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miércoles, 21 de octubre de 2020

El mentiroso honesto

 


El 23 de agosto de 1989 el ingeniero y periodista mexicano  Mario Méndez Acosta formó la Sociedad Mexicana para la Investigación Escéptica (SOMIE). Fue una de las organizaciones correspondientes del CSICOP,[1] que se había formado en los Estados Unidos a finales de la década de los setentas. 

La SOMIE publicaba un boletín que se llamaba El investigador escéptico,  versión local del Skeptical Inquierer de CSICOP, del que aparecieron 12 números. La sociedad[2] organizó  un congreso internacional y tuvo una veintena de participaciones en conferencias diversas y programas de televisión.[3]

Pero sin duda que una de las acciones más notables de las realizadas por la Sociedad fue traer a México a El Sorprendente Randi. La invitación la hicieron la SOMIE y el Club de Periodistas, grupo al que también pertenecía Mario Méndez. 

Como parte de las actividades de Randi en su visita a México, se organizó una conferencia en el Club de Periodistas.

Mario fue el presentador. Empezó comentando que Randi es un enamorado de México, coleccionista de artesanías, de máscaras… y un patrocinador de magos jóvenes mexicanos.

Mientras Mario hacía esta introducción del conferencista, llegó el presidente del Club; en ese entonces, Antonio Sainz de Miera.  Cuando el recién llegado se iba a sentar junto a Randi, éste le dijo algo a Mario que no alcanzamos a oír, pero que Mario tradujo: “Quiere Randi estar solo”.

Me llamó la atención el deseo de Randi, pero lo comprendí: se trata de un mentiroso honesto, como él mismo se ha descrito,  y no quiere que nadie vea de cerca cómo prepara sus honestas mentiras.

Mario siguió con la introducción, hablando del premio que Randi ofrece a quienes puedan demostrar poseer poderes paranormales. A continuación anunció el título de la conferencia: “En busca de la quimera”, en la que el mago de origen canadiense hablaría de algunas de sus experiencias relacionadas con los pretendidos síquicos.

“La quimera es lo maravilloso, lo mágico, lo extraordinario y que es finalmente lo que lo mueve a él, así como a otras muchas personas de las organizaciones escépticas y humanistas de todo el mundo, que van por el mundo investigando afirmaciones de lo más especial”, puntualizó Mario antes de dejarle el escenario, todo, a Randi.

Entonces, después de un saludo convencional y una aclaración por si ofendía,  el ilusionista empezó a hablar:

Cada día de mi vida alguien me llama, afirmando que es un síquico o que conoce a un síquico que puede cobrar mi dinero del premio. Esto pasa todos los días y todos los días aún tengo mi dinero.

Continuó la plática de Randi con su relato de su reciente regreso de Japón,  donde una jovencita de catorce años, con pretendidos poderes síquicos, había reclamado la recompensa… Antes de continuar, el conferenciante hace un paréntesis para platicar lo relativo al truco que hacía la joven.

Recordó Randi que años atrás en China vio a un grupo de niños hacer  un truco bastante interesante: Cada niño escribía un signo en un pedazo de papel y todos los papeles doblados se colocaban después en un plato. Luego cada niño tomaba uno y lo metía a su oreja. Los niños empezaban a jugar en el cuarto en el que pasaba todo y en algún momento declaraban haber percibido, por el oído,  lo que estaba escrito en el papel. Para demostrarlo, tomaban otro pedazo de papel y escribían lo que habían detectado. Cuando sacaban de su oreja, el mensaje era exactamente lo que habían anunciado. Se trataba de un truco de prestidigitación, explicó Randi y demostró, en vivo,  cómo hacerlo.

Nadie había controlado cuántos papeles doblados había en el plato, empezó explicando. Entonces cada niño en vez de tomar uno solo, toma dos. Uno lo coloca en la oreja y el otro lo escamotea. Mientras juega y  todos están atentos al papel en su oído, el niño abre el segundo papel, que nadie vigila, lee su contenido y entonces declara ya saber lo que está escrito en el que tiene en la oreja.

Para demostrarlo, siguió Randi,  aparenta sacar el papel arrugado de su oído, pero en realidad lo intercambia, usando  su habilidad de dedos, por el segundo papel, el que nunca estuvo en su oreja y cuyo contenido pudo ver sin que nadie lo vigilara. 

Todo esto, que es bastante simple como truco, es complejo de ejecutar sin ser descubierto, comentó Randi mientras ejecutaba él mismo la prestidigitación,  causando gran impacto entre quienes lo seguíamos.

