Desde
principios de abril empecé a escribir, bajo el título de "Literatura de
encierro", una serie de minirrelatos, cuyo tema principal era la pandemia
de Covid-19 y las condiciones de vida en que la sobrellevábamos.
Al
iniciar la serie tenía un propósito difuso: entretenerme escribiendo
diario y, si se podía, llegar a 110 textos.
La
explicación de esa cifra “mágica” es que ese es el número de relatos breves que
escribí en el libro de El último poema de FerMart…
Poco a
poco los días iban pasando y en cada atardecer lograba escribir algún texto que
dibujara o ironizara la situación que íbamos viviendo. Cuando llegué a
treinta historias, pensé que con un poco de suerte alcanzaría las cincuenta.
Cuando
llegué esa cifra hice, con apoyo de cinco amigos, una revisión de los textos
que más les gustaron y los que menos les gustaron. Ese ejercicio lo
publiqué en este mismo blog en dos partes: los
cinco que más gustaron y
los cinco que menos gustaron.
En ese
momento pensé que era muy probable que pudiera llegar a los cien relatos. Algo
que por cierto, dudé al pasar por los ochenta. Pero al fin, alcancé la cifra
mágica.
Es momento
de repetir el ejercicio de revisión de los relatos de esta segunda mitad.
Le he
pedido nuevamente a un grupo de amigos lectores que me hicieran el favor de
juzgar los textos, divididos en bloques de diez y que seleccionaran, para cada
uno de ellos, el par de relatos que les gustaron más y menos, respectivamente.
Conté con
el apoyo de dos hombres y tres mujeres.
Los
perfiles profesionales de los lectores variaron con respecto a los de la vez
anterior. En esta ocasión sólo uno de los cinco lectores era autor de relatos
breves, un filósofo.
Los otros
eran una secretaria bilingüe, una sommelier, un gerente de desarrollo de
negocios y una científica.
Por esa
razón la opinión, de me gusta o no me gusta, se refiere a veces más a un
sentimiento de identificación con el tema, que a un análisis literario.
Aunque
debo decir que precisamente el lector que es también autor de textos breves
especificó, en cada caso, los motivos literarios de sus juicios. Veamos
los resultados para los más gustados:
Decena 51-60
En esta
y alguna otra de las decenas fue complejo escoger el relato que gustaba
más y el que gustaba menos. La razón es que las elecciones de cada lector
fueron diferentes. Lo que hice para escoger alguno fue ver cuál de los
mencionados como favorito por un lector, era también citado como un segunda
opción, por otros. Ese fue el caso de este relato.
Dialéctica de lo concreto.
-No puedo
atender tu videollamada, estoy comiendo, se disculpó ella.
-Le haces
más caso a la comida que a mí, trató de chantajearla él.
-La
comida es real, respondió ella, tu eres virtual.
Las
razones de los lectores:
Quien lo
seleccionó como el que más le gustó dijo:
"Por
lo claro y necesario que es poner atención a la realidad y atender lo
verdaderamente importante, como por ejemplo disfrutar nuestros alimentos y
dejar de saturarnos con actividades incluso con quienes convivimos normalmente".
Otros dos
lectores lo señalaron como una de sus segundas opciones.
Merece
mención la acuciosa evaluación del filósofo quien analizó las siguientes
características de los diez relatos: a) Necesidad de ese título, en particular,
b) Correspondencia del desarrollo con el título, c) Ritmo del relato, d)
Verosimilitud, e) Captación inmediata de la metáfora, f) Adecuación de la
metáfora, a la situación de encierro y g) Existencia en el relato de partes
innecesarias.
Este
lector seleccionó Caballo de Troya, como el que mejor se ajustó a esos
parámetros, en segundo lugar mencionó Dialéctica de lo concreto.
Decena
61-70
En este
grupo, también, todas las opiniones del más gustado fueron diferentes, sin
embargo tres de ellas fueron mencionadas como segunda posibilidad, por algún
otro lector.
Los que
tuvieron esa doble mención fueron: Asintomático, Normal y Realmente.
Normal lo eliminé porque otro de los lectores lo puso como el que menos
le gustaba. A Realmente lo descarté porque una de las personas a las que
le gustaba, era yo y mi selección sólo era con fines de referencia. Así pues en
este grupo el elegido fue
Asintomático.
Lo malo
no es que seas asintomático en el amor, sino las víctimas que vas causando, sin
darte cuenta, me dijo después del beso.
Las
razones de los lectores.
"Por
la comparación entre el virus y el amor, aunque estoy convencida de que el amor
no puede ser asintomático: ¡lo sientes o no lo sientes!"
Las otras
menciones lo ponían como segunda alternativa, sin comentarios.
Decena
71-80
En este
caso si hubo un relato que fue mencionado por dos de los lectores, se trata de:
1001 noches.
Cada vez
que estaba por cumplirse el plazo del encierro, el pico tenía una nueva
historia que contar.
Las
razones de los lectores.
Antes de
hacer explícitas las razones quiero comentar que uno de los lectores que
seleccionó este relato fue precisamente quien también escribe relatos
breves. Me hizo saber que para analizar los textos de esta decena cambiaría
los criterios de evaluación.
