados para participar en el proceso.
Esta es por lo pronto y hasta el 22 de Octubre próximo, la lista de aspirantes a la rectoría de la UNAM. Ese día, el 22 de Octubre, la Junta “dará a conocer públicamente los nombres de las personas que a su juicio cumplan de mejor manera con los requisitos establecidos en la legislación universitaria y las invitará a ser entrevistadas por ella”
Hay que destacar  lo atinado de la lista que manejó La Jornada y de la cual me ocupé en la anterior entrada del blog, pues la diferencia con la lista oficial es de sólo una persona. 
Se agregó a los nombres que manejaba la prensa el de Alejandro Díaz de León Martínez.
Aprovechando que ahora los planes de trabajo de los aspirantes y sus curricula pueden consultarse a través de la página de la junta 
Me asomé a ver quién es el decimosexto aspirante. Dice su semblanza que:  “estudio la licenciatura en derecho en la ENEP Acatlán, titulado con Mención Honorífica.  En el año 1997 ingresó a impartir cátedra en la División de Ciencias Jurídicas; y de Socio Económicas de Acatlán, como Profesor de asignatura”.
“En el gobierno Federal Mexicano, y de los Estados de México y Michoacán, se ha desempeñado como Director General en el Sistema Nacional de Seguridad Pública, Dirección General de Información y Análisis; Delegado Fiscal en Nezahualcoyotl y Ecatepec, Dirección General de Coordinación Social, Dirección del Seguro Popular, entre otros cargos”.
No menciona, la semblanza, que tenga grado de doctor (lo que por supuesto, no es un requisito para aspirar a la rectoría de la UNAM), ni que sea profesor de carrera (que tampoco es requisito) o haya sido director de alguna facultad o instituto (otra característica que no es requisito).
La inclusión de Alejandro Díaz de León da lugar a varios comentarios. El primero es la apertura para participar en el proceso. Prácticamente cualquier universitario, entre los límites de 35 a 70 años, puede ser parte de él. No participó en esta ocasión, el que no quiso.
Esta apertura, sin duda buena, tiene un segundo filo: Estar en la lista actual de aspirantes no quiere decir nada. Significa únicamente  que se entregaron los documentos solicitados. Hoy aparecer en la lista de aspirantes puede ser menos glamoroso que en procesos anteriores. 
Hasta ahora la lista es el conjunto de nombres de quienes levantaron la mano.  Ya el 22 de Octubre la Junta de Gobierno entregará la lista de quienes de entre ellos, a su juicio, cumplen de mejor manera los requisitos.
Un segundo comentario, es la ruptura de las reglas “no escritas”, que hacía que no se vieran candidaturas de personas que no fueran académicos de carrera y que no hubieran con anterioridad pasado por un proceso de Junta de Gobierno. La pregunta obvia es si aparecerá algunos de ellos en la lista del 22 de Octubre. Yo diría que sí lo hará, porque eso dará al proceso visos de mayor inclusión. Finalmente la UNAM es una comunidad que va más allá del campus de Ciudad Universitaria, de los académicos de carrera, de los ex directores, de los varones y de los ex funcionarios federales.
El de las minorías, es un tercer punto interesante.  La aparición de Díaz de León en la lista de aspirantes refuerza que no será posible para ningún candidato arrogarse la representación de una de ellas. No habrá una sola mujer, no habrá tampoco un solo representante de las Unidades Multidisciplinarias, tampoco habrá un solo miembro de la lista que no haya sido director. 
Los candidatos habrán de ser juzgados por sus méritos y no por las minorías a las que representen.   
Por esa razón la Junta de Gobierno ha empezado a escuchar las opiniones de los universitarios desde el 25 de Septiembre pasado, aun cuando la lista oficial de los nombres de los participantes se hizo pública hoy.   
Se trata de saber qué Universidad queremos los universitarios, todos. Para que con base en ese diagnóstico, la Junta de Gobierno elija al mejor de entre los candidatos.
En esta ocasión visitar a la Junta de Gobierno para dar nombres de preclaros universitarios tiene menos sentido que en el pasado. Hoy se trata de definir qué tipo de Universidad queremos. 
Yo quiero una que, como ya he mencionado en el blog, ponga su reloj a la hora. Como universitario mandaré mi opinión a la junta sobre la universidad.

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