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sábado, 24 de octubre de 2020

Sueños de pandemia. Tercera parte.

 

En esta tercera entrega de los sueños de la pandemia, "Rose" nos advierte que: “Soñamos despiertos,  soñamos dormidos; pero vivir en un sueño es más peligroso”. "DEGAS’ALTO" nos pasea por las alturas físicas y financieras de un barrio elegante del lindo Toulouse y "Telémaca" hace gala de sus buenos oficios para apaciguar un malentendido familiar. Como siempre, los relatos se presentan en el  orden afabético de los seudónimos de las autoras.

 

Sueños del 4 de  abril 2020

Primer sueño.

Materialización equivocada.

Estoy dentro del baño de un departamento, no se en que parte. De  repente mientras hago mis abluciones veo en el espejo del armario un hombre, al que no había visto nunca antes. Es como si yo estuviera en un camping enorme, o en un campamento y me cruzara con él. Tiene un bigote como el de Dupont (de la historieta de Tintin) y el cabello igual, con una calvicie en el centro. Le preguntó que hace ahí y sobre todo ¡cómo entró!

Con una pequeña sonrisa me dice que se equivocó y sale discretamente por la puerta. Para mí, que él se desplaza materializándose y al ir a casa se equivocó de sitio. Le platico esto a los niños, Mailys con quien me desplazo de un sitio a otro, en el campamento.

Segundo sueño.

Visita a los ricos.

Camino por la calle en las colonias elegantes de Toulouse. Traigo algo en la mano. Me cruzo con una mujer a la que veo con frecuencia en la colonia, normalmente está con una niñita, ahora está sola. Me dice sin hablar que quiere que seamos amigas. 

Sigo mi camino y me encuentro de repente en el balcón de un primer piso. Hay alguien ahí que no me ve. En lugar de dar la vuelta y bajar del balcón, entro. Es un gran departamento, todo de madera, muy lujoso. Un sitio de ricos. Como el hombre que está sobre el balcón no me había visto cuando estaba yo fuera, imagino que será igual ahora que estoy dentro. 

Voy con una lámpara grande que estaba en el departamento que habitaba, al borde del canal de Midi. Es una lámpara que se vendió como copia de una obra de arte conservada en un museo. Adentro todo mundo me ve y me detienen.  

Me preguntan mi nombre. No les contesto y me doy cuenta de mi locura, quiero salir. Son ahora los ricos que me siguen a mi, que busco la salida de ese departamento inmenso. En las habitaciones hay cerraduras con claves alfanuméricas, no se puede salir así nada más.  Hago algunos intentos, seguida por las personas y comprendo que no hay salida.

Les digo :

-Voy a decirles quien soy. Parecen interesarse.

-Soy Mme. D…y si dejan de perseguirme les diré de quién tomé la lámpara.

Me dicen que sí y van a llamar a un camarada policía que habían solicitado.

-Se la tomé a M. S… Se tranquilizan. Las mujeres van a salir para localizar una casa que les guste. Veo otras habitaciones  en el departamento y la puerta, magnífica, con un bajo relieve que representa  ¿un ángel.

DEGAS’ALTO

 

Tres sueños. 

Soñamos despiertos,  soñamos dormidos 😴pero vivir en un sueño es más peligroso.

Creemos en el soñar por que deseamos que algún día se convierta en realidad más no debemos olvidar que las pesadillas también son sueños.

Puedo soñar muchas cosas en una noche y no recordar nada pero esta noche fueron tres episodios: 

En el primero recuerdo vagamente encontrarme con mi padre y platicar. 

En el segundo estaba nadando en una alberca con formas triangulares y aguas con brillos dorados, platicaba con amigos y reíamos mucho. El agua era cálida y apacible; se sentía paz.

En el tercer episodio de repente aparecía en un auto estacionándome en una linda calle adoquinada y angosta con unas hermosas casas pintorescas, estilo londinense. Entraba a una panadería cuyo aroma te invitaba a degustar cada uno de los panes exhibidos ahí. 

Recordaba haber estado en ese lugar antes pero no sabía cuándo había sucedido eso (aún trato de recordarlo aunque no sea real). Podías encontrar cualquier tipo de pan 🍞y volverte loco sin saber cuál de todos escoger, existían unas canastas de regalo las cuales podías ir llenando del pan que tu decidieras sin límite.

Recuerdo que aunque era un lugar pequeño y podías observar todo con una mirada rápida yo me entretenía revisando cada uno para escoger los más apetitosos.