Emplearé,
me dijo, uno a propósito de la intertextualidad, dado que seis de los
relatos, de este grupo, tienen esa característica. Le llamaré pertinencia
intertextual.
Me
comunicó que además emplearía otros dos criterios sobre la relevancia
intertextual; uno para calificar cuando la intertextualidad no se cierre
en el hecho que trata el relato sino que lleve a imaginar más situaciones y
otra que mide que no sea una intertextualidad indiferenciada.
Me confió
también que tomaría en cuenta la adecuación intertextual del título, la riqueza
lexical y un rasgo, citado por Calvino, la brevedad.
Ahora si
las razones. Uno de los lectores me dijo: "me cautiva la idea de las 1001
noches. Esa situación extraordinaria donde pareciera que 'alguien' desteje lo
que ha tejido o cuenta una historia más para alargar el tiempo. Porque de
verdad pareciera que estos días se alargan por la voluntad arbitraria de
alguien que está detrás de todo".
El otro
lector dijo: "por su pertinencia y relevancia intertextual. Angustia
existencial queda en 2do lugar por ser menos breve".
Decena
81-90
Aquí
también hubo coincidencia de dos lectores acerca de cual escrito les gustó más.
Se trata de:
Imaginación divino tesoro.
De niño,
montado en un palo de escoba, fue El Cid y venció a los moros. Durante el
encierro, en su bicicleta estática, fue Eddy Merckx y ganó el tour de Francia.
Las
razones de los lectores.
Aquí
nuevamente los criterios de evaluación que se daba uno de los lectores
volvieron a cambiar: “Ahora he leído todos los relatos dos veces. De rápido.
Así he determinado, por súbita comprensión y presta lectura, cuál me ha dejado
con el efecto de un cuento”. “Me refiero a la estructura en tres momentos
y el final inesperado aunque verosímil y necesario, así como al juego
metafórico, metonímico, alegórico, irónico… dicho en breve, analógico (…) Los
que cumplieron con esos criterios fueron Una probadita y ¡Ya C!”
Para
quienes seleccionaron Imaginación divino tesoro las razones fueron las
siguientes:
Uno de
ellos comentó: "me gusta por la imaginación del niño, aunque el Cid lo
conoces apenas en la secundaria".
El otro
de ellos: en este grupo encontré un 'ganador' y un 'perdedor' casi de
manera inmediata. Como ganador me quedo con Imaginación divino tesoro,
porque ¿qué es la vida si no es sueño? ¡Y los sueños, sueños son!
Decena
91-100
En este
grupo también hubo coincidencias. El relato Sin embargo fue seleccionado
por dos de los lectores.
Sin embargo.
...Amanecería
Las
razones de los lectores.
Uno de
ellos: "me gusta más, porque mientras haya vida, hay esperanza (…) lo
escribo en el sentido más amplio, es decir, a la mañana siguiente sin duda
habrá nueva luz..., la duda es si se me concederá verla. Me voy a la cama,
haciendo el plan por continuar y teniendo confianza en que, por mi conducta, el
Dueño de mi vida difícilmente me concederá la gracia de dejar este mundo
mientras duermo".
Otro de
ellos acotó: "influyó la brevedad, pero también el impacto, los
pensamientos y emociones que suscita".
No sé si
el lector/autor de relatos breves volvió a cambiar el criterio de evaluación en
esta parte. Probablemente sí porque lo que me escribió fue: “ahora mi respuesta
será como el 100”
Entendí
que quería decir brevísima y sin más, me disparó el que más le gustaba de la
decena y el que menos.
La voz en
off.
El autor
de los minirrelatos, es decir quien escribe, también escogió los
que más le gustaban y los que menos le gustaban. Trató de hacer ese ejercicio
como un lector más, aunque es imposible porque él conoce las motivaciones y
propósitos de cada texto, lo que no necesariamente corresponde con la
interpretación de cada lector, que es la que finalmente importa.
De
cualquier modo y solo para dejar constancia, enumero los que más me gustaron: De
fábula, Realmente, Grafitti, Afortunado y Sin Embargo.
Un
detalle que ilustra lo resbaladizo del terreno en que se mueve el escritor de
relatos breves es el comentario que me hizo uno de los lectores acerca del que
se llama ¡Ya C! Me señaló con toda cortesía que me faltaba la letra “e”
al final, pensando probablemente que mi intención era llamarlo Yace, cuando en
realidad intentaba yo hacer un juego de palabras con la expresión tan en boga:
¡Ya sé! O quizás interpretó que lo correcto es escribir el nombre de la letra
"c" con la e, al final, para que no se lea yak. En fin, quede la
anécdota como ejemplo de las múltiples posibilidades de interpretación, que una
sola palabra ofrecen al autor y los lectores.
Algo que
resultó muy interesante fue ver los diferentes criterios que pueden
usarse en la calificación de los relatos breves. Sobre este punto probablemente
habrá que regresar.
Finalmente
quiero agradecer a los amigos lectores que aún en tiempos de pandemia están muy
ocupados y que me han regalado un momento para leer y comentar los escritos.
Otro tanto para Gabriel Ramos Zepeda quien realizó la ilustración que acompaña
este texto. Se refiere al relato Afortunado
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