Gracias a esa suscripción suya tengo acceso, a veces, a los
suplementos que Reforma edita para sus suscriptores. Así por ejemplo tuve el álbum
de estampitas del mundial, el número especial sobre la temporada de las grandes
ligas y algunos números de “A correr”.
En esta ocasión la promoción del diario a sus suscriptores
fue una invitación a seguir el debate presidencial en las instalaciones del periódico
en la Colonia del Valle. Yo resulté ser un invitado de la invitada. La pregunta
de “¿Te gustaría acompañarme?” realmente me hizo muy feliz.
La cita era a las 18:45 del domingo. Nosotros, desde las
seis de la tarde, estábamos sentados en
las bancas de piedra de plaza del periódico, a un lado del Sport City, viendo a
las palomas jugar con el agua de la fuente central, con el paraguas a un lado
por si Tláloc se hacía presente.
Pasadas las seis y media atravesamos la calle y nos sumamos
a las personas que ya empezaban a entrar.
Adentro varios meseros nos ofrecieron de beber mientras esperábamos
que iniciara la entrada al patio central del edificio, acondicionado como
auditorio, para la ocasión. El inevitable encuentro con conocidos y el rápido
intercambio de puntos de vista sobre el proceso electoral, antecedieron a
nuestra instalación en la segunda de nueve filas de asientos.
Ya instalados en nuestros sitios, los meseros volvieron a
ofrecernos de beber y alguna botana. Habíamos comido tarde, así que únicamente
bebí algo de agua de Jamaica primero y después agua simple. Pude sin embargo
darme cuenta que servían un vino tinto argentino de uva Malbec llamado Pasión
4. El blanco me pareció, a la distancia, que era español, pero no pude
comprobarlo.
El lugar se fue llenando, los asistentes platicábamos entre
nosotros, se sentía emoción en el ambiente. Para hacer tiempo y por deformación
numérica me levanté a contar las illas para estimar el número de asistentes: 9
filas, separadas por un pasillo central. A cada lado del pasillo 18 sillas.
Total 18 X 18 lugares, o sea: 324.
El número era sólo una aproximación porque no todas las
filas tenían el mismo número de sillas y al menos la primera fila, no estaba
dividida en dos. Más tarde el anfitrión Valencia Salcedo nos daría el dato
exacto: éramos 358 personas las que estábamos ahí.
Valencia Salcedo nos presentó a su acompañante para moderar
el evento, Lorena Becerra. Entre ambos nos explicaron el funcionamiento de una “app”
para celular que nos permitiría ir evaluando el desempeño de los candidatos a
lo largo del debate. Nos explicaron lo
que íbamos a evaluar e hicimos un ejercicio con el mundial de futbol.
Mientras nos explicaban, el nerviosismo de los asistentes
aumentaba, pues se acercaban las 8 de la noche. Finalmente el momento llegó y
estábamos ahí oyendo al Bronco iniciar su participación.
El ejercicio de Reforma tuvo tres sedes: la Ciuadad de
México, Monterrey y Guadalajara. La edición del diario del día de hoy da los
pormenores de la encuesta y de otros análisis de sus editorialistas y del
posdebate conducido por Aristegui y René Delgado, así que me contentaré con
enlistar los momentos en los que la audiencia en la Ciudad de México, aplaudió
a los participantes:
El primer aplauso general, lo recibió el Bronco cuando cuestionó
a López Obrador por andar vendiendo algo que no era suyo, en referencia a su
pretendida oferta a Trump del avión presidencial.
Anaya recibió aplauso cuando cuestionó la congruencia de López
Obrador por tener en su equipo de campaña a gente, como Alfonso Romo, a la que
criticó en su libro del fobaproa.
También Meade recibió aplausos cuando le dijo a López
Obrador que más que usar la escoba lo que parece gustarle es usar el recogedor.
Anaya también recibió aplausos al cuestionar a Meade por la
protección dada a los Moreira.
Anaya volvió a recibir aplausos al cuestionar directamente a
Meade: ¿Tu jefe es honesto?
Más aplausos para Anaya cuando le preguntó a Meade de qué
tamaño le tocó la rebanada de pastel, al exhibirle una foto con Cesar Duarte
partiendo un pastel. Fue quizás el mayor aplauso de la noche.
Margarita Zavala se llevó también un aplauso cuando
cuestionada por la gestión de su marido respondió: “he aprendido mucho de
Felipe”.
El bronco volvió a llevarse aplausos cuando hablando de
matrimonios igualitarios dijo: Creo en el matrimonio, tanto que me he casado
tres veces.
Más aplausos para el bronco cuando le pasó a López Obrador
un documento para que donara el dinero
de la campaña a damnificados del sismo.
Otra vez Anaya se llevó ovaciones al hablar de las mujeres
como grupo vulnerable.
También el moderador Sergio Sarmiento se hizo aplaudir
cuando respondió a López Obrador: “dice que no tiene ambición de poder y es la
tercera vez que se presenta como candidato a la presidencia”.
Los únicos aplausos que recibió López Obrador fueron a su
silencio ante la pregunta del bronco a los otros candidatos de si aceptarían
segunda vuelta electoral. Todos asintieron menos AMLO y eso hizo estallar los
aplausos.
El último aplauso de la noche fue también para Anaya cuando
cuestionó el pasado Príista de AMLO y su falta de congruencia al tener como
colaborador cercano a Barttlet.
En resumen Anaya recibió aplausos en seis de sus intervenciones,
el bronco en tres, Meade y Zavala, una
vez cada uno y AMLO en ninguna.
Por supuesto que no trato de cambiar la intención de voto de
nadie, eso es prácticamente imposible. Solamente platico mi experiencia de
participar en el ejercicio del Reforma y en detallar como era el ambiente en la
sede del periódico. Los detalles del resultado de la encuesta a todos los asistentes
en las tres ciudades, los trae la edición del
Reforma del día de hoy https://www.reforma.com/
.
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