Las palabras que dan título a esta entrada, son aquellas con las que se dirige a Garryk el médico consultado por el actor
víctima del spleen. De una manera semejante la sicóloga de “Curar,
aliviar y consolar” recomienda a su paciente la lectura diaria. Ese
es el mismo consejo con el que el Tal de la Mora nos despide, al
final de su presentación del Libro de "Eros y Tánatos."
Tomad
hoy como receta este consejo.
Cuando
el expositor dejó de darle vuelta al asunto, porque la concurrencia
le exigió
que señalara los textos que consideraba los mejor logrados, sostuvo
que “¿Quién
rasura al barbero?”; “Nos pela los dientes” y “¿En qué
puedo ayudarlo?” sobresalían
en cada una de las tres secciones, tanto por la inteligencia de la anécdota,
como por el instrumental que la voz narrativa empleó para delinear
los
personajes
y la atmósfera, y; destacadamente; por el empleo de un lenguaje en
el que
se percibe una mayor madurez.
El
manejo de la voz narrativa, continúa el tal ése, es variado. La
tercera persona se muestra
condensada mediante narradores externos, narradores internos y personajes.
Recurre a la primera persona de singular, a la polifonía y a la
descripción
a partir de los mismos personajes. Este recurso que aparece manejado espléndidamente
en alguna de las narraciones, indica el respeto que el autor
experimenta
por sus personajes. Sin embargo, en ocasiones, se desliza por una pequeña
rendija el narrador omnisciente que limita el crecimiento natural a
los mismos
e infantiliza al lector mediante señalamientos, a veces, muy obvios.
Asimismo
se observa claramente la intertextualidad entre los relatos del libro
de Fernández
Flores. En el cuento “¿En qué puedo ayudarlo? uno de los
personajes afirma:
“El moribundo no está en coma, en realidad duerme y los ruidos que
hace son
efectos de lo que sueña”. En el relato “Una muerte color de
rosa” se lee: “El estado
de coma es engañoso. Los familiares y amigos que se turnan para
cuidarlo, lo
ven dormir”.
Los
temas están diestramente trabajados desde la verosimilitud o desde
el relato fantástico.
Un ejemplo, entre muchos otros, es el tema de los sueños. Nada de lo
que
sabemos acerca de ellos es posible verificar, ya que la información
quetenemos
se basa en lo que reportan los que sueñan. Para algunos (Hobson y McCarley,
1977) los sueños son un esfuerzo por darle significación a
información escasa
y distorsionada. Para otros (Solms, 1977 y 2000) se trata de
estímulos excitantes,
recuerdos recientes y la información que recibe el cerebro en ese momento.
En “Una muerte color de rosa”, pareciera que el científico que
lleva dentro
el escritor Rafael Fernández, está diseñando el guión con base en
la hipótesis
clínica-anatómica de Solms.
Para
finalizar, el presentador señaló que además de la laudable
actividad como prosista
del autor de Eros
y Tánatos,
habría que enfatizar su labor editorial que
constituye
una interesante alternativa para la literatura mexicana.
A
ciencia cierta, sabemos que en nuestro país por “literatura”, se
entiende lo que
los
“críticos literarios” entienden por ésta. La crítica literaria
en México, salvo algunas
excepciones, la realizan los poderes fácticos: autoras, autores,
editoriales y revistas
“reconocidos”. El esquema que utilizan es relativamente simple:
1) Se organiza
un Concurso Literario
2) Un “reconocido jurado de especialistas”selecciona
como triunfador a algún alumno del taller literario que dirigió uno
de
los
“reconocidos autores” que integran el jurado.
3) El alumno
ganador del premio,
se convierte en “jurado reconocido” del próximo certamen
literario
4) Otorgará
su voto a quién le indique la directora o director del taller que le concedió
el premio
5) Se aplica nuevamente el paso 1.
De
la Mora se despidió de nosotros recomendándonos disfrutar de Eros
y Tánatos como
lo haría la psiquiatra de “Curar, aliviar y consolar” y además
insistió en
agradecer
a RFF el que le haya dedicado tan deleitable obra.
Gracias.
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