Finalmente llenaba una canasta de pan y al llegar a la caja para pagar me obsequiaron unas galletas 🍪. Salía emocionada y ansiosa por pronto comer ese pan.

No recuerdo más.

 

Rose 🌹.

 

Voluntaria

En uno de los sueños de anoche apareció el profesor F…Había una casa muy grande y muy amplia, con techos altos y paredes blancas. Resulta que la novia del profesor F… estaba en el hospital y la familia de la novia estaba allí (la familia de la novia resultó ser la familia de una amiga de mi hermana) y estaban molestísimos porque el “Don Doctor F…” (así le decía) no se había dignado a ir al hospital a pedir informes. Yo era la que me voluntariaba a ir al hospital

Mi hermana G… también estaba allí! Me daba mucho gusto verla. Me imagino que una de las amigas de mi hermana era la novia de “Don Doctor”. Todas ellas son guapas, norteñas

Así que yo me iba al hospital y cuando regresaba todas seguían molestísimas porque el doctor seguía trabajando. Yo entraba de puntitas a la gran oficina y el escritorio estaba vacío,  ponía el reporte del hospital sobre el escritorio y salía

Todas ya estaban más relajadas porque el reporte del hospital era bueno

Yo decidía irme. Me despedían todas en la puerta. Una puerta de esas enormes muy anchas que cuesta trabajo abrir, de lo anchas que son. Tipo película del canal cuatro de los años 70s

De allí, ¡me fui a otros  sueños! ya que  dejé a la familia política del profesor F… apaciguada.

 

Telémaca.

 Nb.
La ilustración es de "DEGAS’ALTO". El original de los sueños de DEGAS’ALTO está escrito en francés.

miércoles, 21 de octubre de 2020

El mentiroso honesto

 


El 23 de agosto de 1989 el ingeniero y periodista mexicano  Mario Méndez Acosta formó la Sociedad Mexicana para la Investigación Escéptica (SOMIE). Fue una de las organizaciones correspondientes del CSICOP,[1] que se había formado en los Estados Unidos a finales de la década de los setentas. 

La SOMIE publicaba un boletín que se llamaba El investigador escéptico,  versión local del Skeptical Inquierer de CSICOP, del que aparecieron 12 números. La sociedad[2] organizó  un congreso internacional y tuvo una veintena de participaciones en conferencias diversas y programas de televisión.[3]

Pero sin duda que una de las acciones más notables de las realizadas por la Sociedad fue traer a México a El Sorprendente Randi. La invitación la hicieron la SOMIE y el Club de Periodistas, grupo al que también pertenecía Mario Méndez. 

Como parte de las actividades de Randi en su visita a México, se organizó una conferencia en el Club de Periodistas.

Mario fue el presentador. Empezó comentando que Randi es un enamorado de México, coleccionista de artesanías, de máscaras… y un patrocinador de magos jóvenes mexicanos.

Mientras Mario hacía esta introducción del conferencista, llegó el presidente del Club; en ese entonces, Antonio Sainz de Miera.  Cuando el recién llegado se iba a sentar junto a Randi, éste le dijo algo a Mario que no alcanzamos a oír, pero que Mario tradujo: “Quiere Randi estar solo”.

Me llamó la atención el deseo de Randi, pero lo comprendí: se trata de un mentiroso honesto, como él mismo se ha descrito,  y no quiere que nadie vea de cerca cómo prepara sus honestas mentiras.

Mario siguió con la introducción, hablando del premio que Randi ofrece a quienes puedan demostrar poseer poderes paranormales. A continuación anunció el título de la conferencia: “En busca de la quimera”, en la que el mago de origen canadiense hablaría de algunas de sus experiencias relacionadas con los pretendidos síquicos.

“La quimera es lo maravilloso, lo mágico, lo extraordinario y que es finalmente lo que lo mueve a él, así como a otras muchas personas de las organizaciones escépticas y humanistas de todo el mundo, que van por el mundo investigando afirmaciones de lo más especial”, puntualizó Mario antes de dejarle el escenario, todo, a Randi.

Entonces, después de un saludo convencional y una aclaración por si ofendía,  el ilusionista empezó a hablar:

Cada día de mi vida alguien me llama, afirmando que es un síquico o que conoce a un síquico que puede cobrar mi dinero del premio. Esto pasa todos los días y todos los días aún tengo mi dinero.

Continuó la plática de Randi con su relato de su reciente regreso de Japón,  donde una jovencita de catorce años, con pretendidos poderes síquicos, había reclamado la recompensa… Antes de continuar, el conferenciante hace un paréntesis para platicar lo relativo al truco que hacía la joven.

