El lunes 8 de Noviembre participé en el ciclo de conferencias sobre física, en campo 1. El propósito principal de la charla era hablar del uso de la sala de cómputo de campo 1 como laboratorio para la asignatura de física y la comunicación intermediada con los estudiantes a través de un software para la gestión del aprendizaje.  Ya en éste blog he dado la referencia del texto que relata esa experiencia tal y como se presentó en el foro de la enseñanza de las ciencias básicas que organizó la facultad de Ingeniería. Así que para no repetirme agregué a la plática los elementos que tienen que ver no solo con el uso de las TIC (por cierto una de las preguntas que me hicieron fue: ¿Qué son las TIC? Para quienes tengan la misma duda, lo aclaro son las Tecnologías de la Información y la Comunicación, es decir el conjunto de disciplinasque subyacen la consteucción de la sociedad de la información y el conocimiento), sino también con la necesidad de modernizar la enseñanza. Mucho de lo que dije a ese respecto es la presentación que hice el 4 de Octubre en el foro del Colegio Académico Multidisciplinario de la FESC. Este es el texto:  
El propósito de la enseñanza es formar los mejores profesionales posibles, por lo tanto no puede ser una actividad que se realice de manera rutinaria y acrítica. Los profesores debemos cuestionarnos continuamente sobre nuestras actividades y la manera como las desarrollamos, pues nuestras acciones afectan el desempeño de los futuros profesionales. La reflexión sobre esos puntos y la intensión de  mejorar continuamente el proceso de enseñanza y aprendizaje son la línea que guía el desarrollo del presente escrito.
Empecemos  por responder  a la pregunta de  ¿Por  qué nuevas carreras? La respuesta más evidente es por que hay  nuevas áreas de conocimiento y hay que formar profesionales en  ellas (Ojo muchas de éstas nuevas áreas emergentes son de un  perfil multi e interdisciplinario por lo que son necesarias nuevas  estrategias de enseñanza y aprendizaje).   
Aunque  este  surgimiento de nuevas áreas de conocimiento es la razón más  evidente para la creación de nuevas carreras, no es la única;   también es necesario crear nuevas carreras por la evolución de las  profesiones mismas, hoy una secretaría no tiene que saber  taquigrafía, ni picar esténsiles y casi nunca que enviar un fax;  en cambio si debe conocer los principales programas de cómputo para  oficina. Lo mismo puede decirse de profesiones técnicas como los  análisis clínicos de laboartorio donde son rquipos automatizados y  programables los que van a realizar los análisis y el operador más  que realizar, él, los análisis debe conocer perfectamente los  principios sobre los que funciona el aparato y su manejo. De hecho  todas la áreas de conocimiento son “nuevas”, pues se están  renovando de la mano de las TIC. Algunos ejemplos:  la simulación  en computadora de nuevos fármacos, la visualización en 3-D del  flujo de fluidos como hemos realizado para la tesis de José Luis  Nandez en  la Sala Ixtli de la DGSCA. En ese caso lo hicimos con  agua, pero podría ser  un fluido orgánico como la circulación de  la sangre.
También  las áreas administrativas se están reconfigurando por las TIC y  cada vez más se utilizan programas de cómputo como los Customer  Relationship Management (CRM) y las redes sociales como herramientas  para el marketing.    
Incluso  el desarrollo profesional de áreas como las matemáticas y la  demostración de teoremas también se han visto  revolucionadas por  las TIC. Fue con auxilio de una computadora que finalmente pudo  demostrarse el teorema de los cuatro colores. Y por si faltara algo  más, también la enseñanza ha cambiado gracias a las redes de  computadoras, desarrollándose un área completamente nueva, la de  la  educación a distancia.   
