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miércoles, 21 de mayo de 2014

¿Lo publicaste realmente?

Desde hace un par de días,  los primeros 24 números del cómic, están disponibles para ser adquiridos a través de la tienda de Itunes.
Venía yo manejando muy contento, pensando en eso cuando me cruzó por la mente la famosa pregunta del Obispo Berkeley: “Si un árbol cae enmedio del bosque y no hay nadie para oírlo, ¿el árbol realmente hizo ruido?”. Me preguntaba yo: “Si publicas un libro y nadie lo lee, ¿publicaste realmente el libro?”
Vale la pena tomar esta publicación del cómic “Dime abuelita por qué” en formato digital y la frase de Berkeley para hablar un poco del problema de la distribución de los materiales impresos como libros y revistas.
Quienes escribimos o editamos estas obras, lo hacemos con el deseo de que lleguen facilmente a los lectores. Desgraciadamente a veces el encuentro de la obra con el lector se queda en un simple deseo. Hay muchas razones para que eso ocurra, pero todas se traducen en lo mismo: resulta demasiado cara la distribución.
Hay dos maneras de distribuir las obras, una es con recursos propios, es decir montar una red de distribución que lleve nuestros materiales hasta el lector y otra es pagar a terceras personas o empresas para que sean ellas quienes, en nuestro nombre, realicen esa labor.
La primera manera de hacerlo exige tal cantidad de recursos que para hacerlo costeable hay que tener muchos materiales que distribuir, es el caso de la grandes editoriales con miles de libros y revistas que distribuir. Resulta incosteable para distribuir un libro, o una revista, tener repartidores en todas las principales ciudades del país.
La segunda manera es pagarle a una distribuidora para que haga circular nuestros pocos ejemplares, junto con los pocos ejemplares de otra compañía y de otra y otra, de manera que entre todos juntemos el número suficiente de libros y revistas, para que los costos de la infraestructura de distribución sean amortizables.
El problema con esta segunda manera de distribuir es que se vuelve más caro el caldo que las albóndigas. El costo de la distribución frecuentemente es superior al 50 % del precio de venta de los ejemplares. Lo que obviamente obliga a tener precios de venta más altos para poder pagar la distribución. Los precios más altos inhiben las ventas, los productos circulan, pero no se venden. Lo que en términos pragmáticos es lo mismo que si no circularan: la gente no los lee.
Por ese circulo vicioso excelentes publicaciones, estoy seguro, han desaparecido sin que prácticamente las hayamos conocido. Por ese medio dejan de producirse materiales de lectura que no sean masivos como revistas de chismes del mundo de la farándula o noticias deportivas que al tener grandes volúmenes de venta tienen también economías de escala.
Afortunadamente hay ahora una tercera vía para distribuir los materiales, es ponerlos en un formato digital y ofrecerlos a través de una tienda como la de Mac, que por cierto no exige exclusividad.
De esa manera nuestros libros o revistas (o piezas musicales, películas, etc) pueden ser adquiridas en cualquier parte del mundo, por cualquier persona que tenga una computadora con el programa de itunes instalado.
Desde luego que el hecho de estar en la tienda digital no garantiza que los materiales interesen y se compren. Ni siquiera asegura que se conozcan. Para eso hay que seguir haciendo el esfuerzo de todos los días, de dar a conocer nuestros productos. Ojala los lectores de éste blog se asomen a la tienda virtual, en busca del cómic y encuentren que vale la pena el esfuerzo que hemos realizado para llevarlo hasta ahí.
En particular les agradeceré a los lectores que aveces veo que entran desde el extranjero, me den a través de mi correo electrónico, sus puntos de vista sobre la experiencia de adquirir el cómic.
Por cierto, también lo pueden hacer a través de la página de Facebook del cómic: https://www.facebook.com/DimeAbuelitaPorQueElComic?ref=profile
¡Feliz lectura!

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