Me escribe Gustavo Rivera-Rodriguez desde la Universidad de Santiago de Compostela con una interesante reflexión sobre el ranking mundial de universidades que elabora la Universidad de Shangai Jiaotong University. A continuación el texto de Gustavo, tal como llegó a mi correo, incluidos sus datos de contacto:
Hola, te dejo el siguiente texto a ver si te gusta para tu blog. Saludos.
Carta abierta a los estudiantes, profesores, directores y a la sociedad mexicana en general.
México, Agosto 2011.
México, Agosto 2011.
Se ha publicado el "Academic Ranking of World Universities" del año 2011, un ranking de evaluación/calificación elaborado por la Shanghai Jiaotong University
con un grupo de especialistas que califican a nivel mundial el impacto tanto educativo, científico y social de las Universidades a nivel mundial, ofreciendo mediante una serie de estadísticas una calificación en base 100 a cada una de ellas y ordenando dichos resultados en el ranking anual, este ranking es el más valorado por la comunidad económica y educativa a nivel mundial, aquí las primeras 10 posiciones de este año.
No es de sorprender que las primeras posiciones estén monopolizadas por los Estados Unidos de Norteamérica, esta primera clasificación sólo sirve de competencia a las universidades Estadounidenses y Británicas como plataforma para la atracción de talento y capital.
Lo interesante para nosotros, y el origen de esta columna, es identificar a las universidades mexicanas dentro del ranking. Y nótese que parto de la base de "LAS" universidades mexicanas. En el último ranking, publicado en el 2010, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), única representante nacional, se encontraba dignamente ubicada entre la posición 101 y 150 del ranking, compartiendo estás 50 posiciones con otras universidades de gran prestigio cómo la Universidad de Sao Paulo, la Universidad de Cardiff, la Universidad de Milano, o la Universidad de Tel Aviv. Primera referencia en Hispanoamérica y gran bastión de la educación latinoamericana. El año pasado a estas alturas, la guerra contra el narcotráfico ya contabilizaba 30 mil muertes, pero seguíamos teniendo una gran Universidad.
La gran sorpresa del ranking en este 2011 nos arroja a la UNAM en un lugar 50 posiciones después de su ultima clasificación, ubicada entre las 151-200 universidades, y como menor sorpresa... no hay ninguna otra Universidad o Instituto Mexicano dentro de la lista. ¿A dónde vamos?
Lo interesante de esta clasificación, alejada de los grandes éxitos educativos para nosotros, no es comparar a la Universidad con las grandes potencias educativas a nivel mundial, porque lejos estamos de ello, sino evaluar la posición internacional que tiene el país actualmente en materia, económica, educativa, de desarrollo tecnológico y demás etcéteras.
El Shangai Ranking basa su calificación en diferentes términos, desde número de alumnos, publicaciones de alto impacto científico y calidad de egresados que tiene. Así, en realidad este ranking es un examen a conciencia de todos los niveles educativos y sociales que representa una Universidad en su entorno. Qué la Universidad de México haya descendido 50 lugares sin perder un sólo alumno, e incluso sin disminuir considerablemente su número de publicaciones científicas nos deja dos variantes en el análisis, el impacto social de la Universidad se ha visto reducido considerablemente y la ciencia que se desarrolla actualmente dentro de ella está dejando de ser útil, innovadora y aplicable al desarrollo social, tecnológico y cultural que presenta nuestra actualidad.
Que no haya otra Universidad/Instituto Mexicano dentro del ranking nos lleva a considerar otra gran interrogante ¿estamos dando a la Universidad más crédito y apoyo del que se merece? ¿Entregamos a nuestra máxima casa de estudios fondos sin pedir a cambio resultados? y la pregunta más grande de todas ¿dónde están el resto de universidades?.
Algo estamos haciendo mal, y ese algo es algo que llevamos décadas preguntándonos, que con la llegada hace tres años de la UNAM al top 100 creímos resuelto y que hemos dejado de lado. Algo hacemos mal desaprovechando el tirón económico actual, y destinando cada vez menos recursos a la educación superior, aumentando el número de universidades y de alumnos a costa de la calidad de la educación, presos de sindicatos que se mueven por intereses propios, de investigación sin aplicación, de teorías y formas obsoletas y sobre todo de una gran falta de inversión, no sólo por parte del gobierno, sino de las industrias, de la banca y de la sociedad en general.
A cuenta y como una gran conclusión mencionar los grandes avances de la educación latinoamericana, que sólo nos muestra en otra perspectiva la perdida de influencia mexicana a nivel mundial y regional. El gran ejemplo seguirá siendo Brasil con 3 universidades en el top 500, y no es para esperar menos del gran gigante de la región. La sorpresa para mí: Chile, país sudamericano de no más de 18 millones de habitantes y que desde el año pasado ha logrado colocar a sus dos grandes instituciones de Educación Superior dentro del top 500 de la lista. Argentina sigue de cerca.