En  suma, podemos decir que es necesario crear nuevas carreras por que  las actuales dejan de funcionar.  Dejan de funcionar para los  empresarios que contratan a egresados sin el perfil requerido y  tienen que capacitarlos en los sitios de trabajo. Dejan de funcionar  para los estudiantes que buscan capacitarse para el trabajo y no  consiguen empleo o lo encuentran con salarios muy bajos pues son  plazas que corresponde a perfiles no especializados. Dejan de  fucionar para la sociedad que, al carecer de trabajadores  especializados, basa su economía en la producción de materias  primas y no puede transitar hacía una economía basada en el  conocimiento, y finalmente dejan de funcionar también para la  propia universidad que deja de cumplir su función.
Sin embargo el principal cambio no esta en los contenidos, estos varían tan rápido que es “imposible” estar adaptando o creando nuevas carreras para responder a su evolución. Es preferible un uso responsable de la libertad de cátedra, para que cada profesor vaya incorporando en sus exposiciones en clase los últimos avances de los temas que enseña. El cambios principal, en realidad, están en la manera de trabajar que implica por un lado el trabajo colaborativo basado en la internacionalización de la educación superior y por otro el desplazamiento de lo operativo (lo que hacen las máquinas) a lo intelectual (lo que hacen las personas).
Cierto que  la frontera de lo operativo con lo intelectual es difusa, como todas, pero en la resolución de un problema real (Desarrollar un nuevo fármaco, construir un satélite, crear una nueva prótesis) cada   una de las personas que participan realiza un tipo de actividad específica a un perfil. Hay  técnicos, ingenieros e  intelectuales, desarrollando cada uno su función.  
Todos esos perfiles profesionales los desarrollamos hoy en día en la Universidad Nacional, no es el caso de lo que ocurre en otras sociedades, por ejemplo la francesa. Donde los técnicos se forman en los Institutos Universitarios Tecnológicos, los ingenieros y administradores en las Grandes Escuelas y los intelectuales como científicos, filósofos, literatos en las universidades. Las tres instituciones son diferentes y tienen propósitos educativos distintos. Aquí la selección la hace el mercado de trabajo a partir de la misma formación en el aula.  
Además  de la formación de los tres perfiles profesionales mencionados, la  universidad tiene otro rol más, quizás el más importante  socialmente: el de certificadora de conocimientos. Probablemente  muchas de las personas que se inscriben a ella no lo harían “solo  por aprender” si no hubier al afinal de los estudios un documento  certificando su capacidad para el desempeño de la profesión que se  estudió. Sin embargo también ese rubro esta cambiando, existen hoy  organismos cerftificadores como “Qualifications & Curriculum  Authority” que ha dado titulos educativos oficiales a estudiantes  de la Universidad Mc Donald (Universidad de la hamburguesa), de la  Universidad de Network Rail y de Aerolíneas Flybe, todas  Universidades corporativas, es decir universidades creadas por  empresas para capacitar y formar empleados con los perfiles  profesionales requeridos por ellas.   
Como  resultado de lo anterior se ejerce una gran presión social sobre la  Universidad Tradicional para hacerla más eficiente, al tiempo que  se realiza un avance de las Universidades Privadas y Corporativas en  el mundo de la educación superior.   
La  Universidad pública se encuentra entonces en una encrucijada entre  su rol social, que le exige responder a las demandas de un mercado  laboral, conducido por la fuerzas del mercado y su razón de ser que  la obliga a formar a los individuos de una manera integral. Esas son  las razones de fondo que subyacen en la necesidad de la universidad  para redefinir sus carreras y planes de estudio. Obviamente esta  redefinición requiere ser acompañada de una serie de otras  actividades como la capacitación de los profesores, la  incorporación de las TIC a los planes de estudio de una manera  estructural y la cosntrucción y mantenimiento de una  infraestructura que soporte los nuevos odelos pedagógicos que  derivan de éstos cambios.   
Si  bien son necesarias las nuevas carreras, su puesta en marcha no debe  hacerse con criterios políticos, que granjeen a aquien las realiza  la simpatía de sus jefes. Lograr que la universidad mantenga su  razón de ser, al mismo tiempo que evoluciona para ser eficiente. es  un problema de administración y de ética, no de política.