Hace
unos meses volví por primera vez a la FES Cuautitlán, desde mi
cambio de adscripción definitivo al campus de Ciudad Universitaria.
Lo hice para participar en un conversatorio sobre “La FES
Cuautitlán extramuros: Objetivos Alcanzados y retos por cumplir”
al que hicieron favor de invitarme Jorge Rico, Rogelio Sánchez
Harrastio, Jorge Bello y Andrea Trejo. Con todos ellos he tenido
siempre una buena relación.
La experiencia fue muy agradable.
Tuve ocasión, antes de iniciar el conversatorio, de platicar con el director, de bromear y de recordar viejos tiempos de anhelos
compartidos. En el grupo en que estábamos departiendo mencioné que
me sentía como en casa. La frase la retomó la conductora del
conversatorio y amablemente al presentarme dijo: “doctor está
usted en su casa.” A mi vez, cuando me tocó hacer uso de la
palabra, agradecí la cortesía y bromeé: cómo no me voy a sentir
como en casa, si literalmente he dormido en estas instalaciones. Con
el pretexto que nos daba el que el conversatorio se celebraba como
parte de los festejos del aniversario 40, hablé de noches de
guardia, cuidando las instalaciones durante la huelga de 1977.
También
alguien mencionó Ciencia, Conciencia y Café y el director comentó
que había personas que querían que el programa volviera a la
Facultad, yo soy una de ellas, agregó Alfredo. Quedamos en platicar
la manera de hacerlo.
Al
terminar el conversatorio nos fuimos a comer, Andrea, los dos Jorges,
Rogelio y yo a la finca. Entre los temas de charla de la comida
apareció -inevitable- la literatura y no sé bien como, hablé del
libro que acababa de presentar en la FIL de Guadalajara. Jorge Rico
me hizo la amable oferta de que lo presentara también en la FES C y
accedí con gusto.
La
presentación ocurrió el día de hoy. No quiero escribir otro texto
más sobre la presentación de Eros y Tánatos. Hay ya en el blog
textos de lo dicho por los participantes en otras presentaciones;
quiero más bien describir la atmósfera en la que se desarrolló el
evento . Una atmósfera que me hizo sentir realmente como en casa.
Presentaron el libro, Jorge Rico y Andrea Trejo. Hubo la
participación de Juan José López, un cuenta cuentos que platicó
la historia del viejo que visita las funerarias por las noches en
busca de personas con las cuales hablar. La historia que lleva el
título de ¿En qué puedo servirle?
Antes
de iniciar Paco Montiel, secretario general de la facultad, hizo uso
de la palabra habló del aniversario 41 de la escuela y de los
festejos. En mi turno también me referí a la historia de la escuela
y hablé de una persona para mí muy querida: la maestra María
Isabel Hernández, mejor conocida como Mabel y quien prologa el
libro. Al hablar de ella, inevitablemente hablé de Galeano
compatriota y amigo de ella (aunque ahora Mabel también es
mexicana). Ya antes Andrea había hablado de Galeano citando el poder
transgresor y provocador del libro. Características que
generosamente atribuyó también a Eros y Tánatos.
Después
de mi intervención Juan José hizo una gran narración de ¿En
qué puedo servirle? Mientras él hablaba, todo el auditorio
estaba atento. Cuando acabo hubo un largo aplauso. Creo que él fue
el culpable de que los libros que se habían llevado para vender no
alcanzaran.
Al final firmé algunos libros, me tomé fotos con muchas personas
que aprecio, con otras que no conocía y me sentí como en casa,
nuevamente.
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