Hacía
varias semanas que no tenía ninguna noticia de la FESC.
Era
temprano, desde la ventana de mi oficina se veía el sol de media mañana cayendo
sobre los techos de la ciudad, cuando el celular empezó a sonar. La voz que
llamaba me informó rápidamente: ¿Sabes que ya cambiaron al secretario general?
Ahora esta Adriana Morales. Unas cuantas
frases mas intercambiando buenos deseos
y mandando saludos y la conversación terminó.
Frente a mi,
en el escritorio, esta abierto el calendario; veo la fecha 5 de octubre y
pienso: Ya arrancó la sucesión del director en la FESC.
Aunque a decir verdad la sucesión arrancó el día que
Suemi tomó posesión, así es la
FESC y así es hasta el país, ya Marcelo anda en campaña para
el 2018.
Hace unas
semanas me había llamado la atención que al
revisar los accesos al blog, vi que alguien había estado leyendo entradas,
publicadas hace tres años, las que se refieren a las fortalezas y debilidades
de la FESC. Pensé
que quizás alguien, previsor, estaba queriendo empezar a armar un plan de
trabajo. Ahora con el relevo en la secretaría general de la Facultad, me queda claro:
Las cartas han empezado a jugarse.
Hay dos
hipótesis acerca del cambio, la primera es la optimista e ingenua, que atribuye
el cambio a tensiones en el grupo de “la mafia”, Aguirre se habría dejado
llevar por sus ambiciones propias y la directora le estaría recordando quien
manda en la FESC. Esa
hipótesis confunde los deseos de quienes
así piensan, con la realidad. Esas
personas desean seguramente ver un enfrentamiento entre los integrantes de la
mafia, una fisura en el control hegemónico, un rasgo de desobediencia. Pero no,
eso no va a ocurrir, El sistema de la obediencia absoluta, les ha redituado
buenos dividendos tanto a quienes mandan como a quienes obedecen y obedecer hoy,
puede ser el camino para mandar mañana. Eso lo saben todos y en particular el
secretario que se va.
La segunda
hipótesis es menos optimista y menos ingenua. Como Suemi ya no se puede
reelegir, la mafia necesita fabricar
candidatos viables. Un secretario en funciones por ocho años apesta a
continuismo, a dos cuadras de distancia. Es menester tomar distancia, si es
posible dejar correr el rumor de enojo o ruptura. Fabricar la imagen de
independencia para darle viabilidad a la opción. Esa es, me parece, la triste
realidad.
La
situación se parece a lo que ocurre en el juego del ajedrez, cuando por fin se
mueve una pieza que esta molestando y uno se siente aliviado, se da cuenta que
se mueve para ir a un sitio donde puede causar más daño. Recordemos lo que pasó
hace poco cuando la renuncia de Garibay hizo concebir breves e infundadas
esperanzas. Garibay se movió de puesto, pero sigue siendo una pieza útil en el
tablero de los mafiosi.
Mi duda es si el resto de la facultad, la mayoría
desorganizada e indisciplinada que ve actuar y padece a la mafia, será capaz de
organizarse y construir una alternativa a las candidaturas que Armandititito
& friends van a impulsar. Por el bien de la FESC deseo que así ocurra. Por las dudas les
aviso que el disparo de salida ya sonó.
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