La fecha es propicia a la nostalgía y
a las remembranzas. Hoy la FES Cuatitlán esta cumpliendo 40 años.
Se inauguró el 22 de abril de 1974. Las memorias, dice Neruda, son
intermitentes y a ratos olvidadizas, como la vida misma. Espero no
ser demasiado impreciso en lo que recuerdo.
A finales del '74 daba yo clases de
Física Teórica 2, en la Facultad de Ciencias, como ayudante de mi
director de tesis de licenciatura, el Dr. Enrique Prieto y ni idea
tenía de que pocos meses después estaría haciendo lo mismo en la
recién inaugurada ENEP Cuautitlán.
Una invitación de José Landeros
aunada a una serie de otras circunstancias hicieron que para
principios de 1975 estuviera ya en la ENEP Cuautitlán impartiendo el
curso de matemáticas a los estudiantes de Química, Ingeniería
Química y QFB, que en esa época la cursaban todos juntos.
De esa
generación de estudiantes, son los profesores María Eugenia Posada
Galarza y Juan José Mendoza Flores, que están actualmente en la
Facultad dando clases.
Imposible repasar en unas pocas líneas
toda la historia de la facultad. Tengo excelentes recuerdos del Dr.
Jesús Guzmán, su director fundador. A él le tocó la primera
huelga estudiantil, la que se resolvió con la histórica comisisón
tripartita. Son para narrarse alguna vez, las noches de reunión, en
busca de soluciones. Las intervenciones del secretario académico Roselló y la caballerosidad y buena fe del Dr. Guzmán que
mostrándonos una hoja manuscrita nos decía: “El punto ya esta
resuelto, me lo dijo Memo”. Memo era el Doctor Soberón, rector de
la UNAM.
También de su sucesor, el Ingeniero Manuel Viejo, de
cuya amistad me precio ahora, guardo agradables recuerdos, no
obstante que la relación entre nosotros no siempre fue buena. En la
gestión del Ingeniero Viejo hicimos el colegio académico, de aquel
entonces, e imprimimos la Revista “Marcha”, que nos permitía el
juego de palabras Marcha en la Universidad y La Universidad en
Marcha.
La revista tomó su nombre de la
revista Uruguaya homónima editada por el gran periodista
sudamericano Carlos Quijano. Quijano estaba exciliado en México (de
hecho murió aquí en 1984). Gracias a Mabel Hernández, muy querida
amiga y también entrañable maestra de aquellas primeras etapas de
la facultad, tuvimos el honor de visitar a Quijano en un
departamento que habitaba en Copilco. Nos permitió usar el nombre de
Marcha y nosotros salimos muy contentos de esa visita.Creo que iban conmigo Jesús Cruz y Gloria Soto.
En esa revista publicamos una
entrevista a Manuel Viejo, que titulé “Manuel, el solitario en
Palacio”. Fue una conversación muy franca e interesante con el
director de la facultad. Hace unos meses digitalicé el texto y le
regalé una copia al Ingeniero Viejo.
Las primeras épocas de la escuela
coincidieron con tiempos de mucha ebullición política. En 1975 se
hace el Spaunam, en 1977 se crea el Stunam, al fusionarse Spaunam y
Steunam. Para 1980 se lleva a cabo el recuento por la titularidad del
contrato colectivo. En la FES C, perdimos la votación, por dos votos
de diferencia.
Extraordinarios recuerdos de los
camaradas Armando Sánchez, en cuya casa dormí la noche anterior,
para llegar de madrugada a la escuela a poner la última propaganda,
de Santiago Flores, que llegó de traje el día de las votaciones, de
Jorge Martínez Peniche que estuvo en la mesa de votaciones, como
representante.
Algunos de los jóvenes que llegamos a
dar clases, en los inicios de la escuela, estábamos recién salidos
de la licenciatura, algunos sin recibir. Yo lo hice, casi recién
llegado a la escuela e inicié mis estudios de posgrado, así que
cuando se presentó la oportunidad de concursar por una plaza de
carrera estaba listo para hacerlo. Ocurrió casi al mismo tiempo que
el recuento. Se abrieron unas pocas plazas -ya desde entonces eran
escasísimas. Yo me inscribí al concurso de una que en principio
estaba creada para el perfil del secretario del consejo técnico, el
Ingeniero Carlos Franco de Ajuria. Nos apuntamos a ese concurso tres
personas: El ingeniero Franco, José Luis Fernández Chapou, que era
alumno de Fermín Viniegra y yo. Al final resulté ganador del
concurso.
Me parecía que era necesario continuar
mi desarrollo académico y partí al extranjero para hacerlo. Había
concluido en México los créditos de la maestría y el doctorado en
Física y me fui a Francia a hacer un doctorado en ingeniería. En
Francia, la mecánica de fluidos es considerada parte de la
ingeniería, más que de la física. Me dan ganas de seguir
escribiendo de mi experiencia como estudiante y profesor de español
en Francia, pero me desviaría de lo que voy narrando.
Cuando volví, estaba al frente de la
escuela Guillermo Aguilar Campuzano, su gestión estaba terminando y
prácticamente no lo traté como director.
A Aguilar lo sucedio José Luis Galván.
A José Luis le tocó el conflicto del CEU y del CAU, en 1986. Varios
de los profesores que habíamos estado, una década atrás, en la
formación del sindicato y en el recuento, simpatizamos con el CAU,
lo que incomodaba a José Luis; con quien, por otra parte no teníamos
una mala relación.
Durante su administración María Luisa
Arias fue la jefa de división de químico biológicas y Bertha
Rodríguez la jefa del departamento de Química, con las dos nuestras
relaciones eran buenas. Incluso María Luisa nos hizo un dibujo para
ilustrar un texto que titulé. “La FES C planeta habitable”.
Nuestra preocupación era que
pudieramos crear en la escuela un ecosistema académico sustentable,
pero la tensión del director con el CAU, lo impidió. Ocurrió que
hubo elección de consejeros técnicos y en el afán de que no se
“colaran” quienes simpatizaban con el CAU y el CEU, se abrió la
puerta al grupo que hemos llamado “La Mafia”. Armando Aguilar fue
nombrado consejero técnico, por primera vez en 1986.
Recuerdo la noche que se contaron los
votos, en la sala de juntas de la dirección. Antonio Herrera, jefe
de división de físico matemáticas, se dejó caer con un suspiro de
alivio sobre el sofa al ver que habían ganado “sus” candidatos.
Martínez Peniche le advirtió: “Hay víctorias que son derrotas”.
Cuanta razón tuvo, al paso del tiempo ese grupo hostigó a Herrera.
De Antonio Herrera me llega a hora un
recuerdo banal. Una mañana voy con Tegest, una etiope que era mi
alumna de español en Acatlán y nos encontramos a Herrera. Cuando se
la presento y le digo que es etiope, Herrera, a quien le gustaba
correr, le dice Abebe Bikila es etiope, sí se sonrié Tegest. Bikila
fue dos veces campeón olímpico del maratón y es una gloría de
Etiopía.
Llegado ese grupo al consejo técnico
empiezan a tratar de imponerse al director. Hay un feo pasaje donde
hostigan al nuevo jefe de la división, el Ingeniero Fernando Orozco,
hasta lograr su remoción. Termina el periodo de Galván, ya solo
unos meses más, como jefe de la división José Guadalupe Ramos
Anastacio, profesor actualmente en la Facultad.
En ese ambiente de encono se da el
proceso para la elección del director del periodo 1989-1993... pero
esa historia y lo que sigue quizás sea mejor platicarla mañana.
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