Uso estos versos de León Felipe para comentar sobre el correo que me manda una amiga, aludiendo a lo que llama una actitud de Quijote. Me escribe: “Los molinos de viento, a pesar de ser obsoletos, están muy arraigados. Va a costar removerles los cimientos, pero que se puede, si se puede Hoy vi la manta que anuncia 'des-armando la mafia'. Se me hace demasiado franca. Creo que políticamente tendría que ser mas sutil, pero por otro lado
puede que mueva a mucha gente a pensar de otra forma a animarse, a liberarse
de ese peso que los usos y costumbres que sigue arrastrando la facultad.”
Le contesto ahora a través de este blog: Gracias por tus letras enviadas a mi correo personal. Gracias por la alusión al Quijote, ¿será por mi barba canosa? porque no creo que de el peso. Gracias también por decir que mi manta es franca y sobretodo, gracias por creer que es posible removerles los cimientos a éstos molinos de viento tan arraigados en la facultad.
Varias otras personas también me están escribiendo directamente a mi correo sus opiniones, otras me hacen comentarios y me dan muestras de solidaridad en conversaciones efímeras al encontrarnos en un cambio de clase. Ojala algunos de ellos se animaran a hacerlo por escrito en este Blog y de esa manera hacer no solo de mi conocimiento las cosas, sino también de todos cuantos lo leen, porque Don Quijote no debe cabalgar solo. Cerremos el texto con otro fragmento del mismo poema:
¡Cuántas veces, Don Quijote, por esa misma llanura,
en horas de desaliento así te miro pasar!
¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar;
hazme un sitio en tu montura,
caballero derrotado, hazme un sitio en tu montura
que yo también voy cargado
de amargura
y no puedo batallar!