Randi siguió narrando que él pidió a los niños que le dejaran a él escribir los signos en los papelitos, a lo que no se rehusaron. Pero cuando vieron que iba a usar papeles de diferentes colores, decidieron hacer la prueba al día siguiente. Un día después, los niños regresaron dispuestos a hacer la prueba. Randi, además de cambiar el color del papel, cambió el tipo del papel. Los niños se negaron a hacer la prueba.

La conclusión de Randi es que “tenemos que estar un paso delante de los síquicos cada vez que hacemos estos ensayos. A veces hasta dos pasos”.

“La niña japonesa con la que íbamos a hacer la prueba, tenía algo bastante similar”, contó al auditorio. Colocaban en su mano un pedazo de papel con un carácter escrito y ella la cerraba. Luego ponían una bolsa de trapo alrededor de la mano y del brazo. La bolsa se cerraba y se ataba alrededor de la manga con un cordelito.  La chica, con la mano dentro de la bolsa, quedaba en un cuarto iluminado únicamente por una luz roja, como las que se usaban en los cuartos oscuros para imprimir fotografías. La joven se sentaba con la mano apoyada sobre la mesa durante unos 45 minutos.  Después, ella escribía, en otra hojita de papel, lo que estaba en aquel pedacito de papel. Invariablemente atinaba.

Aunque lo que hacía la joven japonesa se parecía a lo que realizaban los niños chinos, la manera de llevar el truco a cabo era diferente. En el caso de la jovencita, Randi sospechó que al momento en que le colocaban la bolsa, ella manipulaba para evitar que el cordel apretase totalmente el brazo. Con la atadura floja lograba poner la manga de su camisa por encima de la bolsa y por ahí sacaba el papel, para leer su contenido.

Para desenmascararla, Randi puso en el papel un producto químico que era invisible bajo la luz roja, pero no bajo la luz blanca. Cuando esta se encendió, la niña tenía una línea roja en una de las manos y la otra mano estaba totalmente roja. Además, tenía una mancha roja en todo su vestido. Este fue el fin de la prueba.

“Esta es la clase de pruebas que yo hago en todo el mundo dijo al final Randi,  sin embargo, siempre llegan a mi parasicólogos, científicos que dicen: ¡Sí tenemos a alguien que tiene poderes síquicos!”

Hasta hoy, en que Randi tiene casi 90 años, esto le pasa todos los días y todos los días aún sigue teniendo su dinero.

 



[1] Sigla del Comittee for the Scientific Investigation of Claims of the Paranormal, "Comité para la investigación científica de las afirmaciones de lo paranormal", en inglés.

[2] Ahora también la Sociedad Mexicana de Divulgación de la Ciencia y la Técnica (Somedicyt), tiene una división de seudociencias.

[3] Para participar en esos programas de televisión se elaboró el video Noche de estrellas. Acerca del tema se habla en el artículo “Ingávidos y gentiles como pompas de jabón”, en el libro Derrotar a la ignorancia, del que está tomado este relato..

sábado, 17 de octubre de 2020

Sueños de pandemia. Segunda parte.

Ita Ici, nos comparte en esta segunda parte de sueños de pandemia, algo que escribe como una reflexión general sobre los sueños, pero que puede ser también un consejo a los lectores  o un sueño, en una segunda acepción de esa palabra. 

Gota de vino nos platica un sueño que termina en misterio y en ganas de repetirlo.

Mujer real nos dibuja perfectamente ese ambiente de los sueños en los que necesitamos resolver varios problemas simultáneamente, mientras nuestro cerebro se mantiene tercamente fijo en una idea.  

Como en la entrada anterior  los relatos se ordenaron en el orden alfabético de los seudónimos de las autoras.

La ilustración de esta entrada; una cometa, que como un sueño, sobrevuela un mundo real y ajeno, es obra de Mujer real. Disfruten la lectura:

 

Los sueños.

Siempre me he preguntado si los sueños son un reflejo de nuestros deseos, de nuestros pendientes, preocupaciones, recuerdos, nuestros temores, o…  ¿una mezcla de todos ellos? 

Tampoco he podido descifrar qué es, o en qué momento surge la selección de estos sentires. 

La ventaja de los sueños es que en ellos todo se permite, hasta las cosas más absurdas, desde volar, encontrarse con extraterrestres, pertenecer a la monarquía, y todo lo que se nos pueda ocurrir. Lo que es una verdadera  lástima es que no podamos escoger qué soñar. 

Hay sueños febriles, resultado como su nombre lo dice, de la fiebre que ocasionan las enfermedades; como en estos tiempos de pandemia, seguramente muchos los habrán padecido.  Me atrevo a decir que incluso algunas personas que no se han contagiado del covid 19 los tienen.  Es, al fin y al cabo, un desajuste emocional, común hoy en día, por el confinamiento físico y social.

