Este es el título
del tercero de los diez relatos que integran el libro de cuentos
Amistad de Juventud de la ganadora del premio Nobel de literatura
2013. En estás vacaciones he tenido la calma suficiente para leerla
y comentarla. Les comparto mis apreciaciones sobre esa historia en
particular. La
trama, resumida, es la siguiente:
Una familia, llega da
mediados del siglo XIX, de Kingston, a las “tierras del oeste de
Canada.” Dos, de los tres, hermanos mueren jóvenes y después los
padres. Sobrevive Almeda Joynt Roth, que más adelante será poetisa.
Cuando ya han muerto sus padres Almeda sigue viviendo en la casa de
la familia, ubicada en una esquina que va de un lado, a una calle
importante; pero por el otro a las inmediaciones de un barrio
conflictivo. Junto a la casa se cambia un extranjero viudo que ha
venido a buscar petroleo, pero encontró una mina de sal y la
explota. Almeda concibe ilusiones sentimentales con el vecino Jarvis
Poulter, que no le hace ningún avance. Aunque a veces, Poulter,
camina junto con ella de regreso de la iglesia.
Ella ha empezado a tener problemas
nerviosos y una noche, ya muy tarde, en la que hay una trifulca en el
barrio cercano, Almeda va a pedir ayuda a Poulter . El asunto se
resuelve y cuando quedan solos, él se da cuenta que se siente
atraído por ella. Le avisa que por la mañana la buscará, para ir
juntos a la iglesia. Ese aviso equivale a una petición de
matrimonio, es lo que ella esperaba. Sin embargo, esa noche, ella
tiene problemas de salud, se siente muy mal, con cólicos
menstruales. Pone un letrero en la puerta disculpándose con el
vecino. Cuando, más tarde, él pasa por ella, ve el mensaje en la
puerta y se marcha. Ese letrero es la respuesta a la petición de
matrimonio de él. Almeda ha tomado la decisión de no casarse. Bajo
el influjo de los medicamentos que toma para los nervios y el dolor,
Almeda decide, cuando Poulter se ha marchado, no volver a salir y se
pone a componer un poema que lo contenga todo. No hay una segunda
oportunidad para ese romance. Unos años después, un poco
desequilibrada, fallece ella y al año siguiente él.
El texto esta escrito como una reseña
del libro imaginario Ofrendas, atribuido por el cronista a
Almeda Joynt. En esto recuerda las crónicas de libros imaginarios,
que hacía Borges. Como apoyo para el desarrollo de la historia y las
descripciones de la localidad, la cronista usa un supuesto periódico
local: Vidette, de donde
extrae datos sobre el sitio y los personajes . El relato lo
forman seis apartados, numerados en romanos por la autora. Cada
apartado tiene como epígrafe un poema, que el lector puede suponer
son parte del libro Ofrendas.
Al final del relato, la cronista
platica su visita el cementerio, a la tumba de Almeda Joynt, deja
entender que la historia es falsa, pero el personaje y el libro son
verdaderos.
Más
allá de la anécdota, el relato plantea la decisión de Almeda de
optar por la poesía como alternativa al matrimonio. No se sabe si
como consecuencia de los problemas nerviosos que ha empezado a tener.
Todo transcurre en el marco de una comunidad que empieza a surgir en
Canadá, a mediados del siglo XIX, gracias al empuje de hombres de
empresa como Poulter.
Resta todavía explicar por qué el
cuento se ha titulado Meneseteung: este es el nombre de un río al
que supuestamente llega el explorador del Canadá, Champlain, explica
la narradora de la historia. . Cuando Almeda decide no casarse, se
dedica a componer un poema total, profundo y complejo como un río,
como el río de su imaginación: El Meneseteung.
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