Terminé de leer el Libro Historias Encontradas y escribí la nota que sigue, la iba a publicar en goodreads, pero no aparece ahí el libro. Claro que podría incluirlo a mano, pero me dio algo de flojera. Les dejo la reseña:
Hablar del libro
Historias Encontradas me remite de manera inevitable a hacerlo de mis hábitos
de lectura. Leo siempre que tengo tiempo; es decir cuando no estoy trabajando,
durmiendo, corriendo, conversando, amando, comiendo o escribiendo.
Me gusta
leer de todo; poesía, ficción y ensayo. Cada género va con momentos y estados
de ánimo. La poesía es excelente para iniciar un día lleno de entusiasmo o para
terminar un día que ha sido difícil; es
para mi, en ese caso, el equivalente de la copa de licor que algunos se toman
para relajarse, antes de dormir.
Los ensayos
me gustan para los periodos en que dispongo de mucho tiempo libre, de manera
continua, para leer; por ejemplo en vacaciones. Ocurre algunas veces que un
largo ensayo no lo termino de leer en unas vacaciones y entonces su lectura
habrá de esperar hasta las próximas, pues de regreso al ritmo de la ciudad y el
trabajo simplemente no se me antoja continuar y como ya se sabe que la lectura
es cosa de antojos, pues ni modo.
Las obras
de ficción puedo leerlas tanto en vacaciones como en periodos de trabajo, no me
demandan la misma disponibilidad que los ensayos. Aunque en periodos de carga
laboral prefiero las obras cortas, como los cuentos, que disfruto leer en los
traslados diarios.
Por eso
aprecio las antologías, en particular las que presentan obras de muchos
autores, me dan la oportunidad de conocerlos y si de alguno de ellos me llama
la atención un relato, busco entonces una novela. Veo esas antologías como un
menú de degustación.
Vuelvo
ahora, al hecho que detonó estas reflexiones. La lectura del libro Historias
Encontradas. Esta antología es como un giro de ciento ochenta grados de las
antologías de cuentos; se trata de una compilación de relatos breves que no
fueron escritos como relatos breves, son textos que forman parte de obras más
extensas y que han sido desenterradas de ellas o encontradas en ellas por el
gambusino de historias Eduardo Berti.
Incluye
relatos encontrados en obras de Dostoievski, Unamuno, Pérez Galdos, Maupassant,
Camus, Allan Poe, D.H. Lawrence, Italo Calvino, Macrobio, Theodore Fontane,
Knut Hamsun, Sigmund Freud, Erri de Luca, Roberto Bolaño, Balzac, Selma
Langerlöf, Cicerón, etc, etc.
Algunas de
las obras de las que Berti extrajo sus Historias Encontradas, ya las había yo
leído, pero nunca reparé en las historia que el recupera y por supuesto no las
recordaba. Me quedó en la memoria, después de la lectura del libro una
historia, sacada del ensayo Clues and
Crime. The Science of Criminal Investigation de Henry T.F. Rhodes.
Se trata de un juez que es testigo de un crimen. Se consigna a un
sospechoso que es inocente y el juez lo sabe, pues ha visto al verdadero
criminal. Sin embargo como la defensa es torpe el juez consigna al inocente
bajo el argumento de que un juez no debe actuar a partir de sus conocimientos
personales sino de los méritos de las pruebas. Al final la verdad se sabe y el
juez es degradado.
Las historias son disparejas, las hay que me parecieron muy
interesantes y otras apenas llegan a la categoría de historias. El mérito del
libro esta en haberlas encontrado y presentarlas como relatos autónomos. Me
gustó la idea.
Del seleccionador
y prologista de los textos, Eduardo Berti no sabía nada antes de comprar el
libro, ahora se lo que dice la solapa: que colabora en Letras libres, es autor de libros de relatos como Los pájaros y La Vida imposible y de novelas como Agua, La mujer de Wakefield,
Todos los Funes y La sombra del púgil. Ha publicado además
las antologías: Galaxia Borges y Nouvelles. Sus obras han sido traducidas
a varios idiomas.
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