Escribo sobre Cortazar porque intuyo en Beatriz un gusto por este autor y lo uso para reflexionar sobre el dialogo “entre cuates” que podría desarrollarse en una cafetería.
Primera reflexión: ¿Cuántas personas más en la cafetería escuchan la conversación? ¿Cuántos lectores hay por cada texto que se escribe? Creo que vale la pena mantener la conversación para que otros la escuchen, aunque no participen en ella, al menos al principio. Si es interesante casi seguro, los oyentes querrán participar, si no es interesante el problema es nuestro.
Segunda reflexión: ¿Qué se pierde si los anónimos dejan de participar? No digo que las intervenciones de los anónimos no hayan aportado nada en el pasado, han sido valiosas, nos han ayudado a construir, pero si se solicita que las personas firmen sus comentarios y las personas no quieren hacerlo, lo que ganamos es saber dónde estamos parados. En vez de volver a los comentarios anónimos debemos hacer una campaña de invitación a escribir a más personas, empezando por repetir aquí que queremos que los anónimos sigan participando, pero con sus nombres o seudónimos.
Tercera reflexión: Si fracasamos en esa invitación, debemos rendirnos a la evidencia de que las personas están contentas con el estado que guardan las cosas y que los abusos del poder les parecen más soportables que la intranquilidad de combatirlos.
Cuarta reflexión. Las comunidades pasan por distintas etapas de desarrollo, sin duda al principio hay una gran efervecencia, un poco caótica, con mucho entusiasmo. Ahí es donde vino la gran participación anónima. Después inevitablemente tiene que venir una etapa de consolidación y de organización. ¿Estamos seguros que los anónimos seguirián escribiendo? No será que esa forma de participación se estaba agotando y que aun permitiéndola, no tenfriamos sus aportaciones. De hecho, como he señalado cualquier persona que se quiera mantener anónimo puede sacar una cuenta de gmail y participar.
Quinta reflexión. Aprecio los escritos anónimos que han aportado a la marcha del blog, pero quizás hay un sector de la comunidad que no ve en el blog un instrumento para la descalificación, el chisme, la intriga y la venganza, tienen razón: no lo es. Prefiero que no haya escritos anónimos dudosos y que quienes lean el Blog fuera de la Facultad, es decir en Ciudad Universitaria y la administración central, tengan una idea de nosotros como un grupo capaz de argumentar y no de denostar, finalmente también para ellos escribimos.
Sexta reflexión: Estoy seguro que en la medida en que escribamos cosas inteligentes, interesantes y comprometidas, más personas se unirán a esta conversación de “cuates en cafetería”. Démosle más publicidad, invitemos a más gente a leer el blog.
Séptima reflexión: Con calma y nos amanecemos. Verás Beatriz, que la conversación se hará nutrida, inteligente, reivindicadora, generosa y triunfal. Y nosotros con ella.