Envueltos en los "grandes" problemas sociales actuales nos hemos olvidado de invertir en nuestro futuro, y eso costará a la larga más que perder lugares en los rankings de calificación internacionales, costará más que perder oportunidades hacia el exterior de un mundo en constante desarrollo y sobre todo, nos dejará un gran número de licenciados de baja calidad, poco impacto global y un retraso en las tecnologías, la economía y la cultura no sólo hacía el primer mundo, sino hacía ese mundo "en vías de desarrollo" que ha dejado nuestros estándares muy por debajo.
Es momento de dar un giro de tuerca a la educación nacional, como siempre. Exigir resultados a costa de fuertes inversiones, desarrollar la innovación en las aulas, promover el empredurismo, buscar salidas poco costosas a problemas no solo a nivel nacional sino internacional. Despertar del sueño "porfiriano" de la bella república y despertar y abrir los ojos a lo que pasa fuera de nuestras fronteras, el mundo va corriendo y nosotros seguimos caminando esperando llegar a ese punto que cada vez más se aleja.
México, vivimos en un mundo que corre y nosotros seguimos de pie esperando mejorar repitiendo los mismo errores de siempre, no es un momento muy bueno para la sociedad en general, el miedo, el narcotráfico, el desempleo y la crisis nos gobiernan, pero nos han gobernando siempre. No podemos dejar de lado la inversión en nuestro futuro por caer presos de este momento. Las noticias hablan de guerra, de crisis, y nos esconden la triste realidad de nuestro desarrollo tecnológico, social y educativo.
Las consecuencias de no estar dentro del top 100... retraso tecnológico, que implica a la larga seguir dependiendo de las grandes "potencias" en cualquier desarrollo que se necesite, tanto cultural, médico, biológico, informático y social. Seguir comprando tecnologías que no podemos desarrollar en el país, traducida en nuevos medicamentos, técnicas de explotación de recursos naturales, infraestructura de telecomunicaciones, energía, reciclaje, contaminación. Seguir enviando petróleo a Estados Unidos para que nos regresen gasolina... todo traducido en deuda, deficit, y un eterno estancamiento de la pobreza extrema en nuestro país. Cómo referencia la madurez social que experimenta el pueblo Chileno en estos días, gente que protesta con cabeza por el producto de su principal inversión a futuro... la educación.
Cómo contraste, una gran felicitación a la Universidad de Santiago de Compostela, que repite como la 9 Universidad española dentro del top500 y en la que actualmente me encuentro realizando mis estudios de posgrado.
China, India, Israel, Japón, España, Italia... esa es otra historia que una vez que despertemos de este letargo educativo quizá podrámos analizar con una cabeza más fría.
Gustavo Rivera-Rodriguez PhDc
NANOBIOFAR group
Dept. Pharmaceutical Technology
University of Santiago de Compostela
ES-15782 Santiago de Compostela
Spain
TLF: +34 881813076
e-mail: g_unam@yahoo.com.mx
Hola, pues muchas gracias por el espacio. Dejo mi direccion de blog también y espero sus visitas y opiniones por ahi.
ResponderEliminarwww.vato04.com
Siempre en estos temas la playera Puma que traigo puesta me traiciona y lo primero que siento es gran orgullo, orgullo de pertenecer a esa Universidad que es la única en México que ha producido Premios Nobel, que tiene más o menos el 50% de la producción de investigación de todo el país y que atiende a cerca de 300 mil estudiantes.
ResponderEliminarCon esas características no extraña que esté bien colocada en un ranking que toma en cuenta justamente el número de alumnos, la publicaciones de alto impacto científico y la calidad de sus egresados.
Sin embargo no podemos dejar de lado los cuestionamientos que haces, principalmente el de si entregamos a nuestra máxima casa de estudios fondos sin pedir a cambio resultados.
Este es un tema que debería ser de primordial importancia para nosotros, la comunidad universitaria, por que de no ser nosotros mismos quienes hagamos la autocrítica, será la sociedad, a la que debemos transparencia en el uso de los recursos, quien la haga.
No olvidemos que de tiempo en tiempo legisladores y dirigentes partidarios piden cuentas a la UNAM a la hora de discutirse el presupuesto.
Desafortunadamente en todo el país y la UNAM, con todo el dolor de mi corazón, no es excepción, hay una cultura de la impunidad. Muchos directores de facultades y escuelas hacen un mal manejo de los recursos, al apoyar sus proyectos personales, favorecer a sus estudiantes y grupo de amigos, sin que reciban nunca una sanción por el mal uso de los recursos, que les ha sido confiado administrar.
Sobre la disminución del impacto social de la Universidad, como la conocemos ahora, creo que vale la pena que publique por separado un resumen del primer capítulo de la tesis de un alumno mío que estudia La Universidad Corporativa.
Finalmente sobre tu comentario de la defensa que hace Chile de su patrimonio educativo, me parece que es un ejemplo más de lo agotado que esta el modelo económico eficientista. Es indispensable que levantemos la voz para mostrar nuestra indignación.