Existen también los sueños agradables. De entre ellos sin duda, mi  favorito es cuando puedo volver a convivir con seres que ya no están en este plano, me encanta verlos sanos, poder entablar nuevamente amenas conversaciones con ellos, sentir y prodigarles amor.

Hay también otro concepto cuando se habla de los sueños. El término “es mi sueño” sugiere  un suceso que no ha pasado y que anhelamos que llegue, y puede ser algo tan sensible como convertirse en madre, hasta algo tan práctico y económico, como ser millonario.

Y es justo aquí donde pueden coincidir ambos conceptos:  si tu sueño  es tener una casa grande con jardines y alberca, simple:  olvídate de la pandemia, pon la cabeza en la almohada y  ¡¡suéñalo !!

 

Ita Ici

 

Dos copas.

Abrir los ojos y darme cuenta de que un hermoso paisaje esperaba para ser disfrutado, me hizo sentir viva y curiosa.

Justo en el pico de una montaña, me asomé por el balcón de mi habitación y con los ojos cerrados aún, noté el aroma salado de la brisa, y me percaté del peculiar sonido del golpeteo del agua en las rocas.

Al abrir los ojos, el impresionante brillo del sol en el horizonte y la calidez del viento, me llenaron de emoción!!! Me encontraba sola en un lugar mágico rodeado de mar, esa sensación de nerviosismo y a la vez paz, que pocas veces puedes sentir, fue profunda.

Al darme la vuelta para ir hacia la puerta y bajar al mar, me di cuenta, que había una mesa con una libreta y al lado una pluma, lista para anotar algún mensaje, sin embargo, lo que más me sorprendió fue, ver que no todo el tiempo había estado sola, en el buró al lado de mi cama, había dos copas de cristal con un poco de vino, ¡wow que sensación!

El evento más inesperado, al momento que me acerqué para tocar las copas, me senté en la orilla de la cama y…desperté en mi verdadera habitación, con ganas de saber con quién compartí esa experiencia.

 

 Gota de vino

 

Tiene que descansar.

-     Hola cariño, tengo una llamada perdida tuya.  No he podido devolvértela hasta ahora. He estado muy liado.  Están siendo días muy complicados. Espera…

-     Podéis salir ya todos, no es necesario continuar con la reanimación.  No podemos hacer nada más.  Llevad el desfibrilador a la sala y las bombonas de oxígeno a cargar.  Que cada uno se ocupe del equipamiento que ha traído y lo deje en su sitio.  El personal de la funeraria tiene que esperar fuera.  Aquí ya estamos demasiada gente y hay mucho alboroto. La paciente de la cama de al lado tiene que descansar.

-     Sí, perdona. ¿Me llamabas por la lista de la compra? Un momento…

-     Ana, Luis, ¿podéis apagar las luces? Dejad sólo la lamparilla de la mesilla para que la luz sea más tenue.  Hay demasiada luz y la paciente de la cama de al lado tiene que descansar.

-     Ya. Sí, revísala por si me he dejado algo. He añadido unas cervezas para cuando veamos la peli mañana.  Coge también unas pilas para el mando. Perdona…

-     Las auxiliares, por favor, desinfectad toda la estancia y ventilad bien.  Los productos desprenden un olor muy fuerte.  Por favor,  llevad a los familiares a la salita del fondo.  Se oyen mucho sus lamentos y asustan a los enfermos.  La paciente de la cama de al lado está grave y tiene que descansar.

-     Sí, pilas para el mando y rotuladores rojos para el trabajo de sociales de Jaime. ¿Te acordarás?

-     Camilleros, es necesario bajar a la paciente a rayos. Por favor, llevad la camilla con cuidado. Colocaos los dos delante para moverla mejor y abrigadla bien.  Los pasillos del sótano son muy fríos.  La paciente está muy enferma.

-     Ah! Oye, que también hay que pasar la ITV.  Si puedes pedir cita.. Un momento. Disculpa otra vez…

-     La cisterna está estropeada, no deja de caer agua y hace mucho ruido. Por favor, avisad a mantenimiento. La paciente de la cama de al lado no podrá descansar con tanto ruido.

-     Ya estoy contigo.  De los deberes de Jaime ya me encargo yo.  Tú tranquila. Espera un momento, perdona.

-     Luis, las ruedas de la camilla chirrían demasiado.  Cuando vengan los de mantenimiento, que las engrasen también.  Cada vez que la movemos hacen un ruido espantoso.  La paciente tiene que descansar.

-     Vale, que te dejo que tengo aquí mucho lío.  No sé a qué hora saldré hoy.  Igual tengo que doblar, como la semana pasada.  No damos abasto.

-     ¡Rosalía!, ¡Rosalía!  ¿Me oye? ¡Rápido, el equipo de reanimación! Se va…

 

Mujer real.