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jueves, 8 de julio de 2010

Lo Cotidiano. Respuesta a FantasmE.


Un estudiante de físico matemáticas del IPN ha dejado un comentario en la entrada del jueves anterior. Habla de Cortázar, del método experimental en ciencia y pregunta ¿qué es lo cotidiano? Su participación motivó esta entrada-respuesta: 

Empecemos por Cortazar, siempre es una provocación irrechazable. Me gusta Cortázar y el cuento que citas es de los que me gustan más de los de una serie de relatos con la misma idea de dos universos separados espacio-temporalemente que se mezclan. La misma idea, de realidades paralelas que conviven en el mismo relato, la maneja en otros cuentos como el de Lejana, donde una muchacha siente lo que le pasa a ella misma caminando en otra ciudad, o el del hombre que se sienta a leer una novela donde se narra la manera en que va a ser asesinado. También en Axolotl se entrecruzan los mundos del observador y el observado. De todos esos textos el que más me gusta es el de las Armas Secretas, por ser una historia de amor que se detiene en los detalles del alisado de la colcha y en reflexionar sobre lo cotidiano...y lo que no lo es. No es un relato de ciencia ficción porque a Cortazar no le interesó escribirlo así, simplemente platica los hechos sin buscarles una explicación; pero si te pones a buscar explicaciones puedes desembocar en una novela del género como Los Propios Dioses, de Isaac Asimov, donde dos parauniversos se conectan. Ese libro es mi novela favorita de Asimov.
Antes de ir al tema de lo cotidiano un comentario literario más: Borges tiene un cuento en el que alguien escribe el Quijote al pie de la letra nuevamente. Es esa idea Borgesiana de que en un tiempo infinito las cosas terminarán por volver a pasar. Pierre Menard, como un actor que asume un papel, se convierte en Cervates y reescribe línea línea el Quijote. Borges pretende que dos párrafos idénticos son diferentes por haber sido escritos por autores diferentes en momentos diferentes.
Vamos ahora sí a lo cotidiano, es decir a lo inexistente si es que pensamos como Heráclito que ningún hombre entra dos veces en el mismo río. Lo cotidiano es, para mí, el resultado de la capacidad humana de encontrar patrones, de encontrar semejanzas en lo disímbolo. Un objeto cae al piso cuando lo soltamos, repetimos la experiencia y vuelve a caer al piso. Sin necesidad de soltarlo estamos seguros de que si lo hacemos caera al piso. Que un objeto caíga al piso al soltarlo se ha vuelto algo cotidiano. Leemos la palabra con nuestro nombre y la reconocemos aun cuando alguna vez pueda faltar una letra, “Se equivocaron” pensamos. Asumiendo que esas letras que forman nuestro nombre deben seguir un patrón. La escritura de nuestro nombre se ha vuelto algo cotidiano. Esa tendencia a completar patrones nos ayuda a leer, cuando leemos vamos siempre anticipando la palabra que sigue hasta que de repente el autor se va por la libre y regresamos a releer.
La misma tendencia a completar patrones y a volver cotidianos los hechos esta en el corazón del método científico, tenemos fe (no hay otra palabra, no podemos hablar de certeza, conocimiento ni nada más preciso que la fe) en que el mundo es lógico, que sigue patrones, aunque sean caóticos y así construimos los modelos. Cuando un nuevo hecho parece contradecir el modelo anterior construimos uno más complejo que contiene al anterior pero que es también racional. En la ciencia lo inesperado, lo improbale, lo anteriormente imposible es racional y encuentra su lugar en nuestra visión del universo.
Lo cotidiano es lo que vuelve a ocurrir (perder con Argentina en los mundiales se va volviendo algo cotidiano). Si ocurrieran cosas siempre impredictibles, paradoja: lo impredictible sería algo cotidiano. Los científicos han encontrado la maera de ponerle números a estas ideas y para eso inventaron el cálculo de probabilidades. No hay fenómenos imposibles, los hay de muy baja probabilidad, no hay fenómenos seguros, los hay de muy alta probabilidad. En el libro de Dime Abuelita Por qué... dedico algunos artículos al tema, en particular el que se llama Pobre Laplace que habla de un hombre que es fusilado y sobrevive sin ningun rasguño. Ya no hay certeza de nada...