Recordó Randi que años atrás en China vio a un grupo de niños hacer  un truco bastante interesante: Cada niño escribía un signo en un pedazo de papel y todos los papeles doblados se colocaban después en un plato. Luego cada niño tomaba uno y lo metía a su oreja. Los niños empezaban a jugar en el cuarto en el que pasaba todo y en algún momento declaraban haber percibido, por el oído,  lo que estaba escrito en el papel. Para demostrarlo, tomaban otro pedazo de papel y escribían lo que habían detectado. Cuando sacaban de su oreja, el mensaje era exactamente lo que habían anunciado. Se trataba de un truco de prestidigitación, explicó Randi y demostró, en vivo,  cómo hacerlo.

Nadie había controlado cuántos papeles doblados había en el plato, empezó explicando. Entonces cada niño en vez de tomar uno solo, toma dos. Uno lo coloca en la oreja y el otro lo escamotea. Mientras juega y  todos están atentos al papel en su oído, el niño abre el segundo papel, que nadie vigila, lee su contenido y entonces declara ya saber lo que está escrito en el que tiene en la oreja.

Para demostrarlo, siguió Randi,  aparenta sacar el papel arrugado de su oído, pero en realidad lo intercambia, usando  su habilidad de dedos, por el segundo papel, el que nunca estuvo en su oreja y cuyo contenido pudo ver sin que nadie lo vigilara. 

Todo esto, que es bastante simple como truco, es complejo de ejecutar sin ser descubierto, comentó Randi mientras ejecutaba él mismo la prestidigitación,  causando gran impacto entre quienes lo seguíamos.

Randi siguió narrando que él pidió a los niños que le dejaran a él escribir los signos en los papelitos, a lo que no se rehusaron. Pero cuando vieron que iba a usar papeles de diferentes colores, decidieron hacer la prueba al día siguiente. Un día después, los niños regresaron dispuestos a hacer la prueba. Randi, además de cambiar el color del papel, cambió el tipo del papel. Los niños se negaron a hacer la prueba.

La conclusión de Randi es que “tenemos que estar un paso delante de los síquicos cada vez que hacemos estos ensayos. A veces hasta dos pasos”.

“La niña japonesa con la que íbamos a hacer la prueba, tenía algo bastante similar”, contó al auditorio. Colocaban en su mano un pedazo de papel con un carácter escrito y ella la cerraba. Luego ponían una bolsa de trapo alrededor de la mano y del brazo. La bolsa se cerraba y se ataba alrededor de la manga con un cordelito.  La chica, con la mano dentro de la bolsa, quedaba en un cuarto iluminado únicamente por una luz roja, como las que se usaban en los cuartos oscuros para imprimir fotografías. La joven se sentaba con la mano apoyada sobre la mesa durante unos 45 minutos.  Después, ella escribía, en otra hojita de papel, lo que estaba en aquel pedacito de papel. Invariablemente atinaba.

Aunque lo que hacía la joven japonesa se parecía a lo que realizaban los niños chinos, la manera de llevar el truco a cabo era diferente. En el caso de la jovencita, Randi sospechó que al momento en que le colocaban la bolsa, ella manipulaba para evitar que el cordel apretase totalmente el brazo. Con la atadura floja lograba poner la manga de su camisa por encima de la bolsa y por ahí sacaba el papel, para leer su contenido.

Para desenmascararla, Randi puso en el papel un producto químico que era invisible bajo la luz roja, pero no bajo la luz blanca. Cuando esta se encendió, la niña tenía una línea roja en una de las manos y la otra mano estaba totalmente roja. Además, tenía una mancha roja en todo su vestido. Este fue el fin de la prueba.

“Esta es la clase de pruebas que yo hago en todo el mundo dijo al final Randi,  sin embargo, siempre llegan a mi parasicólogos, científicos que dicen: ¡Sí tenemos a alguien que tiene poderes síquicos!”

Hasta hoy, en que Randi tiene casi 90 años, esto le pasa todos los días y todos los días aún sigue teniendo su dinero.

 



[1] Sigla del Comittee for the Scientific Investigation of Claims of the Paranormal, "Comité para la investigación científica de las afirmaciones de lo paranormal", en inglés.

[2] Ahora también la Sociedad Mexicana de Divulgación de la Ciencia y la Técnica (Somedicyt), tiene una división de seudociencias.

[3] Para participar en esos programas de televisión se elaboró el video Noche de estrellas. Acerca del tema se habla en el artículo “Ingávidos y gentiles como pompas de jabón”, en el libro Derrotar a la ignorancia, del que está tomado este relato..